13. Chasing our tails

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Alba

"Aquí nos dimos nuestro primer beso. Bueno, más bien me lo diste tú a mí, porque yo era un poco desastre."

Sonrío. Lo recuerdo bien.

----- Flashback -----

En la vida conocí mujer igual a la flaca
Coral negro de la Habana, tremendísima mulata


La luz roja de los focos sobre el pequeño escenario bañan todo el bar. Al ritmo de la música de jarabe de palo, canto ante unas cuantas decenas de personas, pero solo tengo ojos para una.

En una mesa no muy lejos del escenario, mis amigos observan mi actuación entusiasmados. Cerveza en mano, María se dedica a gritar frases no aptas para todos los públicos por encima de todo el gentío. A su lado, sentada en un alto taburete, está Natalia.


La flaca duerme de día, dice que así el hambre engaña
Y cuando cae la noche baja a bailar a la tasca

Continúo cantando y compruebo con satisfacción que ella tampoco es capaz de despegar sus ojos de mí.


Y bailar y bailar, y tomar y tomar
Una cerveza tras otra, pero ella nunca engorda


Yo me muerdo el labio y Natalia esconde su sonrisa detrás del botellín de cerveza del que está bebiendo.


Por un beso de la flaca yo daría lo que fuera
Por un beso de ella, aunque sólo uno fuera


No he dejado de mirarla en todo lo que llevo de actuación, y tampoco tengo ninguna intención de hacerlo. Natalia ha dejado de lado la bebida y me devuelve la mirada con la misma intensidad. Con sus ojos oscuros sobre mí, no puedo evitar sentirme poderosa.


Y enloquezco de ganas de dormir a su ladito
Porque Dios que esta flaca a mí me tiene loquito
Oh, a mí me tiene loquito


Aún a riesgo de que me caiga una bronca, decido bajar del escenario y me dirijo hacia la mesa de mis amigos, despacio y con seguridad. Los ojos de la morena siguen el movimiento de mis caderas atentamente.

Rodeo la mesa, sin dejar de cantar, y me permito pasar las puntas de mis dedos delicadamente por sus hombros cuando paso por detrás de ella.


Por un beso de la flaca yo daría lo que fuera
Por un beso de ella, aunque sólo uno fuera


Me da tiempo a volver al escenario para las últimas notas de la canción. Siento la necesidad de mojarme los labios con la lengua cuando veo a Natalia tragar saliva.


Aunque sólo uno fuera


La música termina y el lugar se llena de aplausos y vítores. Sonrío, mirando alrededor y dando las gracias al público. Tengo la adrenalina por las nubes. Cuando vuelvo a mirar a Natalia, compruebo como no se ha movido ni un centímetro.

María y Julia son las primeras en alcanzarme. Ambas me abrazan, deshaciéndose en halagos. Joan me eleva en el aire y me da una vuelta, Miki me rodea con uno de sus brazos y me pega a él sonriendo. Marta está dando saltitos emocionados a mi lado. Sabela me abraza y me felicita. África y Carlos hacen lo mismo. Damion, por su parte, se limita a me sonreírme con orgullo.

The Scientist | AlbaliaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt