Green & Blue (Supercorp)

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Hoy sería nuestro día, quería estar para ella, quería que se sintiera de la mejor manera, después tendríamos que enfrentar a su madre pero ella necesitaba tiempo y yo también.

Después de dormir algunas horas a su lado me levanté, era hora de almorzar, seguramente ella no querría salir, asi que fui volando a un Big Belly Burger y compré todo el menú.

Comer siempre me ayudaba cuando estaba triste o estresada, esperaba que a ella también sino solo serviría para que subieramos algunos kilos, aunque realmente yo no podría, pero igual ella seguiría siendo hermosa.

Aproveché el estar en las calles para atrapar a algunos criminales, detuve algunos robos, cada vez que volaba y ayudaba a las personas me sentía bien, era útil.

Finalmemte volví al apartamento, ya habia dejado las bolsas allí antes de salir como Supergirl. Lena seguía durmiendo, lo mejor sería despertarla, llevaba muchas horas así.

-Lee, es hora de almorzar, levantate - Susurré en su oído depositando un beso en el.

Se cubrió la cabeza con las cobijas, realmente era muy testaruda mi novia, pero era una de las partes que más amaba de ella. Si no lo haría por las buenas, sería por las malas.

-¡No, cariño! ¡Para, por favor! - Gritó cuando empecé a hacerle cosquillas, ella las odiaba, aunque no se notara, se estaba riendo.

-Voy a parar cuando te levantes y almuerces conmigo - Dije riéndome, vivía por estos momento junto a ella.

-¡No quiero! - Dijo haciendo un puchero, realmemte no era algo que ella hiciera a menudo por no decir que no lo hacia nunca.

-Aww, no me hagas eso, te ves tan linda - Dije con una sonrisa enamorada, ella sonrió creyendo que me había vencido - Pero tienes que comer.

-Sólo quiero quedarme acostada - Contestó.

-Si no te levantas ahora tendremos que volar un rato - Le dije con una sonrisa confiada.

-Eso no suena malo - Dijo confundida.

-Hoy tengo ganas de ver que tan alto puedo llegar, tal vez dar algunas vueltas en el aire, de repente podría soltarte ¿Quien sabe? - Pregunté elevando un poco los hombros.

-Esta bien, tu ganas - Contestó negando con la cabeza, tenia una sonrisa divertida en su rostro al igual que yo.

-Le gané a Lena Luthor - Dije orgullosa haciéndola reír.

-No te acostumbres, cariño. Puede ser la última - Por fin se levantó de la cama. La atraje hacia mi por un beso.

Comimos todo lo que compré, Lena no quiso quedarse atrás, casi me alcanza pero es imposible, aunque lo ocultara realmente ella tenía mucha hambre.

Luego de botar todo a la basura, organizar todo y una sesión de besos decidimos hacer una tarde de películas, necesitabamos relajarnos y que mejor momento que este.

De repente se levantó un poco asustada, estaba recostada en mi hombro mientras yo tenía mi brazo detras de mi cabeza para apoyarme.

-¿Qué sucede? - Pregunté entre asustada y confundida.

-Olvidé por completo la empresa - Contestó golpeándose suavemente en la frente.

-Lee, yo llamé en la mañana a Jess, le dije que hoy tenías otras cosas que hacer y que no irías.

-¿Ya te he dicho que eres perfecta? - Preguntó con una sonrisa.

-Sí, un par de veces, no me quejo - Dije con seriedad fingida. Empezó a reírse.

-De vez en cuando extraño a la Kara tímida y nerviosa - Dijo depositando un suave beso en mi labios.

-¿Ah si? - Le di una media sonrisa, sus ojos se obscurecieron un poco, veía la chispa de deseo en ellos.

Su mano pasaba por mi abdomen marcado haciendo pequeños círculos, esa simple acción me calentó un poco.

Poco a poco se fue haciendo encima mio para hacer fricción con nuestras caderas, debía admitir que el sofá era incómodo pero igual funcionaba.

Ella quería tomar el control, la iba a dejar, su mirada se veía tan obscura, eso me excitó mucho más, me gustaba ser deseada, sobretodo por Lena Luthor.

No tardó mucho en quitarse la ropa en frente de mi, lo hizo tan lento y sexy a la vez, era un espectáculo digno de admirar, podría hacerlo por horas.

-¡Rao! Estoy tan caliente, Lee - Dije casi en un susurro, mi voz no salía de manera normal.

-¿Qué tanto? - Preguntó con picardía.

-Sólo acercate a mi y lo sabrás - Lo hizo, se sentía la tensión sexual en el aire, todo de repente estaba tan caliente.

Quitó mi ropa con la misma lentitud que con la suya, la húmeda en mi entrepierna aumentaba. Sus dedos rozaron esa parte, me miró con una sonrisa.

-Estás tan mojada, cariño.

-Lo estoy por ti - Dije con deseo - Deja de torturarme, Lee.

-Sólo pidelo y lo haré - Su sonrisa confiada era tan hermosa. Me quedé sin palabras, a pesar de estar tan excitada me daba un pocp de verguenza - Me iré si no pides nada - Hizo el ademán de irse.

-Espera, q-quiero que me toques - Tartamudeé un poco.

-¿En dónde? - Dijo con unsa sonrisa maliciosa.

-Quiero tus dedos dentro de mi - Contesté con un poco de confianza.

-¿Y tus modales, Danvers? - Su sonrisa divertida y la pregunta me confundieron hasta que entendí lo que quería.

-Señorita Luthor, la quiero dentro de mi ahora - Soné autoritaria.

-Sus deseos son ordenes, Señorita Danvers - Se empezó a acercar pelogrosamente a mi entrepierna.

Primero lamió mis pliegues, contuve un poco la respiración y los gemidos, después de unos minutos fue inevitable.

Mientras con su lengua estimulaba mi clítoris dos de sus dedos entraban en mi vagina con rapidez y fuerza. Gemía tan alto por ella.

-Gime mi nombre, Kara, quiero escucharte - El deseó se apoderó del momento. Mi mano estaba apoyada en el asiento, hice un agujero con mi fuerza.

-Lena! - Exclamé llegando finalmente al orgasmo.

Me recosté en el sofá, ella encima de mi pero son ninguna intención mas que la de descansar, eso había sido increíble, acaricié su cabello, las dos sonreímos satisfecha, ella al igual que yo tuvo un orgasmo.

Ninguna tuvo suficiente esa noche, seguimos hasta que caímos completamente exhaustas en el piso de la sala, de aquel asiento no quedó nada, estaba completamente arruinado, luego lo pagaría.

-Creo que Maggie tenía razón - Dije casi dormida.

-¿En qué? - Preguntó confundida mi ojiverde.

-En que somos como conejos - Simplemente contesté.

Las dos nos reímos sin energía, hasta yo estaba agotada, mañana necesitaría mucho sol amarillo, lentamente entre besos y caricias caímos en un sueño profundo a pesar de la incomodidad del suelo, Lena tenia suerte de poder dormir encima de mi.