Epílogo.

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Corre… corre... Vámos, más rápido… que no te alcance.

Eso era todo lo que pasaba por la cabeza de Miki mientras corría entre los campistas riendo, cuando Nico apareció justo en frente de ella.

-Sabes que no puedes esconderte – dijo él sonriendo orgulloso.

-¡Ése viaje de sombras te da una ventaja injusta!

El chico la atrapó, abrazándola con fuerza mientras ambos reían.

Miki y Nico habían cambiado un poco luego de tres años, los chicos tenían dieciocho. El hijo de Hades estaba mucho más alto, y había pasado de ser del mismo tamaño de Miki a llevarle una cabeza de altura, su manera de vestir no había cambiado en lo absoluto, se la pasaba vestido de negro de pies a cabeza, su cabello sin embargo, ya no le cubría los ojos, pero tampoco estaba tan corto.

La hija de Poseidón, por su parte, se había quedado casi del mismo tamaño, siendo la más bajita en su grupo de amigos. Sus mechas de color azul habían desaparecido cuando la chica se cortó ek cabello, que ahora le llegaba por los hombros y tenía mechones más cortos que otros.

-En serio, Nico no puede jugar,¡ es trampa! – dijo Maya corriendo hacia ellos – O no juegas o no utilizas tu viaje de sombras.

La pareja rio.

-Otra cosa, - agregó Karla acercándose junto a Leo – no puedo jugar si cada vez que se encuentran comienzan a hacer estupideces y darse besos, enserio, van a hacer que vomite.

Miki rio.

-Muy bien Kara, lo siento. Haremos lo posible.

Todos rieron. Miki y Nico se miraron entre ellos y él le guiñó el ojo. La chica de verdad lo amaba, y sus sentimientos eran correspondidos, el anillo de calavera en su dedo había dejado de ser un peso muerto hace un largo tiempo, se había convertido en una promesa, un final feliz.

El principio de una hermosa historia.

Una Hermosa HistoriaWhere stories live. Discover now