Capítulo 7

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POV Natalia

Cogí un par de cosas, las metí en mi mochila y salí de casa. María ya me esperaba con el coche en marcha en frente del edificio.

-¿Lo tienes todo? – me preguntó mientras miraba por el espejo de la izquierda antes de incorporarse al escaso tráfico que había

-Tengo lo imprescindible – le respondí visiblemente preocupada

Conocía a Marina desde que era una cría. Técnicamente teníamos casi la misma edad, pero yo siempre la había visto como a una hermana pequeña. Siempre cercana y cariñosa, muy extrovertida y con una sonrisa de oreja a oreja. Y ahora…no quería ni imaginarme qué había pasado, cómo estaría, ni mucho menos cómo debería estar Rafi en estos momentos.

-Mari, ¿has hablado con Rafi? – mi amiga no respondió - ¿Mari?

-Coño, perdón. Estaba pensando. No, no he hablado con ella. Llámala y dile de paso que vamos para allá

-Voy
Saqué el móvil del bolsillo del abrigo y marqué su número. Un toque…dos…tres…nada. Colgué y volví a guardarlo.

-Nada. Ya me llamará. Estará ahora mismo como para coger llamadas

-Cierto

El silencio se estableció dentro del coche. No era incómodo, pero tampoco demasiado agradable por las circunstancias.

-¿Has avisado  a Marta? – le pregunté mientras ponía la radio

-Sí, pero no puede venir. Está en un curso de la universidad o algo así fuera la ciudad, pero me ha pedido que la avisemos con cualquier cosa que pase

-A todo esto… ¿tú no tienes nada que contarme? – la miré con gesto interrogante

-Natalia no eh, por favor

-Mari – crucé los brazos y la miré – nos quedan más de cuatro horas aquí. O me lo cuentas o te lo voy a sonsacar yo misma tarde o temprano

-Vale vale – pareció ceder – sin amenazas. El caso es que…

El sonido de mi móvil nos interrumpió.

-Salvada por la campana – la señalé con el dedo índice en señal de advertencia y descolgué

-Natalia cariño, ¿me has llamado?
Estaba llorando. Bueno, no exactamente. Más bien intentaba disimularlo.

-Hola Rafi. Sí, te he llamado – me giré apoyando la cabeza en el respaldo y mirando a través de la ventanilla – Quería avisarte de que la Mari y yo vamos para allá. Hemos salido hace nada, pero intentaremos llegar lo antes posible

Le hablé de la manera más tranquila posible para intentar transmitirle algo de calma.

-Ay Natalia. No hacía falta de verdad – estaba a punto de romper a llorar sin control – Yo no sé cómo – no podía seguir hablando. Se le entrecortaba la voz – cómo ha pasado…

-Tranquila Rafi – la corté – en nada estamos allí con vosotras ¿vale? Tienes que ser fuerte, porque te necesita. Tienes que serlo. Intenta calmarte

Sólo silencio. Comprobé que la llamada no había acabado. Tras unos segundos, oí cómo cogía aire para volver a hablar.

-Perdona, perdona hija – se sonó la nariz antes de continuar – Tened cuidado por favor, que se os hará de noche y la carretera a esas horas…

-Tranquila Rafi. Ya sabes que la Mari sabe lo que se hace

-Bueno, vosotras cuidaos. Nos vemos en unas horas. Un beso cariño

Sinmigo Where stories live. Discover now