Capítulo #18

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»La fiesta, (I)«

///B///

El ultimo sábado de Abril, por la mañana Beth se levantó mas temprano de lo usual, Hanna (quien había pasado la noche del viernes en su casa) y ella fueron al centro comercial a comprar nuevas pinturas de uñas, sombras... Maquillaje, todo nuevo exclusivamente para la fiesta de esa noche y para estar listas antes de las ocho. Al llegar y subir las escaleras eléctricas entraron a las distintas tiendas, buscando ropa, maquillaje, accesorios y demás.

Luego de unas horas con cierras bolsas en sus manos entraron a un café de ahí y pidieron dos Lates.

–Ah, es un día bastante agitado. –comentó la pelirroja a su amiga.

–Ya lo creo. –la otra tomó de su late. – espero que la fiesta valga la pena.

–Si la fiesta es una mierda, juró que mataré a esos idiotas. –Hanna también le dio un sorbo a su bebida.

Beth rió y negó con la cabeza, sabía de lo que era capaz ella, así que ya no le sorprendían sus comentarios. Pero al ver pasar a un chico cerca de ellas, inmediatamente Metthew vino a su mente, sabía que se estaba torturando al recordarlo, pero no podía dejar de lado el tema. Ella estaba consiente de que él asistiría a la fiesta, él lo hacía cada año, sin ninguna falta. Pero por un lado ella tal ves lograría celarlo con Alessandro, y aunque sabía que él era su amigo tal ves lograría convencerlo de su juego. No estaba mal, ¿o si?.

Al salir del centro comercial y tomar un taxi. Hanna y ellas tenían tiempo de sobra para alistar todo lo que se pondrían, como se maquillarían, y hasta para esperar a los chicos. Si, porque ellos las llevarían y, aunque Hanna no estaba muy convencida accedería solo para no tener que gastar su dinero en taxis que muy probablemente la dejarían en otro sitio y que se aprovecharían de su embriaguez. No pensaba terminar así, no esa noche.

🍀🍀

A las ocho de la noche las chicas terminaban de alistarse y maquillarse. A esa hora Gabriella y Melissa ya habían abandonado la casa, en su moto y auto. Dejando a las otras chicas solas. Porque ni siquiera Vanessa se encontraba, ese día decidió ir a visitar a Livianna en su casa. No pensaba quedarse sola mientras sus hijas se divertían en una fiesta.

–Las idiotas de tus hermanas nos dejaron.

Beth rió y al escuchar el claxon de un auto sonrió y se observó una ves mas en el espejo de cuerpo completo. Hanna observó por la ventana y frunció el ceño al divisar tres autos lujosos fuera de casa, ¿no era sólo uno?. Las tres bajaron a la planta baja, y se encargaron de apagar todas las luces y de dejar la puesta con seguro. Beth también se sorprendió al encontrar tres autos. Los cuales de ellos salieron tres atractivos chicos, los mismos arrogantes de siempre.

Ciao bambinas. –dijo Bruno al llegar junto a ellas.

Franccesco también las saludó pero con una agitación de manos, y luego el líder. Hanna seguía con la intriga.

–Y, ¿quien nos llevará?

–Pueden ir en el auto que quieran. –dijo Sandro y sonrió a los vehículos.

Las chicas observaron los autos con atención y comprendieron que estos solamente tenían dos asientos: el del piloto y copiloto. Apretaron los labios y la primera en habla fue la pelirroja.

–Bien, siendo así yo iré en al auto... –lo pensó mientras elegía el mas lindo. –... En el deportivo rojo.

Dijo sin saber de quien era, Alessandro tomó con suavidad el brazo de Bethany y le sonrió.

–De acuerdo, entonces Beth tu vendrás conmigo.

Ella aceptó y cuando todos subieron a los autos Hanna se arrepintió de haber elegido ese auto, ya que este era de Bruno.

🍀🍀

Durante el camino a la fiesta ninguno de ellos habló, no por tensión ni por nervios, sino porque ninguno de ellos tenía algo que decir. No sabían como entablar una conversación y eso resultaba extraño ya que el ambiente era silencioso. Pero a pesar de eso ella pudo contemplar con mayor detalle el interior del auto, este tenía el olor peculiar de la colonia que él utilizaba, la cual le resultaba deliciosa. Por dentro tenía tonalidades en morado y eso le daba un buen ambiente al auto, también notó que en el espejo retrovisor había colgado un aromatizantes para autos en forma de trébol, así que sonrió al verlo. A parte de todo eso lo que hacia al auto lujoso era su encendido, no era con llave o tarjeta sino con huella digital, tenía GPS y calefacción dentro de este, el cual solo encendía cuando las lluvias o la nieve azotaba la ciudad de Italia.

Al estar frente a la gran (grandísima) casa Betha pudieron escuchar la musica a todo volumen incluso desde la distancia en la que se encontraban. Junto a la decoración en el jardín delantero con tonos de neón los cuales hacían resaltar el lugar. Una ves encontrar lugar donde estacionarse, bajaron del auto y avanzaron hasta la puerta fondo lo demás ya se encontraban pagando y recibiendo su entrada. Cuando su turno llegó a ella le colocaron una pulsera neón en color rosa y cuando se giró para esperarlo a él, observó cuando se retiraba la camisa y los chicos de la entrada le untaban pintura neón en diferentes colores, dibujando el símbolo Beta: ∆ Π ‡ en el pecho.

Ella no pudo apartar la vista de sus músculos pero se contuvo y ambos se adentraron a la fiesta, todo estaba oscuro además de las luces en neón que habían en las paredes, pulseras, cuerpos, en el techo y hasta en los accesorios que se encontraban en una mesa de Snacks. Al alzar la vista observó un gran letrero que se encontraba en la pared de la barra, el cual decía:

Neón Time.

Frunció el ceño pero lo dejó pasar, sobre la mesa pudo detallar que se encontraban lentes de sol, vasos descartables, tubos (los cuales eran muy parecidos a los tubos de ensayo del laboratorio). Todo esto en neón. La musica estaba alta y los chicos estaban comenzando a llegar ya que aun era muy temprano, aun no pasaban de las nueve de la noche. Así que la fiesta aun estaba comenzando.

Sería una noche larga pero divertida...

Nunca lo olvides.Where stories live. Discover now