07. THE END

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[CAPÍTULO 7]
THE END

...


«Corría por un campo, el sol iluminaba mi cabello haciendolo lucir un poco más rojo de lo habitual, reía sin parar y mi madre me observaba al fondo riendo también, entonces Draco apareció junto a mi, me acerqué para abrazarlo y él me devolvió el abrazo depositando besos sobre mi cabeza, pero el clima cambió nubes de tormenta se amontonaron sobre nosotros, un segundo después y el rubio y mi madre habian desaparecido.

-Me reemplazaste -Giré atónita ante aquella voz, Cedric me observaba frío y decepcionado a mis espaldas.

-No es cierto, jamás podría...-Me vi interrumpida por su voz.

-Te enamoraste de otra persona, sabía que siempre estuvo por encima de mí -Quería hablar para negarselo pero algo me impedia que salieran palabras -¡Asesina! -Entonces  rápidamente la escena cambió, estaba en un charco de lodo llorando y llovía muy fuerte, Cedric estaba parado frente a mí y mi madre me abrazaba buscando mi tranquilidad.

-No eres real -Susurré repetidas veces, pero la palabra "Asesina" se hizo más frecuente de varias voces, femeninas, masculinas, en coro lo gritaban repetidamente, tapé mis oidos y al volver a mirar hacia arriba un estruendoso relámpago cubrió de sombras a Cedric y al siguiente instante no era él quien me observaba frío, era Charlie...»

Desperté de golpe con la respiración agitada, busqué consuelo en las cosas que me rodeaban, sudaba frío y sentía las mejillas mojadas, debía haber estado llorando, me levanté lentamente y caminé hacia el baño para lavarme la cara, me quedé unos minutos observando mi reflejo en el espejo, mi piel lucía pálida y las ojeras bajo mis ojos se hacian cada vez más notorias, tomando así un color morado que resaltaba junto al resplandor de mi piel. 

Suspiré y me apoyé del lavabo controlando mis ganas de llorar, estaba harta de huir, harta de Charlie, harta de este tema. ¿Por qué las cosas siempre tenían que salir de mala forma? -Me pregunté, entonces recordé el sueño.

Draco...¿Qué hacia él en mis sueños? Desde aquél día no habiamos cruzado palabras, y nos habiamos visto muy poco, realmente estaba muy desentendida de todo lo que me rodeaba, sabía que Harry me había buscado en varias oportunidades pues Katherine me lo había comentado, pero después del incidente de Umbridge y mi estadía en la enfermeria y en el despacho de Snape, decidí tomarle palabra y pasar desapercibida de todo.

Blaise continuamente me decía que no le agradaba para nada la compañía de Draco, la cual ahora era Astoria, estaban juntos para todos lados e incluso decía que el rubio lucía "feliz y distraido" pero que aún así no le agradaba la mala vibra que ella le traía, me rompió el corazón saberlo pero Harry tenía razón. 

Draco era la persona menos indicada por la cual sentir amor o atracción, siempre había sido una persona de mal carácter y dificil pasado, era exactamente lo que no necesitaba en mi vida, sin contar que el fantasma de Cedric aún me atormentaba, a menudo la misma situación ocurria en mis sueños

Cedric sin vida, Amos gritando sin piedad por su hijo muerto, Harry llorando sobre el cuerpo, las personas sorprendidas y mi corazón desgarrado...

Tomé la iniciativa de salir en busca de despejar mi mente, tomé mi varita y pronuncié el encantamiento de luz, aún la luna se ceñía sobre el cielo, así que calculo que no pasaban de las 12, todo el corredor estaba callado, bajé las escaleras con cuidado de no despertar a alguno de los fantasmas o encontrarme con alguno de los prefectos. 

Al llegar, la chimenea aún estaba encendida pero había alguien en los muebles que la rodeaban, los cabellos platinados me hicieron respirar profundo, me acerqué con extemo cuidado de no llamar su atención pero escuché pequeños ronquidos, ¿Draco estaba dormido? Definitivamente era un prefecto que no acataba las guardias, antes de salir de la sala común me giré para verlo y observé un papel sobre sus piernas, sus manos descansaban sobre su regazo y su cabeza estaba recostada al espaldar, conservaba su traje negro puesto y su insignia de prefecto y de brigadista inquisitorial resplandecian ante la luz del fuego.

Un ataque de curiosidad me invadió y me acerqué a él, tomando la carta de sus piernas y alejandome un poco para leer su contenido, estaba mal pero mi padre estaba con sus padres y quizás podría tener una noticia de su paradero, comencé a leer la carta pausadamente y al finalizar...realmente habría preferido no leerla.

«Astoria, Draco, boda, comprometidos»

Las palabras se repetían en mi mente como el sueño de Cedric, dejé la carta reposando sobre la mesa que estaba delante de los muebles y seguí mi camino hacia la torre de astronomia, sabía que me jugaba el cuello con otro castigo de Umbridge o de Snape pero realmente no me importaba, en el camino vi la luz de otra varita en el séptimo piso lo cual hizo que apagara la mía, me escondí detrás de una columna esperando lo peor pero entonces algo llamó mi atención

-Rápido chicos, Filch no tardará en darse cuenta que hay estudiantes fuera de la cama -Dijo cierto azabache que conocía, me asomé un poco fuera de la columna y vi a Harry entrando a la que supongo era la sala de menesteres seguido de una fila larga de estudiantes, cuando todos estuvieron dentro, me abofeteé internamente por la siguiente estupidez que planeé hacer.

-¡Potter! -Exclamé haciendo que se sobresaltara y se pusiera en posición de defensa.

-Maldición Annie, ¿estás loca? pude haberte hechizado -Dijo volviendo a su estado normal

-¿Qué demonios haces a esta hora aquí con esos chicos? -Pregunté algo exaltada

-Puedo preguntarte lo mismo, creí que estabas momificada o algo parecido, estuve semanas buscandote! -Respondió.

-No me cambies el tema Potter -En seguida escuchamos los maullidos de la gata de Filch y Harry me tomó del brazo adentrandome con él a la habitación, a nuestras espaldas la puerta se cerró, los estudiantes dentro exceptuando a Hermione, Ron, Ginny y los gemelos me miraron con mala cara, era la única de la casa más odiada dentro, no podía culparlos.

-Era esto para lo que te estaba buscando, creamos un pequeño grupo que capacitaré en el tema que ya te mencioné -Dijo en un susurro.

-¡Preciosa Holmes! -Exclamó uno de los gemelos.

-Me parece que alguien no ha firmado su contrato para estar aquí -Dijo el otro.

-¿De qué contrato hablan? -Pregunté acercandome a ellos

-Uno en el nos venderás tu alma -Dijeron al unisono, los observé con mala cara y al instante Hermione comenzó a reir 

-¿ya ves? Se lo creyó por un momento -Dijo Fred carcajeandose a lo que le propiné un golpe en el hombro -Oye George esta mujer es como un hombre, golpea más fuerte que tú. Pero es verdad Holmes, debes firmar en una lista para saber que eres parte de esto.

-Harry pero...Umbridge...

-Sí, prohibió los grupos extraescolares y dijo que sancionaría a quienes desobedecieran, pero todos los presentes no tienen miedo de romper las reglas con tal de aprender a defenderse ante un inminente peligro, ¿Acaso tú sí? -las miradas se hicieron más fuertes ante la espera de mi respuesta y tragué profundo. -impulso de estupidez, aquí vamos de nuevo-. Pensé

-Está bien, ¿donde debo firmar? -Los gemelos se acercaron a mi con una lista y una pluma, al mismo tiempo ambos me pasaron un brazo por los hombros.

-Bienvenida al ejército de Dumbledore Annabelle -Dijeron al unisono, y todos se les unieron.

-¿Entonces? ¿Cuando empezamos? 

Harry sonrió y empezó a dar un discurso sobre lo que veriamos de su mano, tiempos buenos venían para la magia y todos los que nos reuniamos hoy aquí, lo sabiamos.

Alone ◦ Draco Malfoy [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora