Capítulo 11

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El día había sido agotador. Con tanto proyecto final, Jaime no se daba abasto con las fechas de entrega y la calidad de sus obras. Caminaba arrastrando su mochila por el medio del pasillo.

Un poco más y llegaría a la comodidad de su apartamento, unos pasos extra y probaría bocado, sólo unos momentos más y vería a Bart. El muchacho sonrió inocentemente. Lo vería para charlar, para contarle todo lo que había hecho, todo lo que había aprendido. Por supuesto también se encontraría con su amigo y con el delicioso descanso que merecía.

Se acercó a su entrada y reunió todas sus fuerzas para sacar sus llaves.

-¡No, ya, por favor! ¡Duele! ¡Duele! –Jaime escuchó la voz de Bart desde el otro lado de la puerta-. ¡Me duele, ya suéltame! –Escuchó de nuevo-.

-¿Bart? ¡Bart! –Gritó alarmado, empuñando sus llaves y apresurándose a entrar-. ¡Bart! –Llamó reiteradamente, dando un paso, trastabillando con sus propias piernas-. ¡Bart! –Gritó buscando al pelirrojo-.

-¡Ho-hola, Jaime! –El muchacho respondió mostrando dolor en su voz-.

Jaime se sonrojó al verlo en semejante posición. Khaji lo sujetaba por la espalda, con sus brazos atrapados entre los suyos, obligándolo a estirarse. Lo sometía mientras lo postraba de rodillas, provocando que mostrara su abdomen desnudo debido a la talla pequeña de la playera, empujando su retaguardia con sus piernas. El mayor insistió en el estiramiento, causando un gemido de dolor en el muchacho más joven. Respuesta que indudablemente llamó la atención de Jaime. Su rostro se ruborizó hasta hacerlo sentir calor.

-¡No, Khaji... me duele! –Expresó Bart quejándose-. ¡Más... más lento, por favor...!

-Hola, Jaime... ¿Cómo te fue? ¿Quieres comer? –Khaji saludó fríamente como siempre-. ¡Resiste, Bart!

-Pe-pero duele... Me vas a romper... -Volvió a gemir con el más ligero movimiento-.

-¿Qu-qué... qué están haciendo? –Demandó el recién llegado, dudando, pensando en otras cosas a pesar de ver algo inocente frente a sí-.

-Sólo le enseño a Bart un poco de defensa personal... No pienses cosas innecesarias ni equivocadas...

-¡Oye! ¡Ya me disculpé contigo por ese malentendido! –Jaime refutó avergonzado-. Ya sé que a ti no te... ¡Ya sabes, Khaji!

-No estamos haciendo nada malo... Es una simple llave, pero parece que Bart no aprendió nada en la última hora. Si quieres, ven y practica con nosotros. Hace meses que no lo haces.

-¿Qué? ¿Hacer lo que tú con Bart?

-Sí... Ven...

-¿Qué? ¿Ahora?

-Sí... ¡Ven! –Khaji ordenó reforzando el agarre que sujetaba al menor-.

-¡Aah! ¡Duele! ¡Por favor, ya suéltame! –Bart imploró jadeante-.

Jaime tragó saliva al escucharlo.

-¿Qué esperas, Jaime? Ven a ocupar mi lugar... Debo preparar la cena...

-Sólo hazlo más lento... -Bart reclamó entre sollozos-.

-Vamos, Bart... Ya te enseñé cómo...

-¡No...! ¡Por favor, Jaime, ayúdame! –Solicitó el pelirrojo quejándose infantilmente-.

Su vocecita suplicante le ocasionó a Jaime una reacción que nunca imaginó tener con él. Tragó saliva pensando en cómo sonaría esa misma voz bajo ciertas "circunstancias especiales".

-¡Duele...! ¡Ya..., me rindo, Khaji...! ¡Suéltame...! –Habló volviendo a gemir-.

Ese tono sólo provocaba un cosquilleo, un poco impertinente, en la entrepierna de Jaime. Lentamente se incomodaba acrecentando las ansias, así como la pérdida del control.

No sueltes mi mano [BluePulse]Where stories live. Discover now