Capítulo 5.

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Emily abrió los ojos lentamente. En la cabeza de la chica, rondaban diferentes preguntas: ¿Me quedé dormida? ¿En qué momento? ¿Estoy en mi habitación? ¿Dónde está mi hermano? ¿Dónde está mi mamá?

Cuando sus ojos ya estaban abiertos completamente, muchas de sus dudas fueron contestadas. No estaba en su habitación ni en su casa. Emily pudo notar aquello, cuando ante ella se mostraba un techo sumamente alto y peculiar.

—¿Dónde estoy? —se preguntó a sí misma.

Con ayuda de sus brazos, Emily se enderezó y frotó sus ojos.

Miró superficialmente el lugar en el que se encontraba. Sí, definitivamente aquella era una estructura muy extraña. Cómo si se tratara de una especie de salón. Entonces, la mortificación la invadió y el miedo a encontrarse sola en un lugar desconocido.

Fugazmente, recordó escenas ocurridas anteriormente: la pelea con su hermano pequeño y la discusión con su madre. Después, todo se había tornado oscuro y nublado, y si algo había ocurrido después como para haber llegado a aquel lugar, esos recuerdos estaban borrosos.

¡Su hermano, Justin! ¿Estaría él en el mismo lugar que ella, o se encontraría en uno diferente? Emily no quería estar sola, y no sólo eso, a pesar de todas las peleas, ella amaba a Justin. Él era su hermanito y era su deber cuidar de él. Entonces, Emily decidió que sería bueno averiguar en dónde se hallaba.

—¿Justin? ¿Dónde estás? —llamó Emily, en voz alta.

Al llamar a su hermano, Emily esperaba encontrarse con él, y no con las numerosas, extrañas y repulsivas criaturas, las cuales se acercaban a ella.

Emily profirió un grito de terror y se puso de pie lo más rápido que pudo. Aún así, las criaturas continuaron caminando hacia ella. Fue entonces, cuando Emily recordó su habilidad en las artes marciales y le propinó una patada a uno de esos repulsivos seres, que lo mandó volando lejos.

Cuando la criatura aterrizó de un golpe en el piso, los demás seres comenzaron a burlarse de la suerte de su compañero.

Mientras ellos estaban distraídos, Emily comenzó a escanear con la mirada el territorio en el que se hallaba. En aquel peculiar salón, había un hueco en el centro repleto de aquellos repulsivos seres, y un gran trono, digno de un monarca.

Entonces, los seres volvieron su atención hacia Emily y continuaron acercándose.

La joven retrocedió, pero mostraba un gesto amenazante en el rostro.

—¡A-a-aléjense! —exclamó ella—. ¡Se los advierto! ¡Soy cinta azul, y si se atreven a ponerme una mano encima, les aseguro que van a terminar mucho peor que su amiguito!

Algunos de esos seres, se detuvieron como si hubieran comprendido la amenaza de la chica. Otros, al contrario, siguieron caminando.

Al notar la rebeldía y osadía de los que continuaron, Emily se molestó.

—¡LES DIJE QUE SE ALEJEN! —volvió a amenazar, ahora furiosa.

—¿Emily? ¿Eres tú? —En medio del caos, una vocecita se hizo presente: Justin.

Al escuchar a su hermano, Emily dejó la furia de lado. Definitivamente, aquella era la voz de su hermano menor.

—¡Justin! —exclamó la joven, mientras buscaba al pequeño—. ¿En dónde estás?

—¡Por aquí! —Emily percibió a Justin dentro del hueco del salón, rodeado por varios seres. Aquello, aterró a la hermana mayor.

—¡Justin! —gritó Emily, antes de abrirse paso entre las criaturas y correr hacia su hermano.

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