La Misión. Parte 2

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La gente fuera del Starbucks corría y gritaba, pero no de terror, sino de emoción. Kara, Nico y Miki se miraron entre ellos y siguieron a la multitud.

Los mortales se encontraban en el muelle, frente al mar, los tres semidioses se abrieron paso entre el gentío a punta de codazos, para encontrarse frente a las gorgonas al llegar al frente de la muchedumbre.

Miki se asustó al ver a las hermanas, ambas eran altas y tenían un cuerpo escultural, llevaban su cabello escondido en pañuelos y sus ojos se ocultaban tras lentes de sol.

- ¡Vengan, acérquense! - gritaba una.

- ¡Sus ojos no creerán lo que ven! - completó la otra.

De pronto, un tentáculo salió a la superficie y se llevó a un chico al mar. Ahí fue cuando la multitud comenzó a huir aterrorizada, mientras las gorgonas reían con ganas.

-¡No hay de qué preocuparse! - gritó una a la multitud.

- A menos claro que, como ese chico, sean semidioses.

Las hermanas clavaron la mirada en Miki, Nico y Karla, quienes tenían sus armas afuera y estabas listos para pelear. Pero la multitud comenzó a correr entre los semidioses y las gorgonas, haciendo que los chicos las perdieran de vista.

- ¿Qué se supone que es eso? - gritó Miki.

- Un Kraken - respondió Kara.

- ¿Qué hacemos? - preguntó la Hija de Poseidón.

- Miki, calma, no entres en pánico - le dijo Nico.

- Sin embargo, - intervino Kara - sí quisiera saber qué hacemos ahora.

- Necesito acercarme al agua para convocar a los muertos...

- Pero las gorgonas están ahí - dijo Miki.

- Justamente - respondió Nico - necesito que las distraigas... - el chico miró a su alrededor - allá - dijo señalando una pequeña colina - guíalas hasta ahí.

- Pero, ¿cómo?

- Hazte pasar por Medusa, con éso llamarás su atención - dijo Kara.

- Hacerme... ¿¡QUÉ!? - gritó Miki - ¿¡ Y cómo se supone que haga eso!?

- Hey, te relajas - le dijo Kara levantando un dedo amenazadoramente.

- Miki, las gorgonas y las sirenas pueden comunicarse telepáticamente... - le explicó Nico - sí tienes la capacidad de comunicarte de ese modo podrás engañarlas.

La chica se dispuso a protestar nuevamente, pero Kara la interrumpió.

- Miki, tu puedes hacerlo - le dijo tomándola del brazo - vamos, no podemos tardarnos más...

Kara comenzó a llevarse a Miki pero la chica se soltó del agarre y fue directo a abrazar a Nico.

- Cuídate - le susurró.

La chica se separó de Nico y Karla se la llevó, perdiéndose en la multitud.

Cuando las chicas estuvieron a una distancia equidistante de la colina y las gorgonas se detuvieron y Miki cerró los ojos y pensó en cómo comunicarse con las hermanas.

- No sé cómo hacerlo.

- Miki, sólo imagínate las palabras que quieres decir y a quién.

La chica suspiró y cerró los ojos nuevamente. Miki escribió las palabras en su mente y luego imaginó a las gorgonas.

"Piensa en Medusa llamando a sus hermanas" dijo las voz que aparecía ocasionalmente en la cabeza de Miki "Créete Medusa por un momento, ¿cómo lo haría ella?"

Miki se concentró aún más, imaginó un lazo que la unía con las gorgonas, y cuando estuvo segura de que la escucharían dijo en su mente:

"Esteno, Euríale... vengan conmigo"

"¡Medusa! Hermana... ¿Eres tu?" Respondió una.

La chica se sobresaltó al escuchar la voz siseaste en su cabeza, muy distinta a la voz que ayudaba a Miki cuando lo necesitaba.

"Síganme" respondió la chica "a la colina"

Miki abrió los ojos y le asintió a Kara. Inmediatamente las chicas salieron corriendo al lugar de encuentro.

- Tengo miedo - dijo Miki respirando aceleradamente cuando llegaron a la cima - No puedo.

- Miki no entres en pánico ahora - le dijo Kara tomándola por los hombros - Eres excelente con el arco y la flecha y una chica muy ágil , además tienes la ventaja de poder ver a esas brujas a los ojos ¡Tú puedes hacerlo!

Miki asintió con fuerza.

- Me voy a esconder para poder atacarlas por detrás.

La chica volvió a asentir y Karla se dio la vuelta y se escondió entre los arbustos.

- ¡Kara! - gritó Miki antes que su amiga se perdiera de vista - Por favor, por nada del mundo abras los ojos.

Kara asintió y desapareció de vista en el preciso instante en que las gorgonas llegaban a la cima de la colina.

- ¡Hermana! - dijo una extendiendo los brazos - Que alegrí... - la mujer paró en seco al ver a Miki con el arco y flecha lista para disparar - ¿Qué es esto?

- Euríale - dijo la otra llevándose la palma de la mano a la boca en señal de sorpresa - ¿Será posible? ¡Fuimos engañadas por una niña!

- Y no por cualquier niña - siseó Euríale - ¡Una tonta semidiosa!

Miki estaba muda y paralizada. ¿Y si resultaba que no era inmune a la mirada de las gorgonas? ¿Y si su puntería le fallaba en el momento crucial? Habían demasiadas posibilidades, y muchas de ellas eran malas...

- ¿Sabes lo que hacemos con gente como tú, querida? - Preguntó Esteno llevando una mano a sus lentes.

- Decoramos nuestro jardín - rió Euríale haciendo lo mismo que su hermana.

Miki respiró profundo, éste era el momento de la verdad. Las gorgonas se despojaron de sus lentes y clavaron la mirada en Miki, quien permanecía inmóvil; las pupilas de las hermanas brillaron de color dorado, pero nada pasó y Miki sonrió.

- Pero, ¿qué...? - preguntó Esteno sorprendida.

- Es hora de que vuelvan al Tártaro, donde pertenecen - dijo Miki disparando la flecha, que fue esquivada ágilmente por Euríale.

En un abrir y cerrar de ojos, las gorgonas tenían a la chica agarrada del cuello.

- ¿Qué eres? - siseó Euríale - ¿Cómo es posible que no estés hecha piedra?

- Hermana - dijo Esteno poniendo los ojos como platos - Es una hija de Poseidón.

La otra gorgona estudió su rostro llegando a la misma conclusión y luego soltó una carcajada.

- Querida... Qué conveniente.

- ¿Sabías qué tenemos asuntos pendientes con tu hermano?

- ¿Cómo reaccionará al ver a su pequeña hermana llegar al campamento atravesada por una de sus flechas?

- ¡Basta!

Las gorgonas voltearon al mismo tiempo para ver a Kara parada a unos pocos metros, con la lanza en mano y sus ojos fuertemente cerrados. Las hermanas rieron por lo bajo.

- Otra semidiosa, - dijo Euríale - a ésta si podemos petrificarla.

- Euríale, hermana - susurró Esteno - ¿no se te parece a alguien?

- Atenea - sisearon ambas al mismo tiempo.

Luego vieron a Miki de reojo y la arrastraron hasta el borde de la colina. La chica pataleaba y se retorcía sin éxito alguno.

- No te preocupes querida, - le susurró Esteno al oído, haciendo que Miki se estremeciera - de todos modos, el agua es tu fuerte.

Y diciendo esto, las gorgonas la empujaron hacia abajo. Miki cayó de espaldas en el agua, pero al llegar al fondo se golpeó la cabeza con una enorme roca y todo se volvió negro.

Una Hermosa HistoriaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang