Capítulo 34. Reconstrucción

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Buenos Aires, año 2036

Después de descubrir la verdad, Lali y Peter huyeron de si mismos. Mientras los demás los buscaban desesperados porque no hicieran una locura, ellos trataban de encontrar un sentido para encaminar su rumbo. Magnus estaba preocupado, igual que Emilia quien sabía que jamás debería haberle revelado ese secreto a Lali, que no tuvo mejor idea que ir a buscar a Lucifer al club nocturno que regentaba. LUX BsAs, en la entrada se dio cuenta de que no llevaba la ropa adecuada así que detrás de unos arbustos se cambió por algo más elegante. Saludó a los guardias de seguridad y subió en el ascensor hasta el club, donde encontró a Lucifer tocando el piano y cantando en mitad de toda la gente. Lali lo aplaudió hasta que se quedó frente a él en el piano.

Lucifer: querida que placer verte, estás preciosa. Nunca había visto una libertad tan bien llevada. - Dijo el diablo con una sonrisa pícara observando a Lali.

Lali: vos tampoco estás nada mal Luci, pero no he venido para eso... - Dijo ella pícara también.

Lucifer: ¿A qué se debe entonces el honor de tu visita? - Preguntó un poco desconcertado.

Lali: necesito un favor... El último. - Le dijo ella riendo. - ¿Podemos hablar en un lugar más privado?

Lucifer: si claro, sígueme.

Lali, acompañó al diablo hasta la parte superior, su casa. Era un departamento de lujo, decorado perfectamente. Un lugar amplio, Lucifer se dirigió a su armario y sacó el whisky junto a dos vasos. Lali agradeció el detalle y en cuanto Lucifer sirvió se lo bebió de trago. Lucifer, rellenó la copa y la observó mientras bebía hasta que decidió romper el hielo.

Lucifer: ¿Que es lo que sucede?

Lali: muchas cosas, pero lo importante acá es que los jefes de La Clave quieren cerrar el infierno para siempre y yo desbloquee la información necesaria. Si esa grieta se cierra, desapareceran todos los seres del submundo, incluidos Maze y vos. - Dijo la joven preocupada. - Tenemos que hacer algo, recuperamos la escuela de magia pero nosotros no somos inmortales.

Lucifer: cuántos favores vas a deberle a este viejo diablo... - Dijo chistoso.

Lali: ¿Nunca tomas nada enserio vos? - Replicó un poco molesta.

Lucifer: mira querida, ahora mismo creo que cerrar esa grieta es lo mejor que podría pasarle al mundo mundano, Lilith está suelta y ese es un problema más importante. - Puntualizó el diablo frustrado.

Lali: no sé qué hacer Luci, no puedo ocuparme de todo.

Lucifer: tienes que vivir, no cargues con cosas que no están en tus manos. Interven en lo que puedas, pide consejo en algún lugar más productivo que yo.

Lali: vos sos productivo, castigas el mal... La Clave, cambió el manual de los Guardianes del Palacio de Cristal Celestial... Peter es el verdadero guardián. - Confesó acaparando la atención del diablo que inmediatamente la miró y volvió a llenar los vasos de whisky.

Lucifer: en ese caso, La Clave debe ser castigada y no por El Diablo, si no por los propios ángeles. Hablaré con Amenadiel, él os ayudará. El Demonbye solo puede estar en manos de Los Guardianes, solo ellos pueden definir el destino del infierno.

Lali: que Amenadiel venga a verme... - Se bebió el whisky de trago y se levantó. - Debería volver a la escuela, estarán preocupados.

Lucifer: estaremos en contacto.

Por su parte Peter, simplemente optó por encerrarse en su habitación. Primero Gaston, tocó la puerta pero fue totalmente en vano, después fue Rochi a quien tampoco abrió. Alec también quiso hablar con él, pero si había alguien a quien no quería ver, era a Alec. Finalmente Jenni, subió a la habitación y sin pedir permiso deshizo el hechizo y entró. Peter la observó sentado al borde de la cama de Lali con una fotografía en la mano. Jenni, se acercó y lo abrazó.

La viajera del tiempo.Where stories live. Discover now