With you

Capítulo 21

Bueno, con todo el dolor de mi corazón... Aquí está el capítulo final de esta tierna historia. muchas gracias una vez más a todas por acompañarme en este viaje, que ha sido alucinante y cargado de momentos muy tiernos entre ellas, espero que lo disfrutaseis tanto como yo escribiendo.

Al igual que he dicho por twitter, no desesperemos, esta historia llega a su final pero da paso a otra que empezaré el viernes, la continuación de esta saga tan especial que empezó con Without you. Espero que también os encante.

Sin más o dejo leer y recordad que vuestros comentarios me llenan de amor y felicidad jeje, espero impaciente por saber qué os ha parecido.

XXI

Una tímida sonrisa adornó su rostro, reflejando en sus ojos castaños la ternura infinita que le provocaba la visión que se desarrollaba ante sus ojos.

No hacía ni media hora que se había acostado, deslizándose entre las sábanas con un libro en las manos, dispuesta a esperar a Irene como cada noche puesto que, pasase el tiempo que pasase, no era capaz de conciliar el sueño sin su mujer, aún atacada por fantasmas de un pasado enterrado pero que aparecían en medio de sus sueños, donde la razón se desvanecía y su mente volvía a aquel zulo oscuro donde casi había perdido la vida. Irene conocía bien sus miedos, cada herida, sabía como ahuyentar sus pesadillas, sabía cómo devolverla a su realidad, a su vida junto a ella.

No tardó mucho, casi no le dio tiempo a terminar la página del libro que estaba leyendo, cuando escuchó cerrarse suavemente la puerta de la habitación y sus ojos se posaron sobre la figura de su mujer, fijándose en cada detalle, enamorándose un poquito más de sus gestos dulces, de cómo acariciaba su nuca y sus ojillos brillaban cansados, como le sonreía de lado y la miraba, como sus pupilas chillaban ternura y amor después de tanto tiempo.

No hacía falta que ninguna de las dos rompiese el silencio para dejarse envolver por la paz y el sosiego que sentían al estar juntas, la calma que bailaba entre ellas mientras Irene se sentaba sobre el colchón, deshaciéndose lentamente de su ropa y preparándose para dormir, colándose entre las sábanas suspirando de satisfacción y esperando, pacientemente a que Inés dejase su libro en la mesita y se acurrucase contra su pecho, buscando su abrazo capaz de espantar los peores recuerdos que aun atemorizaban a la jerezana.

No sabía cómo, nunca consiguió averiguarlo, pero en cuanto Irene entró en la cama la pequeña Mar, como intuyéndola, empezó a moverse como loca en su interior, incapaz de calmarse hasta que la madrileña posaba suavemente la mano sobre su vientre, susurrando palabras cargadas de afecto y ternura hacia esa pequeñaja que cada vez crecía más, provocando esa sonrisa que no podía abandonar su rostro ante el cosquilleo del aliento de Irene contra su abultado vientre, el roce de sus labios cuando depositaba un beso cuya destinataria era la pequeña, su filleta que pronto nacería.

Cuando por fin se dio por satisfecha y Mar dejó de dar vueltas y pataditas eufóricas, calmándose con la presencia de Irene cerca, se acomodó pegando su espalda contra el pecho de la madrileña, notando como esta tardaba menos de un segundo en rodearla con sus brazos y colocarse para estar lo más cómoda posible sin soltarla. La escuchó perderse en el aroma de su pelo y sonrió una vez más, sabiéndose amada por su mujer, protegida en su fuerte abrazo.

Una risita suave se escapó de sus labios cuando Irene besó bajo el lóbulo de su oído, acunándola, mordisqueando muy suavemente el mismo antes de erizar toda su piel susurrando y acelerando su pulso en un solo instante.

-Os quiero muchísimo...- Su voz golpeaba suavemente su oído, mientras los labios de su mujer se entretenían en el nacimiento de su cuello, depositando besos pequeños que cubrieron de rubor sus mejillas. –T'estimo fins a la lluna i tornar petita meva. (Te quiero hasta la luna y volver pequeña mía)