El Solsticio de Verano. Parte 2

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Miki se veía hermosa.

Annabeth la había llevado a la cabaña de Afrodita, donde Piper y todos sus hermanos y hermanas las esperaban con sus armas en mano, desde secadoras de cabello, hasta planchas y rizadoras; pasando también por brochas, sombras de ojos, rubor, brillo labial, etc... Miki se asustó al ver a los chicos acercarse con todos sus artefactos en mano para alistarla a ella y a Annabeth. 

Los hijos de Afrodita ya estaban listos para el baile, claro que Miki estaba segura que su madre había tenido algo que ver en éso. Piper estaba irreconocible, su cabello estaba recojido en un elegante moño adornado con flores, su maquillaje rosa era bastante sencillo pero le quedaba muy bien, y llevaba un largo vestido blanco sin mangas que tenía aspecto de pertenecer a los antiguos griegos, Miki nunca se imaginó que vería a Piper así... 

A Annabeth también la maquillaron muy sencillamente, lo único que resaltaba eran sus rojos labios; los semidioses sólo peinaron un poco el cabello de la chica, dejando sus rulos al natural, que caían elegantemente sobre su vestido azul rey, que le llegaba hasta los talones.

Miki sentía que su rostro y cabello fue reconstruido totalmente, pero cuando se vio en el espejo quedó boquiabierta. Su maquillaje parecía de fantasía, los hijos de Afrodita habían colocado sobre sus párpados una sombra plateada que hacía resaltar los brillantes ojos verdes agua de Miki, sus pestañas se veían largas y abundantes, y el delineador hizo que los achinados ojos de la chica se vieran más estilizados, sus cachetes y labios habían sido retocados con un rosado suave.

Los chicos habían rizado el negro cabello de Miki y lo agarraron en una media cola, los rizos eran anchos y abundantes, sus puntas azules se veían llenas de vida cuando la chica movía su cabello, parecían olas en el mar.

Y su vestido... su vestido era el mar en tela, era mucho más informal e infantil que el que usaban Annabeth y Piper, pero era perfecto para Miki. El vestido era del mismo color que los ojos de la chica, si acaso un poco más azul que sus ojos, tenía sólo una manga que se agarraba del hombro derecho de la chica, y el corte del vestido, adelante más corto que la parte trasera, hacía el efecto de olas, que se agitaban con el caminar de la chica. A falta de zapatos, Miki terminó usando sus botines Converse negros de suela blanca, pero los hijos de Afrodita los limpiaron para que no se viera mal.

Annabeth y Miki agradecieron a los hijos de la diosa del amor y salieron de la cabaña junto con Piper para encontrarse de frente con los chicos, que esperaban afuera por ellas... y al parecer esperaron bastante. 

Percy y Jason se veían muy elegantes con sus trajes negros, donde resaltaban las coloridas corbatas de los chicos, prefectamente combinadas con los vestidos de sus citas. Nico, había tenido que ser tacleado y forzado a vestir lo que llevaba puesto; sus pantalones eran tan blancos que prácticamente brillaban en la oscuridad, llevaba puesta una camisa negra y la corbata blanca, sin chaqueta, al parecer Percy y Jason no pudieron obligarlo a usar una, su cabello negro iba despeinado como siempre; y Miki sonrió al ver que el chico también estaba usando sus Converse con su atuendo.

- Te ves... - Nico peleaba por conseguir que las palabras salieran de su boca - He... Hermosa.

Miki pudo sentir que su rubor tomaba un tono más fuerte y sonrió.

- Gracias, los hijos de Afrodita sí que saben de belleza - la chica soltó una risa nerviosa - tú tampoco te ves nada mal...

- Trabajo del maravilloso estilista personal Percy Jackson, a sus servicios, señorita Kinomoto - dijo Percy haciéndo una reverencia y sonriéndo - Te ves muy bien chiquilla, los hermanos de Piper hicieron un gran trabajo, te ves casi linda.

Miki rió golpeándo suavemente a su hermano en el pecho, éste pasó un brazo sobre los hombros de la chica y se inclinó hacia Nico.

- Te voy a estar vigilando Di Angelo - le dijo entrecerrando los ojos.

Una Hermosa HistoriaWhere stories live. Discover now