Capítulo #10

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»Extraños«


///B///

Mediante el pasar de los días Bethany se colocaba cada ves mas pensativa con respecto a su relación amorosa con Matthew ya que él no la miraba, ni le hablaba (al menos no con tanta frecuencia), y ya no llegaba a su casa.

Era algo extraño para ella, no estaba acostumbrada a recibir ese trato, mucho menos viniendo de él. Al salir de las clases Hanna y ella no fueron al café, sino mas bien se quedaron en el aparcamiento donde se suponía y estaría el auto de Gabriella, pero al llegar... este no se encontraba. Ambas se alarmaron porque la casa no es como si les quedase cerca, al contrario. Y eso iba a volverse un problema, también porque ninguna de las dos llevaba dinero en efectivo.

Ambas creyeron que algo había pasado como para que ella las dejase solas. Y de seguro era algo grave, entonces sus nervios aumentaron. Ambas también pudieron percatarse de que la moto de Melissa tampoco se encontraba ahí.

–¿Ahora que demonios haremos? –dijo la pelirroja con desesperación.

–Calma Hanna, ya encontraremos la forma de irnos.

Bethany trató de tranquilizar a su mejor amiga pero ella no paraba de dar vueltas por cierta parte del aparcamiento. Ella al ver la desesperada manera de tratar de largarse de allí, de su mejor amiga suspiró y se cruzó de brazos. Hasta que, sin pensarlo su vista de desvío hacia su costado y observó su única salvación en ese instante.

–Hanna... –su amiga se detuvo y la observó, luego siguió su mirada hasta encontrarse con...

–Ni lo pienses... –la apuntó.

–Es nuestra única opción. ¿Que mas podemos hacer?

Y, ella lo pensó por un instante hasta que se dio por vencida, asintió y luego ambas se acercaron a su lujoso y autentico auto. Ellas no pedían ayuda nunca, menos la pelirroja, y es que jamas le gustó el hacerlo. Al menos eso es lo que creía Beth sobre su amiga, ya que de las dos ella siempre era la mas calma, compasiva e incluso era ella quien siempre pedía ayuda a nombre de las dos. Así que ¿porque esta ves no sería distinto?

–¿Alessandro? –Beth se acercó un poco mas mientras la otra permanecía lejos.

–Oh, hola niña ¿que pasa? –él se giró con una gran sonrisa en su cara.

Em... queremos preguntarte si... –bajó un poco la vos. –... Tu... ¿puedes llevarnos a casa...?

–¿Sucedió algo? –él se preocupó y observó por unos instantes a Hanna.

–Si, la... digo, a mi hermana se le olvidó que tenia que llevarnos. Así que...

–Claro, no hay problema. –asintió señalando su auto. – Suban, yo las llevaré.

Ella le sonrió en gratitud y, Hanna subió con algo de prisa al auto. Luego lo hicieron ellos. Era la primera ves que ambas viajarían con un desconocido y que él llevaría a dos desconocidas. Nunca lo habían hecho así que les resultaba extraño.

Luego de que ambas les dieran las direcciones de sus casas, él se adentró a la carretera con la vista al frente pero su mente en otro lado. Y quizá en cierta persona presente ahí. La mente de Beth también estaba en otro sitio, miraba a través de la ventana del coche pensando, recordando o tal ves fantaseando... no lo sabia en realidad hasta que el abrir de una puerta irrumpió sus pensamientos, supo entonces que estaban en casa de Hanna. 

–Gracias idiota. –dijo al salir.

Pero ella era así, no era anormal su comportamiento frente a los demás, menos si estaba con su mejor amiga. Pero cuando Hanna entró a su casa, los nervios le recorrieron el cuerpo de inmediato en ese instante. Sabía que se quedaría sola con él durante el camino a casa, y eso la aterraba de cierto modo. Tragó grueso y trató de relajarse mientras el volvía a arrancar. Pero, ¿como estar tranquilo sabiendo que un desconocido (si aun eran desconocidos, no llevaban ni siquiera una semana de amistad, eran solo días) te llevará a casa? ¿Como saber si estás a salvo? No lo sabía pero trataría de controlar la situación.

–Bethany... –él la llamó.

–¿Si...? –el pulso se le aceleró.

Eso no es bueno...

–¿Iras a La fiesta el próximo mes?

–Pues... no lo sé...

Y era cierto no lo sabía, ya que La fiesta así era nombrada por la fraternidad mas popular en la universidad, ellos daban una gran (grandísima) fiesta en la casa Beta. Podías asistir si querías, era opcional, pero Bethany no iba a ese tipo de fiestas donde hay alcohol, drogas, musica a todo volumen, cigarrillos, personas ebrias teniendo sexo donde sea... Ella prefería no asistir a esos lugares, no era lo suyo decía pero a esa edad ¿a quien no le gusta salir a divertirse de ves en cuando? Claro esta que todos los jóvenes se divierten, disfrutan la vida.

De lo que si estaba segura era de que Melissa y Gabriella asistían todos los años, sin falta alguna. Ellas si sabían divertirse, en cambio ella era muy distinta a sus hermanas quienes por ser las mayores eran expertas en las cosas que hacían o decían. En fin, la fiesta se daba debido al nuevo año, al nuevo ciclo universitario, para todos los que estaban claro está. Los integrantes de dicha fraternidad se esmeraban con cada fiesta que daban. Siempre eran distintas y no eran repetitivas, jamas, eso era inaceptable para ellos y su código. Pero como ya había mencionado antes daban esta fiesta en conmemoración a sus "antepasados", los antiguos integrantes de la fraternidad tenían esa tradición anual. Y ellos no iban a dejar que eso se perdiera.

–...¿Tu vas a asistir? –ella se atrevió a preguntar.

–Si, todos los años asisto, yo y mis amigos... –la observó por unos instantes y luego miró de nuevo al frente.

Ella calló en ese instante, no sabía como continuar la conversación y tampoco lo intentó.

–...Sería divertido que nos acompañaras.

Que...?

Acompañarlos...?

A ellos...?

Pensó internamente mientras pensaba en la respuesta. Ella no quería asistir, tampoco se le pasó por la mente en ningún momento, pero ¿como decir que no? Iba a asistir con el chico mas deseado de la universidad, y lo mejor de todo es que él se lo propuso a ella. Ella se tomó un tiempo pensando, en las posibles respuestas y oportunidades. Una de las ventajas sería: que sus hermanas también asistirán así que no se sentiría tan sola, aunque también podría ir con Hanna. Pero la desventaja era: que no sabía si Matthew iría y las cosas entre ellos no estaban del todo bien. Y tendría que enfrentarlo a la cara...

–De acuerdo... –sonrió mirando en su dirección. – Si asistiré.


No estaba segura de lo que pasaría pero sin duda alguna sería divertido...

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