Capítulo 2

747 41 47
                                    

Hola! Que tarde llego... no he podido antes, lo siento. Igualmente traigo un capítulo larguísimo en compensación. Dedicado a Ka ya que me ha ayudado un montón con varias cosas del capítulo y sin ella no habría sido posible jejeje.

Os dejo con nuetras bebés favoritas.

II

Dos años antes:

Los invitados se habían marchado hacía ya un buen rato, al igual que Pablo, insistiendo en llevarse a Leo y Manu, por mucho que sus hijos llorasen a mares por tener que separarse de Inés, dejándolas solas en aquel apartamento donde la jerezana, delante de un grupo considerable de gente, decidió que era el mejor lugar y la mejor ocasión para pedirle que se casara con ella.

Mientras recogía un poco los estragos de la inesperada fiesta, no podía evitar que su pulgar acariciase aquel anillo que Inés había puesto en su anular, sonriendo sin poder evitarlo mientras la imagen de la jerezana cantando con aquella guitarra, mirándola como si nada más que ellas existiera en el mundo, arrodillándose ante ella y entregándole aquella joya como el símbolo de que no pensaba marcharse a ninguna parte, de que quería seguir a su lado, construyendo juntas su propia historia, como bien decía la muy acertada canción elegida por Inés para dar aquel paso de gigante.

Estaba metiendo unos cuantos vasos dentro del lavavajillas, cuando notó de pronto un cosquilleo por la espalda, producto de la suave caricia en su vientre, mientras Inés la rodeaba con sus brazos desde atrás, besando suavemente su hombro y acariciando su mejilla con la nariz.

Sintió que podía estallar en llanto en cualquier momento al pensar en lo mucho que había echado de menos esos gestos de Inés, su cercanía, el cariño que guardaba únicamente para ella, la suavidad que encerraba en cada una de sus caricias... Se giró lentamente, quedando frente a frente, perdiéndose en su mirada profunda, en su sonrisa pequeñita y cálida, en como esa sonrisa se metía dentro de su ser, despertando el enjambre de mariposas que cosquilleaban en su estómago, mientras Inés acariciaba su nuca, dejando que el silencio las envolviese y sintiendo como Irene estrechaba su tímido abrazo, acercándolas, uniendo sus frentes, suspirando sin poder retener el aliento, buscando suavemente sus labios, besándola sin prisa, sin pausa, sin miedo.

Sonrió al notar el suave pellizco de Irene, atrapando su labio inferior entre sus dientes, atrayéndola, tanteándola, invadiendo su boca con su beso, más intenso, más furioso. Deteniéndose milésimas de segundo para tomar aliento y volver a atacar sus labios, con sed, hambrienta, liberando en sus gestos, en cada pequeño mordisco, en cada choque de su lengua, todo el miedo, el dolor, la frustración que atenazaban su pecho desde hacía dos meses.

Cuando rompió su contacto, con el pecho agitado, su pulso desbocado y los ojos hambrientos de ella, Inés dejó un último beso, casi una caricia en sus labios hinchados, acariciando lentamente su rostro, con las yemas de los dedos.

-T'he trobat a faltar amor meu. (Te he echado de menos amor mío).- Susurró regalándole su cálido aliento, regalándole la sensación de paz absoluta que se instalaba a vivir en su pecho solo con poder sentirla, con poder escucharla, con saber que estaba a salvo entre sus brazos. –Cada dia, en tot moment, en cada segon d'aquests mesos vivies al meu cap, em vares donar força, volia tornar més que res en aquest món. (Cada día, en todo momento, en cada segundo de estos meses vivías en mi cabeza, me diste fuerza, quería volver más que nada en este mundo).

-Ya terminó todo Petita meva.- Susurró de vuelta, dejando besos cortos sobre sus labios, sin sentirse capaz de separarse de ella. –Volviste conmigo y ahora vamos a casarnos, vamos a construir nuestra historia... Juntas.

El choque de sus labios volvió con intensidad, con hambre, con desenfreno. Ambas se buscaban, casi desesperadas por sentirse, por volver a unirse tras tanto tiempo sin poder dejar salir el deseo lacerante, el fuego que nacía en su vientre al sentir como las yemas de sus dedos entraba en contacto con su piel.

With youWhere stories live. Discover now