Superando el odio [Tobirama]

Capítulo 24: Entrenamiento

Tobirama desapareció de su vista en una fracción de segundo, ella ya sabía que haría eso. Él era un estratega, nunca se lanzaría a un ataque cuerpo a cuerpo impulsivamente. Primero estudiaba a su enemigo, buscaba sus puntos débiles y en base a eso trazaba un plan. Después de tantas peleas, sabía que nada escapaba a los ojos del albino, una pequeña cojera, un ligero signo de cansancio, cualquier pequeña debilidad que ella se esforzase en esconder era descubierta por Tobirama al segundo y usada en su contra. Él era un oponente casi imposible, pero si Izuna se las había arreglado hasta ahora para contrarrestarle era precisamente por que nadie le conocía como ella en el campo de batalla.

Primero necesitaba que se acercase, gracias a ese maldito jutsu de su invención las distancias no eran un problema para Tobirama, era complicado defenderse si no sabía por dónde iba a aparecer pero si lo tenía cerca, por muy rápido que fuese , su sharingan podía seguirlo.

Un gran dragón de agua emergió del bosque sin previo aviso y se dirigió a ella con rapidez. "Primero un ataque a larga distancia para reconocer el terreno" pensó ella divertida. Lo contrarrestó con una bola de fuego, haciendo que el bosque se llenase de vapor de agua. Entre el vapor, el albino se abalanzó de pronto sobre ella con su katana, Izuna le esquivó sin prestarle mucha atención y lo desvió de una patada. Sabía que era uno de los clones de Tobirama, y si el clon atacaba de frente el auténtico seguramente estaría detrás.

Se giró a toda prisa e interceptó la espada de Tobirama con la suya sin esfuerzo poniéndole una mueca.

-¡No te estás esforzando!- le gritó entre risas.

-¿Recuerdas que casi me muero hace un par de días?- dijo él molesto atacándola de nuevo.

-Oh, entonces no me vas a durar mucho.

Tobirama torció el gesto y comenzó a subir la velocidad. Ella prácticamente no podía verlo, sólo con el sharingan era capaz de percibir los destellos metálicos de su katana cada vez que trataba de atacarla. Se las apañó para parar todos sus golpes y con su mano libre lanzó un par de shurikens mientras le atacaba, que chocaron uno contra otro cambiando la dirección de una forma imposible y dirigiéndose hacia la nuca de Tobirama. Él tuvo que saltar para esquivarlos, momento que ella aprovechó para lanzarle una inmensa bola de fuego. Sabía que no le iba a dar. Él desapareció al instante y volvió a atacarla desde atrás.

Izuna adoraba usar su katana para pelear y eso era gracias a él. Su hermano se esmeró en enseñarle más taijutsu y ninjutsu pero no tuvo más remedio que aprender a manejar la espada ya que su eterno rival siempre la usaba contra ella. Sabía que Tobirama lo hacía por el aspecto práctico, por ahorrar chakra. Mientras que sus hermanos siempre usaban jutsus impresionantes en sus peleas, ellos podían pasar horas atacándose sólo con sus katanas. No obstante se suponía que esta pelea era para hacer una demostración a los chicos así que infló sus cachetes y comenzó a lanzar bolas de fuego rápidas como balas de cañón que destruyeron al segundo todos los clones que Tobirama acaba de crear.

-¿Estáis intentando destruir el bosque?

Una voz desconocida les hizo parar en seco. Izuna se giró y vio a una chica pelirroja que les miraba divertida. La recordó en seguida, era la prometida de Hashirama, Mito. Después miró al rededor y descubrió con horror que tenía razón. Los árboles junto a ellos estaban todos chamuscados y el terreno destrozado por la pelea.

-Lo siento- dijo Izuna avergonzada- Sólo queríamos hacer una demostración a los chicos pero creo que nos excedimos un poco.

De detrás de un arbusto medio quemado salieron los tres muchachos totalmente emocionados.

-¡No les regañe por favor!- se apresuró a decir Koharu- Sólo nos estaban enseñando.

-Si ¡Y ha sido impresionante!- continuó Hiruzen mirando con ilusión a Izuna.