Capítulo #12

0 0 0
                                    


»Bofetada«


///M///

El primer lunes de Abril a las seis con treinta de la mañana Melissa bajaba de su moto en la universidad. Al sacar las llaves de esta avanzó por todo el aparcamiento y se adentró al lugar donde pasando por los pasillos llegó a su salón de clases. Al entrar su tutora la observó con una ceja alzada y los brazos cruzados.

Era normal para todos los presentes ahí que ella llegase media hora después, ya que las clases comenzaban a las seis en punto. Pero ella se retrasaba. Su tutora le dio el pase y ella pudo acomodarse en el mismo lugar de siempre... al fondo.

–Que sea la ultima ves señorita Anderson.

Mel solo asintió (aunque no le prometía nada).

Claro que lo volvería a hacer...

🍀🍀

Cuando la hora estudiantil acabó a las tres de la tarde, Melissa tomó su chaqueta de cuero negro, salió al aparcamiento y subió a su moto. Al insertar la llave alzó un poco la vista y encontró a sus dos hermanas, a Hanna, y a Francella conversando, las cuatro iban caminando al auto azul de su hermana mayor.

Al sentir su mirada Francella miró en su dirección y con una sonrisa en los labios la saludó con la mano. Mel solo asintió en respuesta, observó a Matthew (su cuñado) unos metros de ellas con el celular en el oído y una sonrisa bastante amplia. Pero Beth ni siquiera le dedicaba una mirada, supo que algo andaba mal... Su hermana no era así, jamas era así. Luego lo averiguaría. Así que sin mas se colocó el casco y arrancó cuando sus hermanas ya habían salido del aparcamiento.

Decidió irse por el camino largo, no quería ser la primera en llegar a casa, así que le daría tiempo a las chicas para que llegasen primero. En el camino observó una gran variedad de quioscos, los cuales ofrecían cosas antiguas, anillos, collares, gorros para el sol y entonces algo llamó su atención. Sin pensarlo dos veces se acercó al puesto y lo detalló mejor. Era una pequeña cadena de cierto material cuyo nombre no recordaba, el dije era en forma de gota de agua y dentro de esta un trébol de cuatro hojas. Recordó cuando ella y sus hermanas pasaban largo rato en el jardín buscando unos, a los cinco años. Las tres eran admiradoras de dicha planta. Sonrió y llevó tres de esa. Ella se colocó una y las otras dos las guardó.

Sabía que a ellas le encantaría el detalle, volvió a arrancar dirigiéndose a casa. Una ves fuera de esta misma, no pudo divisar el auto de Gabriella. Lo notó extraño. Entró a casa y colocó una mueca de irritación al ver a Jadhier Palaviccini en el sofá con una botella de agua en las manos. No se sorprendió al encontrarlo porque a ella no le sorprendía casi nada. Sin darle mucha importancia bufó. Él era alguien que ella odiaba, no le gradaba en absoluto, desde el día en que se dio cuenta de su (estúpido) enamoramiento hacia con su persona, pero ¿como no notarlo? Ella se dio cuenta de que él la observaba con dulzura cada ves que llegaba a su casa, si, el llegaba porque era amigo de las chicas... no suyo. Pero de lo que si estaba segura es de que jamas le haría caso...

–¿Que haces aquí? –dijo seca.

–Melissa... –se colocó en pie al oírla y una sonrisa estúpida abarcó su boca. –Em... solo esperaba a las chicas.

–¿No han llegado aun?

–Claro que si, están en el jardín. –se acercó a ella.

–De acuerdo...

Los ojos de ella pasaron por los suyos por un momento y se quedó ahí observándolo, preguntándose ¿que era lo causante de tanta obsesión con ella? No lo sabía, pero era un idiota que no se autovaloraba al seguirla buscando, al seguir insistiendo. Se relamió los labios en señal de que necesitaba un poco de agua, no había tomado desde que llegó a la universidad.  Y cuando estaba a punto de darse la vuelta e irse de ahí, Jadhier la tomó por sorpresa al inclinarse y... al besarle los labios.

Ella no forcejeó sus labios eran suaves y cálidos, entonces abrió la boca y él continuó con el beso. Sus labios se movían lento, despacio, saboreandose. Ella no lo apartó porque de cierto modo le estaba cumpliendo el deseo... Lo hizo por lastima mas que todo. Pero entonces la puerta se abrió y ella lo escuchó, lo apartó con brusquedad de su lado y antes de irse alzó su mano para luego estamparla en su mejilla, en una (fuerte) bofetada. 

Pero ya era tarde Gabriella lo había visto todo. Ella se giró y observó a su hermana mayor en la puerta con los ojos muy abiertos al igual que su boca. Melissa avanzó por las escaleras y se percató de que no solo su hermana los había visto sino también Francella, quien observaba a Jadhier con los labios apretados (y mandíbula) y con una mirada fulminante, de muerte. Subió con rapidez las escaleras, dejándolos atrás.

Gabriella alzó sus pulgares en una afirmativa, pero su mejor amiga no pensaba lo mismo...

–Bien hecho. –dijo ella.

–Valió la pena, aunque golpea muy fuerte. –él mantenía su mano en su mejilla.

Gaby se rió y le hizo pasar al jardín, mientras la rubia miraba en dirección a las escaleras.

–¿Vienes?

–Si, ya voy. –la siguió a fuera.

Todo esto con un mal sabor de boca...

Nunca lo olvides.Where stories live. Discover now