La viajera del tiempo.

Capítulo 19: La arena.

Jenni guió a todos rápidamente al alcantarillado con Jace y Clary estaban urdiendo un plan alternativo para entrar a destruir ese palacio que parecía indestructible. Al escuchar ruido aproximándose rápidamente se pusieron en posición defensiva, pero enseguida bajaron sus cuchillos serafines al ver a sus amigos. Tanto Magnus como Isabelle corrieron a abrazarlos, hacía tanto tiempo que no se veían que el reencuentro siempre se volvía algo emotivo, pero sabían que iban a contrarreloj, más ahora que Peter se había mandado de cabeza a la peor prisión del mundo de las sombras habida y por haber. 

Los ocho, trataron de organizarse pero era imposible. Simon, que era el más templado a pesar de ser un vampiro decidió intervenir para mediar, Jace proponía algo y los cuatro brujos se negaban por falta de recursos, al fin y al cabo, solo los Cazadores de Sombras y Simon podían ejercer su magia. Lo que ellos no sabían y mucho menos se imaginaban era que los poderes de Lali, nunca habían dejado de funcionar. 

Izzy: esta vez la violencia no es la manera de entrar ahí... 

Magnus: ¿Y que sugieres pequeña Lightwood?

Clary: claro... El factor sorpresa.

Izzy: eso es... De eso se trata, ya deben saber que nos hemos fugado. Todo el ejercito estará ocupado buscándonos.

Magnus: entonces, el Palacio estará más desprotegido que nunca mientras sigamos fuera porque...

Jenni: porque Isabelle es Guardiana del Gran Portal y si llega a dar aviso de todo lo que sabe puede hundir sus planes y Magnus es obvio que además de ser el brujo más poderoso que conoce, sos el amor de su hijo, son los que más pueden entorpecer sus planes. 

Jace: tengo una idea... 

Gas: dispara entonces, mi amigo está ahí dentro.

Clary: está claro que Peter tiene sus propios planes y por mucho que queramos sacarlo cuanto antes de ahí, no va a ser cosa de un día, tenemos que pensarlo todo al dedillo, todas y cada una de las posibilidades para hacer el plan más meticuloso de nuestras vidas y para eso, te necesitamos Simon.

Simon: no pienso usar la marca, os ayudaré en todo lo demás, en todo, menos en eso. 

Magnus: te entiendo Simon, te asusta el poder que tienes en tu frente, es normal, es incontrolable... Pero en cualquier momento que te intenten hacer daño se activará... Y aún así destruirás todo.

Simon: entonces me quedaré aquí. 

Rochi: Simon, yo no te conozco, no sé lo que hace la marca de Cain pero no queremos lastimar a nadie, queremos destruir el edificio y mucho me temo que eres el único que puede hacerlo, una vez que no haya nadie dentro. 

Clary: no importa, encontraremos otra forma, ahora lo importante es entrar. 

Después de hablar con Sofía, he vuelto a la habitación, Alec me está esperando y no tiene la mejor cara del mundo, como a mi no me importa, me encierro en la habitación de la cama sin hablarle. La noche ha llegado y no he podido dormir mientras observo el bosque, los animales corren libres, ojalá yo pudiera correr otra vez con los pies descalzos sobre la tierra, me miro las heridas y ya están empezando a cicatrizar, la piel se va regenerando poco a poco pero a una velocidad asombrosa, he visto el amanecer y es lo único que me ha parecido precioso en todo lo que llevo en este absurdo lugar. Bien temprano por la mañana, ha venido Sofía con otro guardia, él se ha llevado a Alec y ella ha ido conmigo a la sala esa donde me bañan y me preparan. Yo no entiendo bien de que va esto pero bueno, no estoy como para quejarme. 

Me abre el grifo de la bañera y me ayuda a pasar mientras las doncellas me lavan y ella saca la ropa que me tengo que poner. Cuando salí de la bañera me secaron el pelo y me lo ataron en una cola de caballo, después me maquillaron y me pusieron un vestido encuerado rojo y lo complementaron con unos collares en forma de cadenas, cuando me tienen lista, junto a Alec, nos hacen recorrer una galeria hasta parar en dos tronos en lo alto de un cuadrado vacío, al rededor hay galerias de cristal donde hay presos mirando, yo lo miro a Alec que no es capaz ni de mirarme.