Capítulo 34

185 17 6
                                    

Estaba tan asustado, esa mirada de odio que el pelirrojo tenía le hacía temblar -¡Muestrame tus marcas que tanto ocultas!- de un tirón removió el brazalete dorado que el castaño le obsequió sin importarle lastimarlo

-Rin por favor, detente- En ese instante fue sujetado a la fuerza por dos guardias temiendo más de él

-No- dijo inspeccionando su muñeca -Tinta- no le gustaba -Y Makoto no te marcó. La tinta es una forma muy simple y vulgar, la detesto- hizo un gesto asqueado -¿Quieres saber lo que yo uso para marcar a mis pertenecías?

-Por favor- volvió a suplicar pero solo fue ignorado

-Las marcas que yo hago son con quemaduras- detrás de Rin observó cómo los sirvientes preparaban una barra de hierro que le quemaría la piel -Creo que la pondré en tu otra muñeca, no quiero que esta tinta arruine mi marca

Tomando su brazo limpio comenzó a prepararlo -¡No lo hagas!- intentó liberarse pero era imposible, seguía siendo débil

-Haru realmente crees que al gritar vas a hacer que pare- era cruel como Makoto lo dijo y no quiso creer, era realmente malvado. Fue un tonto al confiar más en él que en Makoto quien siempre fue sincero y lo cuidaba -Lo olvidaba- camino hacia un buró junto a la cama de donde saco un pequeño frasco -Antes que nada debes beber esto para tenerte listo para... ¿Cómo decirlo? ¿Tu iniciación?- pero no dijo más solo lo obligó a levantar su rostro introduciendo la boquilla casi hasta su garganta para tragarlo provocándole un ataque de tos por sentir que se ahogaba -Ahora respira profundo porque esto dolerá.

Dolía demasiado, la forma en que el hierro marcaba su muñeca era brutal que no pudo evitar comenzar a llorar a pesar de haber aguantado tanto porque también había sido abandonado por Makoto y eso remató y rompió su corazón -Rin... - fue lo último que murmuró pues el insoportable shock de dolor lo hizo desmayarse.

Pasaron un par de horas para que por fin pudiera abrir los ojos encontrándose al pelirrojo sentado frente a él mirándolo -Al fin despiertas- trató de incorporarse pero no pudo, se sentía tan cansado pero también notó otra sensación que conocía muy bien además del dolor en su muñeca que envuelta en vendas cubrían su nueva marca

-¿Por qué?- quería saber tantas cosas pero hasta hablar le estaba costando

-Porque desde un principio estaba interesado en ti, me llamaste mucho la atención. Todo de ti era un misterio que me atrajo.

-Amigos...- murmuró -¿No lo somos?

Un suspiro profundo se escuchó proveniente de Rin -Te lo dije ¿No fue así?

-Yo...

-Soy un sultán Haru tengo lineamientos, deberes y una imagen que cuidar. Tener una amistad no es posible, tu y yo no podemos ser amigos la única relación que podemos tener es amo y sultán- iba a preguntar algo más pero un choque de electricidad llegó hasta su entrepierna haciéndolo retorcer en la cama -Mirate como estas- estaba duro

-Tu me...

-¿Debes conocer los afrodisíacos no?- Haru los odiaba, siempre se los daban cuando abusaban de él -Es raro- Rin por fin se puso de pie para acercarse -Cuando se trata de hombres me gustan los que tiene la complexión de Makoto y estar abajo pero cuando te vi quería por primera vez ser yo el que estuviera arriba

-No...

-Ya te dije que no voy a parar. Disfrutalo tanto como yo lo haré- una vez más comenzó a llorar al sentir como el pelirrojo se posó sobre él removiendo poco a poco su ropa, volvió la sensación de vulnerabilidad y asco que esos actos acompañaban -¡Ya deja de tratar de impedirlo!- lo golpeó al ver como intentaba evitarlo -Porque no puedes, no podrás- Quería morir, quería a Makoto, quería volver a verlo y decirle que lo amaba aunque lo haya dejado ahí pero ya no podía porque ahora era esclavo de un sultán y este jamás lo dejaría ir. Cerrando los ojos trataba de aguantar sin mucho éxito debido a que el estimulante era muy fuerte y no tenía control sobre su cuerpo. Deseaba con todas sus fuerzas callar sus gemidos que la lengua y toque de Rin causaba cada vez que lo acariciaba -Te gusta que juegue con tus pezones ¿Cierto?- la respuesta era negativa, le daba asco -Este ya está rojo- se alejó un poco para tomar el otro entre su boca comenzando a succionar y hasta morder mientras sus dedos palpaban la zona donde entraría -Éstas un poco apretado ¿No lo hacías a menudo con Makoto?- solo una mirada desafiante fue lo que recibió -¡Oh! Nunca me habías mostrado esa mirada- se aproximó aún más a su rostro sosteniendo su barbilla -¿Si intentó besarte me morderas?- sin duda alguna lo haría así que era mejor no arriesgarse -Bueno será para la próxima vez- volvió a su posición anterior mordisqueando y marcando el cuerpo bajo el

-¡No!- gritó con el último aliento que le quedaba al sentir como el miembro del sultán roso su entrada deteniéndose

-Pareces un virgen- Rin sonrió mostrando su dentadura afilada -Me gusta.

Todo estaba perdido para Haru, una vez más solo era un objeto pero ya no importaba porque fue feliz y aunque solo fue efímero recordaba a su amado castaño que siempre viviría en su memoria como lo más preciado -¡Mi señor!- pero uno de los guardias entró antes de completar la unió

-¡¿Qué ocurre?!- estaba molesto por la interrupción -¡¿Acaso no ves que estoy ocupado?!

-Lo siento mi señor pero la parte norte del castillo se esta incendiando.

-¡¿Qué?!- apresurado se levantó vistiéndose para irse de ahí porque era la zona que perteneció a sus padres, era donde guardaba tantos recuerdos de ellos que debía salvar -¡Vámonos!

Olvidado en la cama como pudo se puso de pie para intentar huir y tambaleándose solo cubierto por una manta se aventuró a cruzar la puerta que lo separaba de su libertad.

Recordando el camino dio unos cuantos pasos sintiéndose arrastrado por detrás ¿Tan poco duró su libertad? -Haru-chan- pero no fue así, quien lo sostenía era su preciado Makoto que tanto imploraba ver

-Makoto- aun estaba débil pero a pesar de eso encontró las fuerzas para aventarse a sus brazos que tanta protección y seguridad le daban aferrándose. Sabía que Rin mentía porque Makoto a pesar de haberse molestado no era tan cruel como para dejarlo ahí

-Perdón Haru, prometí que te protegería para que nada de esto te pasara otra vez- estaba tan arrepentido sin embargo el moreno negó, estaba ahí y era lo único que importaba

-Vamos- ya no deseaba permanecer más en ese lugar

-Si

Sin mirar atrás salieron del palacio abordo de Nish aprovechando el escándalo del gran incendio que consumía la mayor parte del palacio que Ai junto a Makoto provocaron como plan para sacar a Haru de ahí -Makoto no me siento bien- el afrodisíaco aún estaba en su sistema

-Aguanta un poco más- el castaño beso su cabeza para tranquilizarlo



___________

Gracias por leer (-'_'-) 

CrisantemoOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz