Superando el odio [Tobirama]

Capítulo 16: Primer beso

Izuna se despertó con las primeras luces del alba. Estaba en una de las tiendas de campaña que habían llevado para el viaje, a su lado estaba uno de los Uzumaki que les había acompañado, durmiendo plácidamente con varias vendas asomando por sus brazos, se apresuró a comprobar el estado de su pierna que ya parecía casi intacta y notó también que su chakra se había regenerado. Se levantó con cuidado de no despertar a su compañero y entonces recordó lo más importante. Tobirama. Salió corriendo de la tienda, fuera estaban todos los demás algunos con vendajes y pequeñas heridas, pero no vio a ninguno de los Senju.

Los dos Uchiha se acercaron a ella rápidamente a preguntar por su estado.

-¿Dónde está Tobirama?- les preguntó sin miramientos.

Ellos señalaron la otra tienda de campaña.

-El Hokage ha estado tratando sus heridas toda la noche, aún no sabemos nada.

Izuna sintió un nudo en la garganta. Quería entrar en la tienda para verle pero si seguía en tratamiento era mejor que no les molestase. Se sentó junto a la hoguera que habían encendido cerca de las tiendas, al menos ninguno de los demás había sufrido heridas graves. Todos habían sido atacados por ninjas con armas extrañas y habían podido confirmar que eran del país del agua. Ya esperaba algo así, sabía que los países fronterizos estaban nerviosos con su alianza, aún así había sido descuidada cayendo en una trampa estúpida y se había separado de los demás y por su culpa el Senju había terminado en ese estado. Apretó los puños con fuerza y esperó a que Hashirama saliese de la tienda, ajena a la conversación de los demás.

Un par de horas después, el sol ya estaba bien alto en el cielo y el Hokage salió por fin de la tienda de campaña con aspecto cansado, Izuna se puso en pie en seguida y se acercó a él.

-Muchas gracias por salvar a mi hermano- le dijo el Senju apretando sus manos entre las suyas cuando llegó al lado de la Uchiha- Si hubiese llegado sólo unos minutos más tarde no habría podido hacer nada.

Ella desvió la vista apenada.

-Fue él el que me salvó a mí.

Hashirama se rió suavemente y relajó su gesto serio.

-Hacéis un buen equipo entonces.- dijo mirándola con afecto.

-¿Él... está bien?

-Está fuera de peligro, ahora sólo necesita descansar un poco.

Izuna suspiró aliviada.

-Envié un mensaje a Madara para que nos mandase refuerzos, tenemos varios heridos y sería peligroso si nos atacan otra vez, hasta que lleguen vamos a limitarnos a proteger el campamento. No creo que tarden mucho de todas formas.

Ella asintió decidida.

-¿Está despierto?- le preguntó después, algo cohibida.

-¿Tobirama? Sí, despertó hace un rato, puedes entrar a verle si quieres- contestó el Hokage con una sonrisa.

Ella se despidió y se acercó a la tienda algo nerviosa. No había olvidado lo que le dijo antes de caer inconsciente. Estaba segura de que cuando le dijo eso el Senju estaba delirando por la pérdida de sangre pero cada vez que lo recordaba se sentía ansiosa. Entró en la tienda y le encontró tumbado sobre el saco mirando la lona del techo con expresión aburrida. Aún había signos de cansancio en su rostro y un enorme vendaje le cubría el abdomen y el hombro derecho pero, por lo demás, no parecía alguien que hubiese estado a punto de morirse en sus brazos la tarde anterior. Se sorprendió una vez más por su resistencia y se sentó en el suelo a su lado. Él había clavado la vista en ella desde que entró en la tienda pero no había dicho nada.