Capítulo #16

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»Situación«


///B///

El sábado por la mañana Gabriella, Hanna y Bethany se encontraban en la cocina preparando el desayuno muy alegremente. Cada una hacía cosas distintas, repartiéndose así los roles. Beth no paraba de pensar en Matt y en como la había tratado los últimos días, su comportamiento no es normal, pensó entonces en la causa de su enojo hacia con ella, pensó en si él tuviera el descaro de tener a otra chica a su lado, pensó en su relación y en como había retrocedido.

Ella, en lo mas profundo de su ser, lo extrañaba, y mucho. Y es que, como no hacerlo, si había compartido con el tanto tiempo que le resultaba extraño estar peleados. Cuando la comida estuvo lista, las tres salieron a la sala para descansar, colocar musica o alguna película. Gaby se sentó en el sofá con su celular en las manos, se estaba mensajeando con su novio. Hanna y Bethany elegían una película para ver mientras degustaban de las cosas que habían preparado. Y, luego de un rato Melissa bajó las escaleras con algo de prisa, todas la observaron con confusión. Pero ella no se detuvo a verlas, abrió la puerta, salió y al rato se escuchó el sonido de un motor al encenderse acompañado con el chillido de las llantas al chocas contra el asfalto. Las tres supieron entonces que ella se había largado en su moto.

Gabriella parecía preocupada en ese momento, y dirigió su vista al ver que alguien mas bajaba las escaleras. Reconoció la cabellera rubia de su amiga y no la notó bien.

–¿Francella...?– la rubia se sobresaltó al escucharla. – ¿Te encuentras bien?

Mm... si.

Ella tomó asiento a su lado y Gaby pudo inspeccionarla mejor. No se veía bien físicamente e intentaba aparentar que estaba bien. Pero la castaña no se lo terminaba de creer, algo había pasado y, tal ves, mas adelante lo sabría. La rubia apartó un mechón de su rostro y lo colocó detrás de su oreja, mostrando su cara con mejor ángulo. Y, cuando Gaby estaba a punto de dejar el tema observó el labio partido de su amiga y recordó que anoche no lo tenía así...

–¿Que te sucedió? –la tomó por el mentón girando completamente su rostro hacia ella.

Entonces notó que no solo tenia partido a un lado sino a ambos, la comisura de sus labios estaba hinchada y no se veía para nada bien. Se preocupó mas.

–Estoy bien Gaby, no pasa nada. –apretó los labios lastimándose un poco. – Solo...

No encontraba una buena excusa para inventarle porque no podía ir y decirle: "Oye Gaby tu hermana y yo nos besamos, y ¿sabes? tiene unos colmillos muy afilados, me hizo daño y ya" no claro que no podía decirle eso, no a ella, porque sabía como era su amiga de protectora para con sus hermanas. No pensaba contárselo.

–... Solo me mordí al dormir. –dijo tratando de sonar normal. – es todo.

Y aunque no le creía nada se limitó a asentir. Y cuando Hanna por fin se decidió por una película las cuatro degustaron de una buena película junto a una deliciosa comida.

🍀🍀

///A///

Al bajar del yate y entrar a su auto, colocando musica relajante Alessandro se estaba preparando mental y físicamente para llegar a ese lugar, al que por tanto tiempo llamó hogar. En el camino solo pensaba en que hacer, estaba harto de la vida que llevaba y, deseaba poder cambiarla. Y valla que lo deseaba.

Al llegar a su casa bajó con algo de pereza y luego entró pero no se encontró la casa vacía, al contrario escuchó ruidos provenientes del comedor. Frunció el ceño y apretó los labios, porque a veces su (descarado y estúpido) padre llevaba a chicas de la edad de sus hijos para hacer quien sabe que con ellas. Todo esto a conciencia de que su esposa, la madre de sus hijos se mantenía en casa. Apretó la mandíbula y en ves de ir y pelear decidió ir al jardín donde se encontró a su madre y a Amellia sentadas en las tumbonas frente a la gran piscina, con unas copas de vino en las manos. Si, la dejaban tomar vino porque, ya tenía veinte años así que ¿porque no?.

Ciao bambinas. –(hola bebes) dijo llegando a su lado, siempre que estaba con ellas les hablaba en su idioma.

Ciao piccolo. –(hola pequeño) su madre le besó la cabeza.

Él escuchó como una puerta era abierta y luego escuchó risas de una chica, joven al parecer. Rodó los ojos y bufó al escucharlos subir las escaleras hacia la planta alta de la casa.

Assurdo. –(absurdo) dijeron los hermanos al unisono.

Su madre solo rió ante el desprecio que sentían ellos hacia su padre, en ese momento Adriaen salió al jardín con una expresión seria y observó primero a su madre.

–Hola madre. –dijo y le besó la cabeza rubia.

–Hola mi amor. –su acento se marcó.

–¿Otra ves ese idiota trajo a una jovencita? –ahora le preguntó a sus hermanos, ambos asintieron.

El mayor de ellos suspiró en cansancio y Sandro se colocó en pie a sabiendas de lo que sucedería, Adriaen sin poder contenerse se adentró a la casa. Su madre le hizo de señas que lo detuviera. Alessandro caminó tras de su hermano mayor, quien subía las escaleras con prisa y la rabia notoria en su rostro. Cuando llegó a la habitación intentó abrir la puerta de esta pero estaba con seguro. Así que la golpeó con fuerza.

–¡Giovanni! –dijo él y le dio otro golpe a la puerta. – ¡Sal de ahí maldito!

–Adriaen colntrolate por favor. –dijo Sandro pero el otro estaba cegado por la ira.

Luego de tantos golpes y patadas por su parte la puerta cedió y él pudo entrar encontrándose con una de las escenas de siempre. Su padre sobre la chica, embistiéndola. Cuando escuchó que sus hijos habían entrado se separó de ella y los observó con desconcierto.

–¿Que hacen aquí par de idiotas? –por su forma de hablar se dieron cuenta que su padre estaba mas que ebrio.

–¡¿No le tienes ni una pizca de respeto a nuestra madre, cierto?! –intentó acercarse pero Alessandro lo detuvo.

–¡Por mi parte digo que todos se vallan a la mierda y dejen de joderme! –dijo sentándose en el borde de la cama.

–Yo te diré quien se irá a la mierda. –intentó golpearlo su primogénito pero otra ves fue detenido por su hermano menor.

–A mi no me importaría que ellos se unieran a la diversión. –dijo la chica mostrando sus pechos, también estaba intoxicada.

–Me das asco, Giovanni. –dijo mas calmo. – ¡los dos se pueden ir al infierno!

Y salió de ahí, su otro hijo solo pudo observarlo con asco, odio y hasta con lastima.

Esa noche dormiría junto a su madre...

Ya no soportaba la situación...

Ninguno de los tres...

Nunca lo olvides.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt