Capítulo 15: Al límite

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Tobirama escuchó el gritó de Izuna y saltó de la rama segundos antes de que ésta explotase. No podía ver nada por el humo de la explosión pero sintió el chakra de su hermano a su lado y se dirigió hacia allí. En seguida notó como varias sombras se abalanzaban sobre ellos y les atacó sin miramientos. Hashirama atrapó a cinco en un segundo con su jutsu de madera y él se encargó de los demás. En pocos minutos el bosque volvió a quedarse en silencio. Conforme el humo se fue disipando comprobó que su hermano y él estaban solos. No había ni rastro de Izuna ni de los demás ninjas que los acompañaban. Se concentró y pudo sentir el chakra de los demás a unos metros de distancia pero no encontraba el de ella. La Uchiha debía de haberse alejado bastante por que ya no sentía su chakra cerca. Trató de calmarse y escudriñó los arbustos buscando más enemigos. Ella estaría bien, un enemigo de ese nivel no podría ni tan si quiera hacerle un rasguño. Entonces sintió el chakra de tres personas más, no tenían nada que ver con los que les habían atacado primero. Éstos eran fuertes. 

Aparecieron entre los restos de polvo y humo de la explosión cargando extrañas armas. El más alto llevaba una espada tan grande como él , otro una especie de aguja y él último una espada grande envuelta en sellos explosivos. El segundo les atacó de pronto, tanto él como su hermano esquivaron el ataque que dejó detrás unos hilos fuertes como el acero, si les atrapaba con eso, sería difícil soltarse . 

Tobirama sacó su katana y les atacó rápido como un rayo. Esos tipos eran fuertes pero no podían igualar su velocidad. Usando el jutsu del dios del trueno tomó por sorpresa a tipo de la aguja y le propinó un profundo corte en el pecho dejándolo inconsciente en el suelo. Los otros dos torcieron el gesto y se dispusieron a enfrentarles. Tobirama estudió la situación unos segundos. Eran fuertes, pero no tanto como para enfrentarles a ellos. La fama de su hermano era lo bastante grande como para que esos tipos se lo pensasen antes de atacarles. Y menos estando juntos. Pensó entonces en la trampa que habían colocado en los árboles, había sido una distracción, igual que los shinobis débiles que les atacaron primero. Era una estrategia para separarles, por tanto, más tipos como ellos debían de estar atacando a los demás.

 Sabía que su hermano podía encargarse de esos dos sin su ayuda y tampoco le preocupaban los otros, podía sentir el chakra de nueve personas, sus compañeros eran siete así que los enemigos serían dos. Eran shinobis bien entrenados y estaba seguro de que podrían ganar y, en el peor de los casos, Hashirama estaba cerca para echar una mano. Lo que le preocupaba era Izuna. La Uchiha se había alejado demasiado y además estaba sola. Tenía un mal presentimiento de todo esto. Realizó varios ataques rápidos pero esos dos se las ingeniaron para contrarrestarle. Podía matarlos pero le iba a tomar algo de tiempo.

-¡Hermano!- gritó para hacerse oír por encima del ruido de la batalla.

- ¿Puedes hacerte cargo aquí?

Hashirama asintió serio.

-¡Me adelanto entonces!

Tobirama salió corriendo a la velocidad del rayo mientras su hermano reprimía una sonrisa. Por la dirección que había tomado, estaba claro que iba a ayudar a la Uchiha. Después suspiró y se puso serio por fin. Él también tenía que terminar rápido con esos tipos y ayudar a los demás. No pensaba dejar que muriese nadie más. 

Izuna consiguió levantarse pero ya no le quedaban fuerzas. No podía creer que después de pasar la vida peleando contra los Senju fuese a morir a manos de unos desconocidos. Siempre había pensado que, si moría en combate, sería por la espada de Tobirama, no por la de un estúpido ninja del país del agua. Aún así ella era demasiado orgullosa y aunque a penas se pudiese mover pensaba dar pelea hasta el final. 

Recogió su katana del suelo y se lanzó contra sus enemigos que la miraban desafiantes. Usó toda la fuerza que le quedaba para frenar la embestida de aquella espada monstruosa que robaba el chackra pero el otro individuo se deslizó tras ella y descargó su katana contra su espalda. No tenía forma de esquivarlo, cerró los ojos esperando el golpe pero este no llegó. Notó entonces que alguien sujetaba su brazo y los abrió de nuevo para ver a Tobirama a su lado serio como una estatua. Había usado su jutsu espacio temporal para alejarla de sus enemigos que ahora estaban a varios metros mirándoles enfadados.

Superando el odio [Tobirama]Where stories live. Discover now