Capítulo 32.5

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Llevaba un buen sabor de boca cuando se devolvió a la habitación. Después de aquella amena conversación con Jaime, Wally pudo sentirse más tranquilo. Sintió que ahora, la carga que Kyle tendría que cargar, ya no era tan pesada. También advirtió sus propios hombros más ligeros. Aquella sensación le dio un respiro, pero no lo eximía de la responsabilidad que lo atañía en ese asunto. Él había provocado todo y eso no dejaba de rondar en su mente y en su corazón.

Entró a la habitación casi arrastrando sus pies. La luz estaba apagada. Si no tropezó con algo fue porque se ayudaba de los faroles de la calle. Esa misma y tenue luz le permitió acercarse a la camilla donde aún dormitaba Kyle. No hizo algún ruido que pudiera perjudicar su descanso. No deseaba arruinarle su recuperación, pues a leguas se veía que de verdad lo necesitaba. Y no se refería solamente a las decenas de laceraciones que deformaban su rostro, o los golpes que el amigo de Jaime le propinó salvajemente y lastimaron el resto de su cuerpo, o al disparo en su pierna, sino al desastre emocional que Kyle se había ganado con aquel drama y que exponencialmente empeoraron las cosas.

-Kyle... -Murmuró Wally dulcemente mientras cuidadosamente enredaba sus dedos en la mano fría del paciente-.

Luego, se sentó silenciosamente a un lado de la camilla y ahí dedicó su tiempo aguardando pasiblemente a que el amor de su vida abriera los ojos.

De ese modo, debió esperar a que el Sol se levantara más allá del medio día. Eso sí que puso a prueba su paciencia. Y es que no había dejado de pensar en la charla que tuvo con él cuando despertó la primera vez. Aún había detalles que quería pulir y otros más que deseaba dejar en claro.

Evidentemente, no le hablaría a Kyle sobre la conversación que mantuvo con Jaime. No al menos que no fuese extremadamente necesario o que el ojiverde se sintiera mejor para escuchar las conclusiones. En cualquier sentido, Wally añoraba ya verlo despierto sencillamente por el gusto.

Su estómago ya le demandaba algo de alimento, así como sus ojos que le imploraban un descanso, pues no les había otorgado un respiro desde que regresó al cuarto.

Fue entonces, ya con la tarde iluminando el techo en tonos naranja, que el sueño terminó por vencer a Wally. Desafortunadamente, ya no vio a Kyle despertar. Al contrario, fue el ocupante de la camilla quien llamó su atención al afianzarse a la mano que Wally nunca dejó de asir. Creyó que estaba soñando al sentir aquel toque, y cuando reiteró la sensación, el chico de las pecas abrió los ojos casi sobresaltándose, preocupándose enseguida, pensando que se había perdido el momento magistral.

Al despabilarse por completo, Wally se lamentó sólo unos segundos al remarcar que se había quedado dormido, sin embargo, su aprensión desapareció instantáneamente en cuanto sus ojos apreciaron aquellos verdes de Kyle. Sonrió inconscientemente abandonando su banco.

-¡Hola! –Saludó Wally sentándose en la camilla-.

-Hola. –Le respondió Kyle acomodando su cabeza para no batallar demasiado con su mirada-.

-¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? –Preguntó afianzando el agarre con los dedos-.

-Me... me duele todo... incluso al pestañear... -Contestó Kyle sincero, a medias sonreír, pero con su ceño afligido-.

-¿Quieres que llame a un enfermero?

-N-no... -Contestó inmediatamente-. Así está bien...

-Pero si te due...

-No importa. –Interrumpió Kyle esforzándose para sentarse-.

-¡¿Qu-qué... qué haces?! ¡No te levantes! –Le pidió, pero Kyle fue tan insistente, que terminó ayudándolo para que se acomodara-.

No sueltes mi mano [BluePulse]Where stories live. Discover now