Capítulo 6

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Hola!!! Ya os dejo aquí el capítulo de hoy jeje. Aviso, necesitaremos bragas de recambio. SOS.

Culpas a la CHUNGA, que me mete ideas poco católicas en la cabeza jajajaajja. (TQ)

Disfrutad y hasta mañana.

VI

Tras muchos meses de trabajo extenuante, con una dedicación envidiable por parte de Irene a su campaña, luchando por hacerse un hueco en aquel mundo de hombres y llegar a ser la primera presidenta de España... Con muchas horas de reuniones, meetings, entrevistas y discursos, mandando al país su mensaje de continuar llevando España con la dedicación absoluta hacia el pueblo que su partido siempre había mostrado... Por fin había llegado el día en que todos debían acudir a las urnas a votar.

Aquella mañana se había despertado más nerviosa de lo habitual, tras haber pasado su jornada de reflexión encerrada en casa con Inés y sus hijos, haciendo un maratón de películas Disney durante el cual no supo diferenciar quién estaba disfrutando más, si los gemelos o Inés, ya que la jerezana, con su cola cao en la mano, no paró de cantar ni un solo minuto, con sus ojos brillando fijos en la pantalla, disfrutando como una niña pequeña y llenado su pecho de la agradable sensación de hogar que solo ella sabía despertar.

Inés había dormido profundamente toda la noche, la terapia a la que asistía una vez por semana para enfrentarse a sus demonios iba dando pequeños frutos y uno de ellos era la ausencia de pesadillas. De vez en cuando se removía y murmuraba, buscando su contacto, mas seguía sumida en el mundo de los sueños mientras ella, con los nervios a flor de piel, no podía abandonar al sueño y se dedicaba a contemplar a su prometida, con una sonrisa en el rostro, analizando mentalmente cómo había cambiado tanto su vida desde que Inés entró como un huracán poniéndolo todo del revés, demostrándole con los años que realmente su torbellino no hizo más que devolver su corazón a donde siempre había pertenecido.

Convencida de que no podría dormir, se dejó envolver por la calidez de los recuerdos felices junto a Inés, como fueron construyendo su historia y como, en pocos meses, pondría un anillo en su dedo y podría llamarla esposa, sintiendo como su estomago despertaba en un mar de emociones cargadas de vida y anticipación, ya quedaba un poco menos para poder verla vestida de blanco, sonriendo radiante, con sus ojitos achinados, firmando esos documentos que las unirían en un nuevo camino que recorrer de la mano.

Sintiendo el cálido aliento de la jerezana en su cuello, ya que se había aferrado a ella tras un par de vueltas en sueños, apoyándose en su hombro donde al parecer se sentía comodísima para seguir durmiendo, cerró los ojos dejando que la calidez de ese abrazo la serenara, sintiendo como se relajaba, durmiéndose lentamente a pesar de que quedaban menos de cuatro horas para que sonase su alarma.

***

Los colegios electorales abrieron y ellas fueron de las primeras en llegar a depositar su voto, acompañadas por Pablo.

Al mudarse a Madrid, Inés había cambiado también en el registro del censo su residencia, por lo que votaba en el mismo colegio que Irene, aunque en mesas distintas ya que las separaba la letra del apellido.

Tras depositar su voto, entre sonrisas a las cámaras y a los medios, salieron de ese lugar, dejando que fuese Pablo quien lidiase con los periodistas, marchándose de la mano hacia su hogar, paseando lentamente por las aceras, nerviosas, sonrientes, mirándose a los ojos cuando sus miradas chocaban, provocando alboroto en sus latidos desbocados.

Cuando llegaron a casa, notaron en el acto la ausencia de los gemelos, ya que antes de pasarse por el colegio para votar los habían dejado en casa de sus abuelos debido a que la jornada electoral sería intensa, sobre todo en cuanto empezasen a saberse resultados.

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