Capítulo 27

114 10 44
                                    

Entre cada relleno de su charola, Jaime aprovechaba para rondar los alrededores de la casa. Se inmiscuía en los arbustos o en los corredores externos de la propiedad. Alzaba su vista reflejándose en las ventanas que le mostraban algunas habitaciones de la casa, pero no veía más que obscuridad y piezas vacías.

En una de sus vueltas, descubrió a un joven que aguardaba en una de las estancias. Lo observó unos segundos, pero más tardó en parpadear que en asegurar que no lo conocía.

Por supuesto que se lamentó. Su disfraz le permitía el libre tránsito, pero hasta ese momento no había tenido un resultado favorable. Kyle no aparecía y en consecuencia, no había encontrado señales de Bart. Se encogió de hombros continuando su recorrido.

"No hay nadie en la planta baja. Sólo me falta el piso superior, pero para eso necesito un poco más de tiempo." Se decía Jaime al tiempo de volver a la pista central con los bocadillos en la mano. "Por favor, Dios, que Bart esté en la casa, por favor..." Rezaba mientras caminaba entre los comensales.

La fiesta se desarrollaba tranquila y ajena de todo lo que en el trasfondo se maquinaba. Nadie de los asistentes podría imaginar que un muchacho indefenso sufría en una de las habitaciones de la casa anfitriona. Mucho menos creerían que un joven disfrazado, portando un arma entre sus atavíos, les llevaba sonriente los entremeses. Al contrario, cada uno de los invitados se regocijaba en el alegre ambiente y la dicha de los celebrados. Todos sonriendo, amenizando el lugar con el jolgorio. Lugar que ya rebozaba entre placidez y jocosidad.

Sin embargo, a pesar del buen ambiente en cada rincón, todavía existía una diminuta zona que yacía inoportunamente acechada con el mal humor y exasperación de sus ocupantes. Una que permanecía absorta por una intervención impertinente y no deseada absolutamente, pues dos policías esperaban impacientes una respuesta de los anfitriones.

-¿Tardarán mucho? -Preguntó Khaji sin perder un ápice de su fría y asertiva personalidad-.

-Sus visitas ya fueron avisadas, señor. -Respondió el custodio de la entrada principal, quien cuidaba a los dos agregados en la caseta de vigilancia-.

-Lo sabemos. Es la cuarta vez que nos lo dice. -Intervino Michael cruzándose de brazos-.

-No es un buen momento, hay una reunión que mantiene ocupados a los señores de la casa. -Explicó el guardia-.

-¡Eso no nos importa! -Exclamó el rubio severamente-. ¡La investigación que tenemos a cargo es muy seria y si no se nos permite continuar con nuestra pesquisa, acusaremos a los señores Rayner de obstrucción! ¡Y esos son cargos muy duros!

-Michael... -Murmuró Khaji levantando sus cejas-. No te alteres... -Pidió entre dientes-.

-¡¿Quiénes se creen que son para tratarnos así?! -Habló saliendo de la caseta-. ¡Sólo necesitamos algunas respuestas! ¡Y saben qué, ya me harté! ¡Yo mismo iré a buscarlos! -Anunció emprendiendo la marcha-.

-¡Señor, vuelva aquí! -Reclamó el hombre-.

-Michael... -Se lamentó Khaji desde su asiento-.

-¡No, no volveré! ¡Entraré de una vez y más les vale que los Rayner me reciban en este instante o los arrestaré por complicidad!

-Demonios... Por eso no admito compañeros... -Musitó Khaji levantándose para seguir al rubio-.

El custodio, al perder el control de la situación, se comunicó por radio con el resto de su equipo. De ese modo alertó a los dueños de la casa que los policías ya no esperarían por más tiempo. Situación que recibió como única respuesta la orden de hacerlos pasar a la recepción de la celebración y esperar a que los festejados se desocuparan para atenderlos. Así fue dicho y así fue hecho. Hicieron pasar a la pareja de agentes al centro del convivio.

No sueltes mi mano [BluePulse]Where stories live. Discover now