Danza De ángel [ChenMin]

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MinSeok se limpió las lágrimas que desbordaban por sus ojos, se aventó a sus brazos, lo abrazó, escondió su rostro en el cuello del contrario y se deleitó con su aroma tan único, el aroma que caracterizaba a Kim JongDae.

No necesitaban de palabras para entenderse, no necesitaba decir un "sí", porque ambos sabían la respuesta con aquella reacción.

Sí, estaría en problemas por aceptar la propuesta, si Changmin se enteraba, nada iba a salir bien, NADA. Pero ahora no podía razonar del todo, por primera vez, la felicidad lo invadía inmensamente y no iba a perder la oportunidad, mucho menos si se trataba del mayor.

Aún abrazados, caminaron hasta la cómoda sala con dificultad, y se sentaron en el cálido sofá. MinSeok se sentó entre las piernas del otro, mientras que éste le hacía pequeñas caricias en la cabello y le daba dulces besos en sus mejillas.

—Todo esto parece un sueño, no imaginé que en este mini "viaje" terminaría siendo tu pareja.

—Me alegra que hayas aceptado. Enfrentar tus miedos es el primer paso para progresar y no limitarte, Min, lo estás haciendo muy bien.

El menor lo tomó del mentón y lo besó.

Tenía razón, tal vez estaba progresando, pero no precisamente con lo de sus miedos, porque claro, aún tenía muchísimo miedo de Changmin, sin embargo, había progresado poco a poco en su manera de ser con JongDae, en ser más abierto con él, en tenerle confianza.

Esperaba que nunca lo traicionara, o realmente se sentiría como un total estúpido por ilusionarse nuevamente con alguien.

—Dae...no podremos dar a conocer lo nuestro tan rápido, al menos no con Changmin en el camino.

Dijo esto con mucho miedo en su voz, temía decepcionarlo o hacerlo enfadar por aquello, temía hacerlo sentir que quería ocultarlo de todos, aunque realmente no era así; él también quería gritar con todas sus fuerzas cuán feliz es con el mayor, pero debían ser precavidos.

—Está bien, estoy bien si te mantienes a mi lado, quitaremos a Changmin del camino lo antes posible.

—¿Y...qué pasará con MinHee?

—No te preocupes por ella ahora.—besó su frente y acunó su rostro entre sus manos, haciendo que ambos se miraran a los ojos directamente.—lo único que importa aquí, somos nosotros, nadie más.

Pasaron un rato más hablando trivialidades, entre cariños y besos de por medio, ni siquiera se dieron cuenta del paso del tiempo, al final, se quedaron dormidos en un abrazo, transmitiendose su calidez.

El de ojos gatunos despertó, y lo primero que su vista captó, fue el bonito rostro de JongDae, durmiendo plácidamente, sin dejar de abrazarlo, aferrándose a él. Le fue un poco difícil quitarlo de encima, la única solución que vio, fue poner una almohada para que abrazara y por fin librarse de él.

Amaba estar entre sus brazos, pero tenía mucho calor, y si algo estaba en la lista de cosas que odiaba MinSeok, era el calor tan intenso, sumando la sed que lo estaba matando. Lo suyo eran las cosas frías, como la nieve o el hielo.

Tomó un vaso de agua y salió de la cabaña, el sol se estaba metiendo, la noche comenzaba a bañar nuevamente el hermoso paisaje, el aire era frío, justo lo que buscaba. Había tranquilidad, cosas que hace mucho había olvidado cómo se sentía.

Se recargó en un barandal, cerró los ojos, se concentró en la brisa que pegaba contra su rostro, imaginando que pronto sería así de feliz todos los días.