×10×

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—¿Entonces qué...es lo que sientes?

—¿En verdad quieres saberlo?

El menor, un poco dudoso, asintió.

Pero, no se esperaba lo que sucedió después, no supo cómo reaccionar ante ello.

—Me gustas, y mucho, Kim MinSeok.

—¿Q..qué mierda dices Jong...?

Fue sostenido de los hombros rápidamente y no terminó la pregunta debido a que sintió el impacto de unos labios contra los suyos.

Todo pasó demasiado rápido.

Labios suaves y cálidos, besándolo con una delicadeza que nunca antes había sentido, nunca alguien lo había besado de esa manera tan dulce.

El agarre de sus hombros pasó a su cintura, ésta vez el mayor lo sostenía con su firme brazo, rodeandolo y atrayéndolo más a su cuerpo, poco a poco.

MinSeok no sabía qué hacer, todos sus sentidos se alteraron, su instinto le decía que se alejara, pero hizo caso omiso. Así que sin pensarlo más, cerró los ojos y comenzó a disfrutar de aquel gesto tan hermoso que estaba recibiendo. Podía apartarlo si tanto quería hacerle entender que se alejara de él y no lo buscara más, pero, no quería apartarse, al contrario, quería aferrarse aún más y por un instante, sentir que era suyo, que no estaban en peligro y que vivía en un absurdo cuento de hadas.

Su corazón se aceleró, sus mejillas antes pálidas como la nieve, ahora comenzaban a tintarse de un tono rosado y su corazón, que antes lo sentía tan frío como el hielo, comenzaba a sentirse cálido, reconfortante, como si estuviese en el lugar correcto siendo amado.

En esos instantes a Kim JongDae lo sentía como su hogar.

El sabor a café de sus labios, la curva felina de ellos, su textura, todo se sentía como un sueño. Le hizo sentir un agradable consquilleo en el estómago, ¿Por qué? Ni siquiera Changmin le había hecho sentir todo eso.

Si el pequeño rubio se sentía así de alterado, ni hablar de cómo se sentía el de cabellos castaños.

Lo besó y se declaró porque vio la oportunidad, no dejaría pasarla. No sabía si aún era muy pronto, pero, ¿Qué importaba? Quería hacerle saber qué tan importante es para él lo antes posible. No iba a dejarlo marcharse así de fácil.

Sinceramente, no se arrepentía absolutamente de nada. Sintió una conexión al instante con el menor, como si sus labios fuesen hechos para encajar.

Y se sentían mucho mejor de lo que había pensado. Pudo comprobar que, efectivamente, sabían a dulce algodón de azúcar y que eran tan suaves como el mismo. A eso, se sumaba su fragancia de vainilla colandose por sus fosas nasales, fragancia que tanto le gustaba al mayor.

MinSeok era una combinación perfecta de caramelos.

Se sentía tan bien, que deseaba poder besarlo por siempre. Sintió que con un beso podría hacerse aún más adicto a él, y tal vez así sea.

Cuando vio la reacción del otro, de confianza, indicándole que estaba bien esa cercanía, fue cuando lo atrajo a su cuerpo por completo, sin miedo alguno, sintiendo mutuamente las temperaturas corporales.

Danza De ángel [ChenMin]Where stories live. Discover now