Capítulo #19

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»La fiesta, (II)«

///G///

Al ver como los chicos se lanzaban a las frías aguas de la gran piscina a ella le recorrió un escalofrío por todo el cuerpo. A Gabriella casi no le gustaba bañar en piscinas, ni en el mar, ni en ningún otro lugar donde el agua le llegase mas arriba del cuello. Esa noche ella se había llevado un short negro muy sexy que le llegaba mas arriba de la mitad de los muslos, junto a una camisa roja de mangas hasta los codos igual de sexy, y unas botas un poco abajo de las rodillas. Ella se veía atractiva ante los ojos de los chicos y los de su novio quien regresaba de adentro con dos vaso color neón en las manos. Y, él al igual que los demás chicos estaba sin camisa y con el signo Beta pintado en el pecho. Durante todo lo que llevaban ahí no habían podido divisar a Beth, ni a Mel, ni a Hanna. Y eso le resultaba extraño, no lo iba a dejar pasar pero por el momento solo se divertiría con su novio y luego llamaría a sus hermanas para verificar si se encuentran en la fiesta.

–¿Lograste divisar a Beth? –ella estaba mas preocupada por su hermanita porque Mel podía cuidarse sola.

–No, solo a Matthew. –tomó asiento a su lado h le tendió un vaso. –... Aunque, estaba con otra chica. Ambos se veían muy juntos.

–Se que él y Beth ocultan algo, lo cual no quieren decirme. –le dio un trago al contenido del vaso, supo que era wiskey.

–Vamos a bailar. –le tendió la mano.

Gaby lo observó divertida pero accedió, ambos se adentraron y en ese momento la canción cambió a una mas movida, era de Martín Garrix quien inundaba los oídos de todos los presentes en la fiesta. Todos comenzaron a saltar y a moverse al ritmo de la muy movida musica. Todos rozaban con otros sin importar lo sudados que estaban lo demás. Gaby y Falcó se unieron a la masa de gente que extendía las cosas en neón haciendo una ola de pulseras alzadas en todo el lugar.

Ya pasaban de las diez de la noche y la mayoría de personas ya estaba lo suficientemente intoxicadas como para (como en esa ocasión) estar tirados en cualquier rincón de la casa Beta. Gabriella dirigió su vista a la cocina de la casa, sabía que Melissa se  encontraba ahí porque era el único lugar de la casa donde se reunían para hacer apuestas en pocker, o hacían una clase de apuestas extrañas, y donde fumaban. Sin duda Mel estaría ahí. De eso estaba segura pero aun no podía encontrar a Bethany por ningún lado y eso es lo que mas la tenía sin cuidado. A la distancia pudo observar a su rubia amiga bailando con un chico que no conocía y pudo adivinar que estaba ebria.

Luego la llevaría a su casa. Pero antes de eso se la pasaría bien junto a su novio.

🍀🍀

///M///

Al observar las ultimas cartas que le quedaban en las manos Melissa estuvo convencida de que ganaría, otra ves, la apuesta. Sonrió con victoria a su contrincante y cuando su turno llegó, colocó el juego sobre la mesa. La otra chica se quedó sin palabras.

–Cuatro A imperiales.–dino Mel y luego tomó los seiscientos euros de la mesa.

Todo el dinero lo guardó en sus bolsillos, se levantó y se acercó a la siguiente mesa. Esta consistía en beber cualquiera de los líquidos (todos licores) que se encontraban ahí. Tomó la botella bacía y la hizo girar sobre la mesa, esta se detuvo señalando hacia un vaso el cual su líquido era color rosa. Lo cogió y de un solo trago se lo tomó, el líquido quemando su garganta. El paladar le quedó amargo y salió de la cocina. 

Wow! –dijo cuando casi se tropieza con un chico.

Estaba ebria pero no lo suficiente como para caer. No, aun podía sostenerse, así que siguió andando hasta que  encontrara un baño. Pero en el camino pudo divisar a un grupo de chicos acorralando a una chica rubia. Todos la observaban con morbo h la chica se cubría el rostro. Entonces a su mente vino Francella, apretó la mandíbula y se acercó a ellos, todos se encontraban en las escaleras. 

Cuando llegó a su lado pudo afirmar que era ella quien se encontraba acorralada por esos animales asquerosos. Escuchó un pequeño grito por parte de ella al sentir como uno de ellos la manoseada. Estaba asustada, tenia miedo. Así que sin poder resistir mas, Mel tocó el hombro del "líder" de ese grupo de idiotas y, cuando este se giró ella le estampó un puñetazo en la cara. Automáticamente el chico cayó al suelo siendo socorrido por sus amigos.

–¡No vuelvas a acercarte a ella! –le espetó furiosa.

El chico se sostenía la boca, de la cual brotaba sangre y se colocó rápidamente en pie para luego marcharse como todo un cobarde. Francella retiró las manos de su rostro y pudo observarla. Melissa solo le dedicó una mirada y sin decir mas, subió las escaleras. Se adentró a una de las habitaciones y buscó el cuarto de baño rápidamente. Al salir la oscuridad de la habitación la colocó pensativa, primero giró su vista hacia el balcón y luego salió hacia este, el frío aire nocturno chocó contra su cuerpo provocando un estremecimiento en ella. Suspiró y un pequeño aire helado salió de su boca.

Sin hacer mucho ruido Francella se adentró a la habitación y encontró a la castaña en el balcón. El viento movía su cabello de una forma majestuosa, y la luna iluminaba sus bonitos ojos azules. Se mordió el labio y llegó a su lado. Tomando una distancia prudente entre ambas.

–Gracias... –se escuchó decir en un susurro.

–No tienes por que agradecer. –ella no la observaba.

La rubia suspiró y apretó los labios, quería estar ahí con ella pero no sabia que mas decir. Hasta que su vista se clavó en las manos de ella, sus nudillos estaban dañados, el golpe había sido fuerte. Así que tomó su mano derecha.

–Te hiciste daño.

Mel apartó su mano, no queriendo tener contacto con ella. Y frunció el ceño al observarla.

–¿Estas enfadada por lo que sucedió... –Melissa la cortó alzando su mano.

–Ni lo menciones.

–Pero... ¿Porque tu no hiciste nada para detenerme? ¿Lo querías? ¿O solo lo hiciste por algo en especial? Dime.

Mel guardó silencio y ella no supo como continuar. Mel pudo darse cuenta de que las heridas en sus labios ya eran leves.

–¿Porque no me diriges la palabra en la universidad, o ahora? Solo quiero saber un porque y no estar como estúpida rogando una explicación.

–Porque tu me confundes...

Dijo al fin y ella lo entendió, eso que (ella) hacía estaba mal y lo sabía pero ¿como competir contra lo deseos? Era casi imposible. Para cualquiera. Y, sin pensarlo la rubia la abrazó por el cuello inhalando todo su aroma. Melissa cerró los ojos y también inhaló el dulce aroma a cerezas de Francella. Sin meditarlo lo suficiente tomó a la rubia de las mejillas obligándola a alzar la vista y plantó un beso en sus labios. Ambas chupaban, succionaban y lamían los labios de la otra. La rubia sintió los colmillos de la castaña pero solo era un rose leve. Y como siempre Mel tuvo el control de la situación, tomó su labio inferior y lo chupó con suavidad provocando que de la boca de la rubia emanara un gemidito apenas audible.

Y a pesar de todo, esa ves Melissa si disfrutó del beso...

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⏰ Last updated: Sep 15, 2019 ⏰

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