Capítulo 31

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Era tarde, muy tarde en verdad. La hora quien sabe pero lo único  que importaba era pensar muy bien en su decisión con respecto a la propuesta del sultán -Makoto

El castaño estaba aún despierto trabajando en el vestido -¡Haru, bienvenido!- se veía cansado

-¿Qué haces?- ¿No lo estaba esperando o si?

-Trabajando y no me di cuenta de la hora- bostezo -Lo terminaré en máximo dos días ¿Te falta mucho?

Haru se quedó pensando y le faltaba terminar algunos detalles más -Tal vez cuatro o cinco días.

-Cuando termine con el vestido te ayudaré con el traje, no debemos quedarnos más tiempo del necesario aquí- pues sentía que si permanecían aun más no habría retorno

-Vamos a dormir- en ese momento quería descansar porque aún no descifraba la forma en que le expondría su situación

El castaño asintió y se dejó caer sobre la cama -Te ves muy bien- creyó que no comentaría nada sobre su atuendo -Los regalos de Rin siempre te quedan bien. Buenas noches- en ocasiones como esa, al aceptar los regalos del sultán parecía hacer sentir mal a Makoto y no le gustaba



El trabajo seguía su curso y con ello las demostraciones de cariño por parte del castaño iban en aumento, no lo negaba pues se sentía bien a pesar de que en el pasado odiaba y le causaba asco el sentir el más mínimo roce en su piel por otros pero Makoto era diferente ¿Sentía esas mariposas en el estómago que su abuela mencionó cuando le hablo de la primera vez que vio a su abuelo y se enamoró? se preguntaba así mismo si él también estaba enamorado -¿Haru-chan estas bien?- por andar en las nubes en ningún momento notó que el castaño lo había estado observando, solo se dio cuenta al tenerlo frente a frente -Tus mejillas están rojas- balbuceos fue lo único que salió de sus labios -¿Tienes fiebre?- estaba entrando en más calor al sentir su mano sobre su frente -Probablemente sea cansancio, te has estado esforzando de más- lo tomó de la mano para llevarlo hasta su cama donde se recostó junto a él -Hay que tomar una siesta- no era muy probable que durmiera pero cerró los ojos imitándolo aunque seguía inquieto y un suspiro fue lo que le hizo aperturarlos otra vez encontrándose con su mirada verdosa que sublime se engrandecía con su bella sonrisa que tanto le gustaba -Te ves... ¿Te preocupa algo?- desde hace unos días lo veía muy pensativo y estaba en lo cierto, tenía muchas cosas en que pensar pero no se animaba a decirle

-No sé qué hacer- sentía tanta confusión con la propuesta de Rin, sobre Makoto y también sobre el traje. Sentía la presión al saber que el castaño estaba a puntos de terminar y a él aún le faltaba

Quizás Makoto no podía leer su mente pero se daba una idea de lo que le preocupaba -Haru-chan eres el más increíble, talentoso, hermoso y fuerte que he conocido- era extraño escuchar eso de su persona -Todo aquello que se te ha presentando lo has enfrentado y superado siempre con la frente en alto sin embargo es normal estar confundido y hasta asustado algunas veces pero estarás bien porque hasta el momento solo has seguido y debes seguir lo que dice tu corazón- sin su consentimiento toco su pecho, donde estaba su órgano que latía tan rápido como siempre que Makoto estaba cerca -Él te dirá lo que debes hacer. Solo debes confiar en ti mismo- Sonrojado de una sola cosa estaba cien por ciento seguro porque el hombre frente a él que sonriente lo animaba sin importar era lo único que necesitaba.

Una bocanada de aire para tomar valor requería porque lo que a continuación haría ni en un millón de años creyó poder -Makoto- el mencionado atento observaba sin sospechar el siguiente paso que daría -Yo...- se maldecía así mismo por ser tan malo para hablar sin embargo las acciones siempre eran mejor o bueno eso le dijo su abuela. Sin pensarlo más solo lo besó, un beso en los labios que no duró ni tres segundos que para él fue la gloria sin embargo para el contrario parecía no haberle fascinado y su silencio lo estaba matando -Lo siento- se arrepentía, se equivocó. Como Kisumi le dijo Makoto era igual con todos y él erró porque no era especial, solo estaba muy equivocado al malinterpretar su comportamiento que se sintió tan estúpido y avergonzado que comenzó a llorar -Perdón...

CrisantemoWhere stories live. Discover now