Capítulo 10

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La lluvia golpeaba las ventanas desde la noche anterior. Caía tan recia que ni siquiera Jaime se atrevió a salir de casa para ir a la escuela. Ya no se regresó a la habitación, continuó dormitando durante esa fría mañana entre las mantas y la suavidad del sofá.

-¿Jaime? –Bart preguntó saliendo de la habitación y llegando al pasillo-. ¿No irás a la escuela?

El mayor abrió los ojos sorprendiéndose por esa linda interrupción a su descanso. Se sentó peinando un poco su cabello.

-Ho-hola, Bart. Buenos días. ¿Cómo dormiste?

-Bien... A pesar de la lluvia... Sigue lloviendo, ¿cierto?

-Sí. Y no, no iré a clases. Ni loco saldré de aquí, ni siquiera con un paraguas lograría llegar seco. Las calles deben estar inundadas.

-¿De verdad? ¡Vaya! –Expresó el pelirrojo silbando y acercándose a las ventanas-.

Arrimó la cortina descubriendo el cielo gris y las decenas de charcos en las calles solitarias.

-Veo... veo que ya caminas sin las muletas... ¿Ya no te duele? –Jaime demandó observando la soltura con la que Bart caminaba-.

-¿Mi pie? Pues, ya puedo apoyarlo, aunque lo siento extraño. Khaji dijo que es normal; hace más de un mes que no lo usaba. Sólo debo hacer los ejercicios que me enseñó y estaré bien...

-Entonces... -Habló sonrojándose y desviando su mirada hacia un punto en la pared-. Ya puedes caminar libremente... ¿no es así?

-S-sí... -Respondió distrayéndose con la imagen tétrica de la vía pública, demasiada como para ser las ocho de la mañana-.

-Y... no habría problema que caminaras... no sé... por el parque o por los pasillos de un centro comercial o por una vereda en la colina, ¿verdad?

-Supongo que no...

-Entonces... Presumo que ya podríamos... tú y yo... salir en una cita, ¿o no? –Inquirió bajando su voz-.

El interrogado se silenció absorto en esas últimas palabras. Acompañó a Jaime en su tímido bochorno. Sus mejillas comenzaron a encenderse en un débil tono carmesí. Abandonó el paisaje urbano, cambiándolo por uno más cálido al encuadrar al joven anfitrión. Caminó hacia él sentándose a un lado.

-¿Qui-qui... quieres salir conmigo, Jaime? –Le preguntó jalando un poco de las mantas, pidiéndole una porción para también cubrirse-.

El moreno comprendió enseguida la petición. Extendió la manta ofreciéndole un lugar junto a él.

-¿Tú... tú quieres? –Jaime le devolvió la pregunta, abrazando a su amigo y arropándolo con la suave manta-.

Bart sonrió sumamente avergonzado. Recargó su cabeza en el hombro calentito del mayor, correspondiendo la caricia, rodeando su dorso con ambos brazos.

-Sí, me encantaría... -Contestó posando sus ojos sobre la misma pared que Jaime ya miraba fijamente-.

El mayor sonrió inigualablemente.

-Bart... -Llamó tragando saliva-.

-Dime...

-¿Puedo besarte? –Le preguntó buscando su rostro-.

El pelirrojo irguió su cabeza, sus mejillas ya ardían flamantes junto con sus orejas. Se halló tan azorado que aceptó la propuesta con un movimiento de barbilla sin pronunciar sonido alguno. Jaime se asistió de su izquierda para tomar el rostro y acomodarlo para completar su mimo.

No sueltes mi mano [BluePulse]Where stories live. Discover now