Capítulo 5

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Hola! Cada día publico más tarde pero he estado enferma y se me ha acumulado todo... y en fin, la vida es dura, pero por lo menos pude escribir jeje.

Este capítulo va dedicado a la IrenesSquad, Seguidnos en twitter para echaros unas risas jajajaj, al teamAlcatraz aka mi familia Irenesa a la que amo y muy muy especialmente a mi CHUNGA porque es que ya no sé que haría en mi vida sin ella, real que lo digo.

Disfrutad.

V

A una semana de terminar la campaña electoral, con las votaciones a la vuelta de la esquina, Irene trabajaba más que nunca por convertirse en la primera mujer presidenta en España. A menudo se le hacía difícil conciliar su vida profesional con su vida en casa, llegando cansada, agobiada y sin ganas de enfrentarse a más problemas que aquellos inevitables durante la campaña.

Su boda con Inés había quedado en manos de la jerezana, ya que esta seguía de baja por orden de los especialistas, limitando sus apariciones púbicas y su trato con la gente desconocida, ya que a menudo despertaba sus síntomas del estrés post traumático al no sentirse dueña de la situación. Únicamente aparecía en actos de campaña cuando iba acompañada de Albert mientras este no le quitaba ojo de encima por si tenía que sacarla del lugar y eran casos contados, los estrictamente necesarios.

Junto a Irene, aparecía a menudo ya que deseaba acompañarla en todo momento, sin que el resquemor de perderla de vista desapareciese de sus entrañas tras dos meses separadas de forma forzosa, por lo que no era extraño para ningún militante de Podemos ver a la jerezana deambulando junto a la madrileña en la mayoría de sus actos y meetings.

Aquella tarde, a tan solo una semana de que el ritmo frenético de Irene cesase, Inés se encontraba sola en casa ya que su prometida estaba en una reunión en la sede del partido, a la que por razones obvias no le habían dejado asistir, mientras Pablo se había escaqueado de la misma con la excusa de que era su fin de semana con los niños, por lo que se había llevado a Leo y Manu, dejando la casa vacía y silenciosa.

Suspiró, sentada en aquel sofá, con una copa de vino a medio tomar encima de la mesita, los pies descalzos y una camiseta gigantesca que apenas cubría sus braguitas como atuendo para andar por la casa. Sus ojos fijos en un sobre que tenía entre las manos, un sobre que llevaba un tiempo esperando y que, con las manos temblorosas, aun no se había atrevido a abrir.

Necesitaba más que nunca a Irene en esos instantes, mas la madrileña iba a llegar tarde y ella no sería capaz de esperar su presencia para leer la carta que había encontrado en el buzón.

Suspirando una vez más, terminó el vino de un trago para infundirse valor, y rasgo el papel, sacando la carta con el pulso disparado, leyendo su contenido mientras sus pupilas se inundaban en lágrimas.

Volvió a leer, despacio, cada palabra de aquel papel, mojándolo sin querer cuando ya no pudo retener su llanto, mientras pequeños sollozos escapaban de sus labios y escondía su rostro entre sus brazos, temblando imperceptiblemente, mojando sus rodillas con sus lágrimas.

La soledad de ese lugar se le hizo demasiado pesada. Intentó serenar su aliento, mientras secaba sus lágrimas y se estiraba, alcanzando su teléfono y escribiendo un mensaje, sin esperar respuesta, mas lo necesitaba.

-Inés: Bolchevique ¿Estás muy liado?

Iba a dejar su teléfono, imaginando que Pablo andaría liado con Leo y Manu por lo que no respondería, mas el aparato vibró en sus manos, indicándole que tenía un mensaje. Desbloqueó una vez más la pantalla y sonrió entre sollozos al ver en nombre con el que tenía a Pablo guardado.

With youWhere stories live. Discover now