Nunca lo olvides.

Capítulo #17

»Recuerdos«

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El lunes por la mañana, al bajar del auto de Gaby las tres chicas avanzaron por el estacionamiento. La mayor de las hermanas notó que la moto de Mel no se encontraba aparcada ahí, por ningún lado en especial.  Pensó que quizá llegaría (como todos los días) mas tarde. Entonces siguió andando, hasta que en la entrada se despidió de su hermana y Hanna para retirarse a sus clases. Beth y su pelirroja amiga siguieron andando hasta que se toparon a Matthew en el pasillo.

La primera en tensarse fue Bethany quien apretó mas a sus pechos los libros que traía en manos. Hanna lo notó así que cambió su expresión a una seria. Pero no fue la tensión de Beth lo que provocó su seriedad, sino mas bien fue el simple hecho de que el imbécil de Matt se acercó a ellas y sostuvo de un brazo a su novia. La ira aumento en ella.

–Beth... linda, necesito hablar contigo. –dijo bajo y su amiga no respondió.

–Ella no tiene nada que hablar contigo, así que puedes largarte idiota.

–Tu no te metas Hanna, es con ella no contigo.

Y la pelirroja no pudo controlarse como se le ocurría a ese idiota hablarle así. Ella avanzó hasta quedar a pocos metros de él y... lanzarle una (muy, muy fuerte) patada en los genitales. Todos exclamaron un:

Uh...!

Luego del impacto Matthew calló al suelo cubriendo sus partes y retorciéndose del dolor.

Valla que había dolido...!!

Hanna solo pudo reírse en su cara al igual que los demás chicos curiosos que se mantenían a escasos metros de ellos. Algunos que otros se pasaron de chistosos y tomaron ciertas fotos y vídeos al joven. Las cuales subieron a you-tube poco después. Bethany también gozó de eso y no pudo evitar reír también.

–No vuelvas a acercarte a nosotras idiota. –la pelirroja le sacó el dedo corazón al joven que aun seguía en el suelo.

Tomó por el brazo a su mejor amiga y siguió avanzando.

Aun con las risas de los demás a sus espaldas Matt se sintió (por primera ves) humillado, un completo imbécil, la burla de la universidad.

Pero eso no se quedaría así, no para él, estaba claro que él recobraría venganza...

🍀🍀

Al bajar del auto de Gabriella, Beth dio un gran suspiro al observar su casa. Su mente estaba mas que ocupada tratando de pensar en que es lo que se colocaría para la fiesta de fin de mes. Aun no encontraba el atuendo adecuado para la ocasión, porque no pensaba ir como una puberta a una fiesta de chicos adultos. Con sus vestidos de princesa y unas cuantas niñerías...

Patético...

Al entrar, lo primero que hizo fue subir a su habitación con algo de pereza y tecleó su celular en un mensaje dirigido a Hanna, que le proponía salir de compras ya que la fiesta era el sábado de esa misma semana, y tomando en cuenta que Hanna también asistiría le resultaba mejor la situación. Tambien le tomaba en gracia que su amiga no solo iría a bailar, beber y embriagarse hasta que las nalgas no le den para mas, no. Al contrario ella iría a conseguir un lige de una sola noche, y así era ella, dispuesta a todo...

A todo...

Beth pensó en que podía caber la posibilidad de que ella lo consiguiera con alguien, si. Pero no con cualquiera, si mas ella tenia la belleza de poseer, hipnotizar a alguien con su atractivo físico y su sonrisa angelical. Lo único que ella deseaba (y lo que Beth mas que nadie sabia era que) y anhelaba poder llegar a tener algo con Jadhier Palaviccini, el playboy del campo de ingeniería, él y M...

Descartó la idea de mencionar su nombre, ese idiota se llevaba (muy probablemente) a chicas a su cama sin importar nada y ella no dejaba de pensar en él. Se sintió ridícula, idiota e ingenua por pensar en alguien que ya no la tomaba en cuenta, en alguien que le hizo daño, en alguien como él... Pero trataría de olvidarlo, a como diese lugar.

Y con respecto a la fiesta, ella solo asistiría porque Alessandro se lo propuso, de su parte no se apareciera por ahí. Ella no tomaba (y si lo hacia solo era vino), ella no bailaba, ella no consumía drogas, ella no fumaba (como Melissa), ella no iba a fiestas... Y ese era un gran avance en su vida adolescente, en su vida universitaria. Y valla que lo era. Pero ella sabía que estaba protegida al tener a sus dos hermanas en el mismo lugar, aunque estas estuviesen a distintas distancias. Tenia a Gabriella quien podía llevarla a casa a la hora que ella quisiera, y también a Melissa quien podía defenderla (ya que desde pequeña practicaba defensa personal) si se llegase el caso. Y, de repente a su mente vinieron tres niñas castañas, de ojos azules y todas del mismo tamaño. Las tres en un jardín verde, buscando con emoción tréboles de cuatro hojas, esas peculiares plantitas les resultaban divertidas y extrañas a la ves. Entonces recordó un episodio de su niñez como una visión:

Tres hermosas niñas se encontraban en el jardín trasero de su casa, ellas tenían solo seis años de edad y recolectaban cuantos tréboles hayasen.

–Mira Mel este en de cinco. –dijo la mayor de ellas.

En ese entonces ella eran muy unidas. Melissa observó el peculiar trébol de cinco hojas en las pequeñas manos de su hermana mayor. Frunció el ceño.

–¿Porque tu tienes uno de cinco? –miró los que ella tenía, todos eran de cuatro.

–No lo sé, pero dice... –Beth y Mel la escucharon atentas. –... Dice papá que si encuentras un trébol de cinco hojas en los jardines la suerte estará de tu lado y que ¡todos tus sueños se harán realidad.!

Las otras dos niñas abrieron sus ojos azules en asombro y se lanzaron encima de su hermana mayor, todo esto para tratar de quitarle su "suerte" a ella.  En eso su padre llegó y rescató a su primogénita de las garras de sus hermanas.

–Niñas, no jueguen de esa manera, alguna de ustedes podría salir lastimada.

Las tres asintieron cabizbaja, él sonrió a las tres y luego de un rato ayudó a sus hijas a conseguir mas tréboles de cinco hojas...

Una gruesa lágrima recorrió el rostro de Bethany en ese momento, el recordar su niñez y a su padre la colocaban sentimental. Pero a pesar de eso, adoraba recordarlos cada ves que podía. Ya que sus hermanas y ella no eran tan unidas como antes.

Ya no.