No sueltes mi mano [BluePulse]

Capítulo 29

"Perdóname, Jaime, pero... soy consciente de lo que el dinero puede hacer y yo... yo... juro que no quiero que nada te pase..." Pensó Bart ensimismado, deprimido, resignado a las atrocidades que Kyle ya le preparaba. "Jaime... te quiero... y me habría gustado decírtelo..." Se dijo mientras aterradoramente sentía sus piernas ser cargadas y abiertas.

-Tranquilo, Bart... -Habló Kyle acomodándose, posicionándose para entrar-.

-Jai... me... -Fue lo último que su boca pronunció dolorosamente antes de aceptar lo inevitable-.

-No... No lo llames. –Musitó Kyle acercando su rostro al del menor-. Jamás volverás a verlo. No tiene caso que llames a alguien que ya no existe ni existirá en tu vida. –Susurró queriendo posar sus labios sobre los del muchacho tendido-. Sólo piensa en mí, Wally... -Dijo de último, a punto de capturar la boca de Bart-.

Su víctima se estremeció al sentir el aliento tan cerca. Lo hizo muy a pesar de la terrible carga narcótica en su sangre. Ya atendía su condena y no dejaba de implorar por una salvación cuando entre sus enajenaciones y alucinaciones, Bart escuchó a lo lejos algunos ruidos que parecían ser toquidos.

Creyó estar soñando, pero el fenómeno se clavó muy claro en la poca consciencia que aún le restaba. Bart dudó de su realidad, pero cuando Kyle se detuvo y no lo besó, se aseguró que no estaba soñando, pues si ambos habían oído, no existía razón para dudar. Fue entonces que se oyó una voz de fondo justo después de unos golpeteos a la puerta.

-¡KYLE! –Los dos escucharon-. ¡Abre por favor! –Oyeron entre más toquidos-.

Hubo una pausa de parte de Kyle, quien al parecer intentaba comprender qué sucedía del otro lado de la madera.

-¡Kyle, sé que estás ahí! ¡Abre! –El ojiverde oyó reconociendo la voz-. ¡Kyle! –Escuchó nuevamente afirmando quien era el dueño-.

-¡¿Wally!? –Inquirió Kyle para sorpresa de Bart, quien no lograba usar sus sentidos para comprender lo que ocurría realmente-. ¿Eres tú? –Preguntó extrañado, retrocediendo un poco con su tentativa invasora en el cuerpo de Bart-.

-¡Sí, soy yo! ¡Abre! –Wally respondió mientras seguía golpeando la puerta-.

-Maldición... -Bufó Kyle frotándose la cara-. Lo que me faltaba. Pero no te preocupes, mi amor, juro que no arruinarán nuestro momento... -Le susurró a Bart justo antes de besarlo en la mejilla y erguir su espalda-. ¡No puedo, estoy ocupado! ¡Regresa a la fiesta, enseguida bajo! –Respondió Kyle gritando-.

-¡No, Kyle! ¡No puedo esperar! ¡Abre! ¡KYLE!

-¡Wally, no puedo! ¡Vete! –Ordenó mientras se reacomodaba entre las piernas de Bart-.

-¡Kyle, con un demonio, abre esta maldita puerta o la derribaré! ¡Juro que lo haré!

-¡Wally, luego hablamos, ahora no puedo! –Replicó retomando las piernas del muchacho, abriéndolas indiscriminada e innecesariamente más de la cuenta, ocasionando una queja inercial en Bart, pues ese movimiento le había dolido bastante-.

-Lo siento, amor, creo que ya no podré ser tan amable... -Respingó Kyle murmurando, volviéndose agresivo y enajenado-.

-¡Kyle, ya lo sé todo! ¡No tiene caso que sigas con esto! ¡KYLE! –Wally seguía llamando, insistiendo con más golpes, tantos que se entremezclaban con sus arremetidas a la cerradura-.

-Descuida, puse el seguro... -Murmuró Kyle inclinándose, metiendo su mano entre su ropa para acomodar su entrepierna-.

-¡KYLE! ¡KYLE, ABRE LA PUERTA! –Gritó Wally dejando ver su molestia-.