Capítulo #2

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»Los grupos...«


El primer lunes de febrero las clases en la universidad de Italia habían retomado, comenzado con un nuevo ciclo escolar. Claro que para algunos de sus estudiantes (alumnos) no les agradaba la idea, no hace falta recalcar que a nadie le agrada el regreso a clases. Y, mientras los demás iban rumbo a sus clases del día, Bethany y sus hermanas estaban bajando del auto azul de Gabriella apenas aparcar. Ellas no eran alguien que llamaran la atención, no. Porque como en todo lugar siempre hay (se forman) grupos.

En los cuales siempre están: Los nerds, los apartados, cerebritos a los cuales burlan y a los que (gracias a sus capacidades intelectuales) siempre piden los apuntes de las clases. Las plásticas: siempre y en todo lugar de institución las que nunca faltan son esas chicas lindas, con buen cuerpo, lindo rostro y que están dispuestas a todo (en todo el sentido de la palabra). Y los populares: siempre son un grupo de chicos y chicas, que se creen los reyes del lugar, los que encajan a donde fuese que vallan, donde están los Playboys chicos ardientes, deseados por todas las chicas del lugar, los inalcanzables para algunas locas enamoradas.

Bethany no pertenecía a ninguno de esos grupos, ella era un 50% inteligente, (según ella) no era linda, ordinaria, no era popular. Así que, suponía, y estaba en el grupo de los rechazados, en el cual solo llegan a la universidad a hacer acto de presencia y a estudiar, nada mas. No se sentía con valor como para intentar siquiera entrar a alguno de esos grupos a los cuales notan con tan solo la presencia de uno de los participantes del mismo. A pesar que Gabriella pertenecía a los populares junto a Melissa, claro está que en su campo universitario. Debido a que en cada campo había una serie de grupos. Pero, a pesar de eso, los mas respetados (por así decir), los deseados, los inalcanzables, los increíbles así como los jefes del lugar eran los jóvenes que pertenecían al campo de medicina. Ellos eran intocables por dentro y por fuera, así eran todos los pertenecientes a ese campo.

Al entrar a su salón de clases buscó con la mirada a su mejor amiga Hanna James una chica alta, de tes blanca, cabello rojizo, ojos color miel y con un cuerpo lindo. Ambas se conocieron al iniciar su carrera en el campo de laboratorio. Si, ella deseaba poder trabajar en un gran laboratorio lleno de tubos de ensayo con los distintos químicos existentes, poder experimentar con cuerpos humanos, animales y vegetales. Era su mayor sueño. Algo al que se aferraba más que a nada. Ambas lo querían, claro está, y como todo estudiante ellas llevaban el tercer grado en esa gran universidad. Esperando con ansias poder terminar para ser alguien en la vida. Pertenecer a la vida adulta.

🍀🍀

Cuando su instructor terminó de explicar el compuesto en uno de los tubos de ensayo (el cual era color azul), todos en el salón tomaron el suyo y lo combinaron con otro liquido (color verde), dando una rara combinación entre ambos. Este se había transformado (de liquido) a solido con rapidez. Todos tomaron apuntes de lo presenciado y fue entonces cuando la hora de estudio acabó. Bethany tomó su pequeño bolso y salió en compañía de Hanna quien tecleaba en su celular con emoción.

–Aun es temprano ¿que te parece si vamos a comer algo? –propuso su amiga.

–Estoy de acuerdo.

Ambas se pasaron el brazo sobre el hombro de la otra y se dirigieron a una cafetería cercana a la universidad. Lo hacían siempre que salían de su clase ya que Gabriella y Melissa salían luego de una hora, y como ella las llevaba a todas a su casa (incluyendo a Hanna) no quedaba mas remedio que esperarlas. Ambas se adentraron a la cafetería donde tomaron asiento en una de las tantas mesas de esta. Observaron el menú y pidieron lo mismo de siempre. Hanna pedía una malteada de chocolate, una dona glaseada, mientras que Bethany pedía una de chocolate y dos muffins. Ambas degustaban de sus pedidos siempre que podían. Hasta que Matthew hizo acto de presencia en el lugar, tomando asiento junto a su novia. Hanna rodó los ojos en cansancio, le molestaba que Matt interviniera en todo lo que ellas dos hacían (siempre con el pretexto de que Beth era su novia y la quería cerca) eso la irritaba y fastidiaba. No lo soportaba, ya casi no tenía tiempo con su amiga.

»Es un pesado« se lo decía a ella, pero Bethany le restaba importancia. No le fastidiaba tampoco que lo mencionase pero no le terminaba de agradar. Mattew Bonnati era alguien deseado por todas las de su grupo: Cuerpo torneado, tatuajes en los brazos y pecho, cabellos negros y lindos, ojos color verde oscuro, labios rosados, tes blanca. Era como un dios griego andante. Pero en ese sentido Bethany era algo (muy, muy) celosa, »Es mios perras« decía en su mente, y es que del 1 al 100 ella era un 99.9% en celos. Sin mentiras, pero así son todas las mujeres ¿o no?

–Hola chicas. –planta un beso en la mejilla de su novia. – Esperando a Gaby y a Mel ¿cierto?

Ambas asienten y continúan devorando su comida, él pide un cannoli para pasar el rato y charlar junto a ellas, durante la espera. Los tres pasan los minutos de espera charlando sobre temas triviales, riendo de las locuras de Hanna, burlando a Matt por que hoy en su clase los chicos le untaron pegatina de colores en el asiento, y así hasta que observan a Gabriella a través del cristal de la cafetería, ella le da un ultimo abrazo a Falcó (su novio), se despiden y ella entra. Luego Mel se adentra sola.

No es algo extraño para el trio de amigos, ni siquiera para la hermana mayor. Todos los presentes en la mesa nunca (jamas) han visto a Melissa en una relación sería con algún chico. Ninguno. Tal ves, solo los utiliza, los enamora (siendo y luciendo lo bella que es) para luego dejarlos, así como si nada hubiese pasado entre ellos. Así que para ellos es difícil encontrarla en alguna relación normal. No sexual, con algún chico. Ella es alguien indescifrable, la mas fría de las trillizas, siendo esta tu peor pesadilla si algún día te llegas a topar con ella. Ella entró al lugar y se unió al grupo.

–¿Cuando será el día en que tengas una relación normal? –Matt no pudo ocultar lo obvio.

Ella quien tenia una goma de mascar en la boca, se encogió de hombros restándole importancia al asunto.

–¿Puedes callarte por una ves en tu vida Mattew? –dijo la mayor de las trillizas.

–¿Puedes dejar de ser tan tu Gabriella?

–Si estas buscando problemas... pues ya los tienes. –ella lo observó mal y él... se rió en su cara. – ¡Yo te mato!

–¡Basta! –dijo Hanna interviniendo. – ¿Pueden dejar de ser inmaduros por una ves en su vida, par de idiotas?

Ambos cuñados la observaron con asombro y ofensa fingidos, mientras Mel se reía de ellos al igual que Bethany. Hanna tomó sus cosas y salió del local. Y, luego de un rato los demás hicieron lo mismo. Matt se despidió y subió a su auto rojo, cuando todos estaban ya en el aparcamiento. Luego las chicas subieron al coche de Gabriella y se dirigieron a casa.

Todo marchaba bien en sus vidas, pero todo puede cambiar con el transcurso del tiempo, las cosas y las personas pueden ser distintas, diferentes a lo que una ves creímos conocer.

Todo puede cambiar...

Nunca lo olvides.Kde žijí příběhy. Začni objevovat