Capítulo 13

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Haru guió a Makoto hacia la cocina mostrando el pastel de vainilla con pequeños adornos florales -¿Hiciste flores de azúcar?

-Si, estaba la receta y forma de hacerlas en unas páginas más adelante.

Makoto admiró de cerca cada detalle de las florecitas para finalmente sonreír -¿Hay algo que no puedas hacer?- pues hasta ahora demostraba que era un prodigio

Haru no sabía si lo decía de broma por lo que optó contestar -No puedo domar a Nish- no era mentira a pesar de que el mamífero demostró algo de aprecio al principio hacia el moreno parecía que ya lo había olvidado

-Te lo dije- sonrió incorporándose -te dije que es un caprichoso y olvidaría que te quería- tenía razón -¿Quieres ir a cenar?

La verdad es que sentía hambre pero no había visto por los alrededores ni a Kao o Chigusa -Pero…

-Tendremos que salir a la ciudad a cenar. Le di el día libre a Kao para que fuera con Chigusa todo el día a un spa para usar la cocina sin que descubriera el pastel y como regalo de cumpleaños- rápidamente Makoto guardó el pastelillo con todo y candado que Haru no supo de dónde sacó para que nadie lo encontrará antes de la fiesta saliendo de casa con dirección a un restaurante donde el castaño aseguraba que la comida era deliciosa

El restaurante era ostentoso pero lucía agradable -No había estado en un lugar así desde hace mucho tiempo- Era un nostálgico recuerdo el que tenía de él y su familia visitando un restaurante

-Entonces debo sacarte a pasear mas seguido.

-No soy una mascota- ya que parecía que se estaba refiriendo a él como una que requería salir a caminar con su amo

-Lo sé, eres el lindo Haru-chan

-Cierra la boca- a pesar de decirlo en serio no le creía

-Voy a pedir una mesa, espera aquí- Makoto se acercó al mostrador dejando a Haru para que inspeccionara el lugar sin embargo de un momento a otro sintió la mirada nada discreta que dos hombres le daban y al cruzarse sus ojos con uno de ellos este le sonrió. Era una sonrisa muy molesta nada que ver con las que Makoto le regalaba pero se dio cuenta del motivo pues había olvidado colocarse nuevamente el brazalete que ocultaba las marcas de su pasado, lo había removido para no ensuciarlo con la mezcla para hornear guardándolo en su bolsillo de pantalón, rápidamente lo sacó pero debido al nerviosismo se le resbaló de las manos rodando junto a los pies del hombre que no dejaba de sonreír.

Lentamente el hombre levantó el accesorio indicándole a Haru que se acercara para tomarlo  

-Gracias- susurro muy bajo intentando tomar la prenda que descansaba en su palma pero no pudo agarrarla, en último momento su mano fue interceptada por el otro sujeto

-¿Cuanto cobras?

-Yo...- no quería estar en una situación así, se preguntaba donde estaba Makoto pues lo necesitaba en ese instante

-No importa lo que cobre- se levantó el hombre que aun tenia su joya -Es una lindura- al igual que el otro comenzó a tirar de su mano -Ven con nosotros.

-No- Haru se asunto tratando de soltarse e impedir que se lo llevaran

-¿Disculpen qué están haciendo?- daba gracias a que apareció deteniendo el intento de llevarselo

-¿Tu eres su amo?- uno de ellos preguntó pero Makoto no respondió -Queremos comprarlo por una noche.

-¿Por qué tiene su brazalete?

-Se le cayó y amablemente lo levanté por él- volvió a responder sin soltar la muñeca de Haru

-¿De verdad?- se notaba un poco diferente el comportamiento de Makoto -Bueno, gracias- arrebató el brazalete para lentamente acercarse a Haru y llevárselo

-¡Oye!- gritó el sujeto más interesado en el moreno al ver como se lo quitaban

-¿Que pasa?- detuvo su andar girándose dejando a Haru detrás de él

-Te estoy preguntando el precio de tu prostituto, no te hagas el tonto- se comenzó a exaltar

-Creo que esta equivocado pues aquí no hay nadie que se dedique a eso además pienso que se a pasado un poco con la bebida.

-¿Crees que soy estúpido? ¡Las únicas personas que tienen tatuajes de ese tipo en la muñeca son las putas y esa lindura que tienes escondida detrás es una!

-¡Hey, no le falte al respeto!- al igual Makoto levantó la voz

-Caballeros por favor están molestando a los demás comensales- intervino uno de los meseros

-Nosotros no tenemos la culpa, aquí el joven nos está ofreciendo sus servicios sexuales- Makoto no podía creer tal descaro

-Eso no es verdad- los acosadores de Haru regresaron a su mesa dejando al castaño y al moreno con el mesero

-Lo siento caballeros pero debo pedirles que se retiren.

-¿Es enserio? ¿Va a creerles a esos tipos?

-Son clientes habituales por lo que le pido retirarse a usted y a su acompañante.

-Makoto, vamos- el castaño iba a reclamar algo más pero al ver la tristeza que reflejaba el rostro de Haru prefirió no hacerlo e irse

-Vámonos- tomados de la mano dejaron el recinto. El mesero no se dio cuenta de que había perdido a su mejor cliente hasta que el dueño del lugar se lo dijo pero ya era tarde.

A paso lento se alejaron buscando un nuevo lugar -Lo siento- mencionó Haru deteniéndose, se sentía culpable ya que por su descuido habían tachado a Makoto también de prostituto

Escuchó un profundo suspiro proveniente del otro -No es tu culpa. Fue mi error por no poder hacer más para que se callaran y dejaran de insultarte - susurro acercando delicadamente la muñeca de Haru a sus labios para depositar un dulce beso en sus tatuajes -Así que no te disculpes- se sonrojó, a pesar de las demostraciones de cariño Makoto nunca lo había besado -Toma. Te prometo que mientras estés conmigo algo como lo que acaba de suceder nunca más va a pasar- sonriendo colocó nuevamente el brazalete en su mano ignorando por completo el desborde de sentimientos que trataban de salir de Haru pues la acción que hizo hacia su persona le pareció muy tierna -¿No te importa si comemos en ese puesto?

aún no se recuperaba y por inercia solo contestó -No.

-Perfecto, en ese lugar también es deliciosa la comida.

No supo cómo llegó ni cómo había terminado la velada pero ahí estaba de nuevo en su habitación tratando de conciliar el sueño pero no lograba sacarse de la cabeza la acción de Makoto. En cada ocasión que tocaba sus tatuajes recordaba la sensación de sus labios sobre su piel, era un inexplicable sentimiento pues se sentía ansioso por volver a verlo y esperado a que el sol saliera una vez más intento dormir

CrisantemoWhere stories live. Discover now