Capítulo 21

4K 251 8
                                    

-Has sido muy grosero con él -le reprochó Ana.

-No siempre soy así.

-Eso es cierto. Sólo sé de ti lo que mostraste hace ocho años, y casi todo debía de ser pura fachada - parecía más complacida que enfadada por aquella suposición.

-Lo único que fingí fue ser estudiante. El resto era yo.

Ana se limitó a mirarla con expresión pensativa.

-Crees que estoy mintiendo -dijo Mimi.

-Creo que no eres consciente de lo mucho que ocultabas cuando estuvimos juntas.

-¿A qué te refieres?

-Eres una mujer muy intensa, Mimi. Hace ocho años te esforzabas por ocultar esa intensidad en todo momento, pero desde ayer no has dejado de mostrarla.

-Si tú lo dices...

-Lo digo.

Mimi decidió cambiar de tema.

-¿Y ese tatuaje?

-Me pareció apropiado en su tiempo -respondió Ana, encogiéndose de hombros.

-¿Por qué?

-Es el Correcaminos. Debería ser una presa fácil, ¿verdad? Pero no lo es.


Necesitaba recordarme que yo tampoco lo era. Que no tenía que adaptarme al molde que habían creado para mí, por muy difícil que fuera vivir de otra manera.

-¿Cuándo te lo hiciste?

-Un mes después de que te marcharas.

Mimi se sintió culpable por alguna razón incomprensible. Era una emoción extraña e inquietante, y en situaciones como esa, cuando era imposible defenderse, había que pasar al ataque. Le funcionaba en los negocios, ¿por qué no intentarlo en las relaciones personales? No es que tuviera una relación con Ana, pero tampoco podía negar que era más que una simple clienta.

-¿Tenías que aparecer en bañador delante de ese crío?

-No parece que le haya desagradado mucho -repuso Ana mientras empezaba a comer. Probó el cangrejo y emitió un gemido de placer.

-¿Te diviertes exhibiéndote delante de otros hombres? -era consciente de que parecía un padre severo, pero no podía evitarlo.

Ana se echó a reír.

-Era un joven muy impresionable, ¿no te parece?

Mimi apretó la mandíbula, y Ana se apresuró a tocarle el brazo.

-Relájate. Sólo estaba bromeando. Sólo estábamos charlando amistosamente, nada más.

El cuerpo de Mimi reaccionó con una sacudida al roce de Ana.

-Una charla amistosa medio desnuda equivale a un coqueteo.

-Pensaba volver al jacuzzi después de desayunar y por eso no he querido cambiarme, pero si tanto te molesta me pondré algo en seguida.

-No me molesta cómo vayas vestida -dijo Mimi secamente, y al momento quiso tragarse sus palabras.

-Entonces, ¿lo único que te molesta es que otros hombres me vean con poca ropa?

-Medio desnuda, más bien -murmuró Mimi con un gruñido.

Ana sacudió la cabeza.

-¿Sabes lo que creo?

-¿Qué?

-Que estás proyectando tus sentimientos en ese joven. Y por eso supones que él también me desea... igual que tú.

La princesa y la guardaespaldas (Warmi)Where stories live. Discover now