No sueltes mi mano [BluePulse]

Capítulo 28

Sólo parpadeó un par de veces, pero eso fue suficiente para perder a Khaji y a Jaime de vista. Se movieron tan rápido que no le dio tiempo de decidir su próximo movimiento. Ahora Michael se hallaba solo entre la muchedumbre aquella que aplaudía esmeradamente la presentación del nuevo prometido de la familia Rayner.

-¿Escuchaste eso? –Le inquirió Michael a su pareja, quien aún permanecía en la línea del teléfono-.

-No, pero lo vi. –Respondió Ted sorpresivamente afligido en su expresión-.

Ambos suspiraron derrotados, aunque en el caso del vigilante externo, no se pudo explicar el porqué.

-¿Y entonces...? –Habló Ted repentinamente sin dejar de observar la huida de Jaime y la persecución de Khaji-.

-¿Entonces qué? –Repitió Michael bastante contrariado por lo recién acontecido-.

-¿Ya nos vamos? –Inquirió el joven intelectual-.

-¡¿Qué?! ¡Claro que no! –Exclamó Michael sorprendido por aquel comentario-.

-¡¿Qué?! ¡¿Por qué no?! Creo que ya quedó claro que Bart y ese tal Kyle se conocen más que suficiente. No tiene caso que sigamos aquí. Se supone que venimos a rescatar a alguien, pero es evidente que no hay nadie a quien rescatar.

-¡No, Ted, ése no es el punto!

-¡Por supuesto que sí! Se supone que lo secuestraron, ¿no? ¡Y claramente no fue de ese modo, así que ya no tenemos por qué estar aquí!

-Ted, pero este asunto aún no termina... Jaime no los ha confrontado... -Respondió Michael bajando el tono de su voz, puesto que aún permanecía rodeado de gente. Se decidió mejor a darles la espalda a los involucrados y alejarse un poco-.

-¿Confrontar... los? –Inquirió Ted bastante remiso a esa propuesta-.

-Sí. Estoy seguro que Jaime querrá oír una explicación de los propios labios de Bart. Esto no se puede quedar así.

-¡Pero ¿qué dices?! ¡¿Cómo esperas que pase eso si Jaime ya hasta se fue?!

-¡Pues... pues... yo...!

-¡Ya olvídalo y regresa al auto, ya me quiero ir! –Exclamó Ted fastidiado-.

-No, Ted... No nos podemos ir así... Incluso si Jaime no quiere, al menos debemos tratar de que hablen esos dos...

-¡¿Qué?! ¡Pero ¿por qué?! ¡Nosotros vinimos a salvar a ese mocoso, pero en vista de que ESE mocoso no necesita que lo salven, ya no hay razón para quedarnos! ¡Y no recuerdo que nos hayan traído para ser terapeutas de pareja!

-Ted, ¡no puedo creer lo que estás diciendo! ¡Y si fuéramos tú y yo quienes estuviéramos en esta situación! ¡¿No te gustaría saber lo que pasó en realidad?! ¡¿Lo que yo en verdad siento por ti o lo que "NO" siento?!

-¡¿Qué?! ¡No, espera! ¡¿Y por qué nos pones de ejemplo?! ¡Yo no tengo prometidos escondidos y espero que tú tampoco los tengas o juro que de verdad me vas a conocer...!

-N-no, Ted, no es lo que quise decir... A lo que me refiero es que si algo así nos sucediera, ¿no sería mejor saber nuestros sentimientos reales y no sólo dejar de vernos tan dramáticamente...? Si algo así nos pasara, a mí me gustaría saber lo que realmente sientes. Y si no me amaras, también me gustaría dejarlo en claro. Además...

-¡Bien, ya entendí! –Interrumpió Ted bufando, tallándose la cara mientras deseaba quitarse el bochorno de encima-. Ya sé a lo que te refieres... ¡Por Dios, Michael, eres muy romántico y cursi!