Capítulo 20

14.9K 563 338
                                    

POV NATALIA

Los primeros rayos de sol se colaban entre las rendijas de la persiana. Me desperecé con calma, estirando brazos y piernas lo máximo posible. Alargué la mano hacia el lugar que debía ocupar Alba, encontrándome con un espacio vacío. Hice un mohín que no tardó en desaparecer al notar el olor a café recién hecho. Eché un rápido vistazo a la habitación, en busca de los pantalones del pijama que no había llegado a ponerme la noche anterior por razones obvias. Me ruboricé al instante al recordarlo.
Tal y como suponía, la rubia estaba en la cocina, preparando el desayuno bastante animada mientras se movía al ritmo de la música que salía de su teléfono.

-Buenos días churri – saludé desde el marco de la puerta

-Buenos días dormilona – Me dedicó una amplia sonrisa mientras dejaba sobre la mesa un par de platos con tostadas

-¿Qué escuchas? – pregunté curiosa mientras me sentaba

-A cualquier otra parte – Se acercó hasta mi sitio, sentándose sobre mis rodillas

-Ni idea – negué

-Es Dorian – Me rodeó el cuello, atrayéndome hacia sí para darme un beso

-Suena bien – le devolví el gesto, sonriendo - ¿Estás nerviosa?

-¿Por la exposición? – asentí – Un poco

-Va a ir genial. Y seguro que vas a triunfar

-Qué tonta eres Nat – sus mejillas se ruborizaron casi al instante

-Qui tinti iris Nit – dije con claro gesto de burla

-¡Naaaaat! – me dio un golpe en el hombro

-Vale vale, ya paro. Bueno, ¿tenemos algo que hacer hasta entonces? – Se levantó para sentarse en la silla que quedaba libre

-Pues la verdad es que no. ¿Te apetece hacer algo en particular?

-Mientras esté contigo, no necesito nada más – Había dicho aquello totalmente sin pensar, y me maldije mil veces por ello. Mi subconsciente traicionándome. Menos mal que mi respuesta pareció gustarle

-Yo tampoco necesito nada más – Escondí la sonrisa que acababa de provocarme el comentario detrás de la taza de café – Por cierto – su gesto se volvió algo más serio, casi rozando la culpabilidad – Lorenne estará allí

-Me lo había imaginado – la misma rabia que se había apoderado de mí el día que llegué volvía a brotar

-Nat, tranquila. No me va a hacer nada. Y menos allí, con tanta gente

-Más le vale – sentencié, dando por terminada aquella conversación, al tiempo que apuraba el resto del café

*      *       *

La mañana fue relativamente tranquila. Alba se paseaba de un lado a otro del salón de vez en cuando, preocupaba por el evento de la tarde. Mis esfuerzos por tranquilizarla habían tenido resultados nefastos, pero no había dejado de intentarlo ni un solo segundo. De vez en cuando conseguía distraerla cantando alguna canción a la que, irresistiblemente, acababa uniéndose.

Alrededor de las dos de la tarde, comenzamos a prepararnos para el evento. Por suerte, el día que salí corriendo de Madrid en dirección a la capital francesa había metido en la maleta ropa algo más formal por si se daba el caso de tener que usarla y, curiosamente, así había acabado siendo. Me enfundé unos pantalones pitillos negros, éstos sin agujeros de ningún tipo, y un jersey de punto del mismo color de cuello de barco. Tras dudar unos instantes sobre el calzado me decanté por las derbies y, para finalizar, una chaqueta Príncipe de Gales a la cual le remangué un poco los puños. Decidí dejarme el pelo suelto y no usar más maquillaje que el eyeliner. No quería destacar. Era el día de Alba y una oportunidad para ella, para que reconocieran su talento. Pretendía llamar la atención lo menos posible.

Sinmigo Where stories live. Discover now