12. Running in circles

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Alba

Estoy caminando por la planta baja del hospital con un vaso de café en la mano cuando diviso la figura de Miki a unos metros de mí.

 No sé si es la falta de sueño, o la tensión acumulada, o los efectos de mi última pesadilla. Pero de pronto estoy furiosa.

Estoy furiosa con la situación. Con el mundo.

Con Miki, que aún no ha sido capaz de dirigirme más de dos palabras seguidas desde que hirieron a Natalia.

Con la persona que le hizo esto.

Con la policía, que no llegó a tiempo para protegerla.

Conmigo, porque no quise escucharla y ahora existe la posibilidad de que no lo vaya a hacer nunca más.

Con Natalia, que no pensó en mí, en nosotras, en ella misma cuando esa noche arriesgó su vida por una desconocida.

- Miguel - Miki se da la vuelta rápidamente cuando escucha mi voz. Le veo tragar saliva mientras me acerco a él; me observa con los ojos muy abiertos. Se muerde el labio y se frota las manos con nerviosismo.

En el momento en el que, por enésima vez, opta por desviar la mirada al suelo en vez de mantenérmela, exploto.

- Ya está bien, ¿no? - Miki abre la boca, sorprendido.

- Alba...

- No puedo estar dedicándome a recoger vuestros pedazos cuando no soy capaz ni de encontrar los míos, ¿entiendes? No puedo.

- Yo...

- Tú, ¿qué? Mírame, Miki, joder - Él obedece, manteniéndose quieto en el sitio - ¿Has ido siquiera a verla? - Interrogo.

A Miki se le llenan los ojos de lágrimas y si estuviese en cualquier otro estado mental pararía un poco, pero ahora mismo no puedo.

- Ayer - Me responde; le tiembla un poco la voz. A punto de llorar y abrazándose a sí mismo, Miki Núñez parece mucho más un niño pequeño que el hombre que es.

- Cuando estaba María con ella, ¿no?

- Sí - Me paso la mano por la cara, intentado calmarme.

- ¿Me vas a explicar por qué me evitas? - Miki aprieta la mandíbula y desvía la mirada.

- No te evito - Una risa de frustración sale de mi garganta y cruzo los brazos sobre mi pecho.

- Sí, sí me evitas - Doy un paso más hacia él - Y me vas a explicar por qué de una puta vez

Miki se ha quedado mudo. Se revuelve en el sitio y puedo ver como utiliza la manga de su camiseta para limpiarse los ojos antes de que se le derrame alguna lágrima.

- Lo siento - Susurra, aunque esta vez consigo que sus ojos se mantengan mirándome. - Es que no puedo... Siento que os he fallado - Se pasa una mano por el pelo, despeinando sus rizos - A ti, a Natalia...

- No, Miki. Nos estás fallando ahora - Miki frunce el ceño, sin entender lo que le quiero decir. Tengo que luchar para no darle un empujón,  agarrarle por los hombros y sacudirle hasta que empiece a comportarse como el Miki Núñez que conozco.

- Escúchame - Cuando me aseguro de que tengo su total atención, sigo - Hablé con Manu después de la operación. Si no hubiese sido por ti, Natalia no habría llegado al hospital viva

Él se tapa la cara con las manos, pero aún así puedo ver escapar algunas lágrimas a la par que sus hombros se sacuden por el llanto.

- Eres nuestro amigo, Miki. Y muy bueno en lo que haces. A ver si te enteras de una vez de que lo que pasó esa noche no es culpa tuya. Había una persona que necesitaba atención y -

The Scientist | AlbaliaWhere stories live. Discover now