13. DISASTER

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[CAPÍTULO 13]
DISASTER

...

-Harry te digo que puedo ir sola, no hay ningún problema -Insistí terminando de ordenar mis cosas, quería ir a casa a buscar algunas cosas antes de la cena de año nuevo, pero Harry insistía en acompañarme.

-Sé que nadie puede saber de tu paradero, pero es peligroso que vayas sola -Replicó impaciente.

-No pasará Potter -Recogí mi cabello en un moño desordenado y me propuse a irme.

-¿Estás segura de esto? -Preguntó Sirius al borde de la escalera, asentí y lo abracé fuertemente.

-Estaré aquí para el final de la tarde, no te preocupes -Él me acaricio la mejilla y depositó un beso sobre mi frente.

-Te esperaré con tu postre favorito, tu madre decía en sus cartas que te encantaba de pequeña -Sonreí con emoción e hice un pequeño salto

-Ahora quiero regresar más rápido -Sirius rió y Harry me abrazó, repitiéndome que me cuidara y que volviera sana y salva.

Entendía su preocupación, Charlie pisaba mis talones cada día más y peligraba mi vida. Pero estaría bien, eso creo...

...

La casa se alzaba frente a mis ojos, miré en ambas direcciones cuidando que no fuera seguida por nadie, tomé aire y avancé a la casa, abrí la puerta y dejé todo en el recibidor, todo seguía exactamente igual, saqué mi varita y la dejé reposando sobre la mesa del recibidor, subí hacia mi habitación y me deshice de mi ropa para tomar un baño, el agua caliente era algo que me cuerpo necesitaba.

Entré en la bañera y restregué mi cuerpo, mi cabeza descansaba sobre el borde de la baldosa mientras buscaba algo de relajación.

Mi pensamiento se vio interrumpido por un sonido en la entrada de la casa, de inmediato me puse de pie, y me envolví en una toalla, bajé con cautela las escaleras pero al revisar no había nadie, todo estaba en calma y silencio. Decidí que era hora de volver, tomar las cosas por la que vine y regresar.

Subí a mi habitación y me vestí con lo primero que ví, una camisa a cuadros azul, unos jeans negros y las mismas botas que había traído. Al volver al baño, la luz no encendía, me acerqué al bombillo y lo toqué varias veces pero nada sucedía, rebusqué entre mis bolsillos mi varita...Pero claro, estaba en el recibidor, fui por ella, pero algo llamó mi atención, en la chimenea una débil llama danzaba, no recordaba haber encendido la chimenea entonces las ideas vinieron a mi cabeza.

Debía irme de inmediato, corrí por las escaleras a mi habitación para tomar las cosas pero un grito ahogado salió de mi garganta al ver un cuerpo sobre mi cama con mordidas por todas partes, casi desfigurado, era una mujer, por supuesto, me acerqué lentamente y grité con todas mis fuerzas al ver el rostro apenas visible de la persona.

Era Mary Ann y había sido asesinada.

Retrocedí y al girar hacia la puerta un mensaje yacía en la pared escrito con la que supuse era su sangre:

"Sigues tú"

El corazón me latía a más no poder, corrí hacia la salida pero la puerta por alguna maldita razón no abría, las lágrimas comenzaban a correr por mis ojos debido al desespero, así que retrocedí llorando y apunte con mi varita, recordando la clase de Harry

-Bombarda Max...-Unas pisadas se hicieron presentes detrás de mí y me inmovilicé, me mantenía quieta, tenía miedo de girar a ver.

-No lo intentes cariño, esa puerta no abrirá -La piel se me erizó y mi temperatura bajó por completo al escuchar la voz, mis labios temblaban intentando pronunciar una palabra.

-¿Cómo me encontraste? -Dije al fin aún sin girar, no lo observé pero sabía que había sonreído.

-Las enamoradas dejan más rastro del que crees Annie -Siseó arrastrando las palabras, giré de un solo golpe y lo apunté con mi varita, él me miró con ternura falsa y chasqueó la lengua varias veces negando -No te preocupes hija, no estoy aquí en realidad. No lo niego, quería hacer esto por mi cuenta, pero es mejor destruir tu mente antes de destruirte a ti, así que alguien se ofreció de voluntario a asesinarte hoy, aquí. El dato curioso es que tú misma le diste el rastro, con ese hermoso rubí que llevas en el cuello.

Por un minuto mi mundo se detuvo, sentí mis lágrimas llenas mis mejillas al embargarme el pensamiento de la realidad, Charlie me observa divertido, vestía un traje negro y sus manos estaban en sus bolsillo.

-Draco, es tu turno -Mi mirada vagueó hacia la cocina donde un rubio platinado con una mirada sombría me observaba -Saluda a Hailey de mi parte, dile que la extraño muchísimo -Rió estruendosamente y desapareció en una nube de humo negro, solo quedábamos él y yo.

-Draco...¿qué estás haciendo? -Él apuntó su varita hacia mí, no me respondió solo conjuró un hechizo que me hizo salir disparada al estante de cristal aéreo de libros el cual se partió con mi choque, sentía como mi nuca ardía -Draco por favor...no hagas esto

De inmediato conjuró otro hechizo, que esta vez bloquee haciendo que se desorientara, lloraba desconsolada. No quería hacerle daño, demonios ni siquiera quería verlo. Me arrastré hacia el pie de la escalera, pero otro hechizo me hizo retorcerme en el suelo, estaba lanzándome una maldición.

Gritaba desesperadamente en busca de algo con qué evadir el dolor, y entonces paró, me arrastré hasta la parte de atrás de uno de los muebles y me reincorporé, los huesos me dolían como si estuvieran rompiendo cada hueso de mi cuerpo, las ilusiones de Draco y mis sentimientos, los sentía marchitarse uno a uno.

Entonces di un largo respiro reprimiendo el dolor y los sentimientos, me puse de pie y comencé a defenderme, sus ojos había algo raro en sus ojos, como si no fuera él pero en este momento no importaba ya, hice volar su varita por los aires pero el choqué de ambos hechizos me hizo caer al suelo de nuevo boca abajo, sentí sus manos enrollarse en mi cabello y tomarlo violentamente para estampar mi cara contra el suelo varia veces, sentía mi entorno apagándose lentamente, entonces mi codo se clavó en su entrepierna haciéndolo caer de rodillas a mi lado. 

Me subí sobre su regazo y planté varios golpes sobre su mejilla, no tenía idea del paradero de mi varita y la verdad estaba drenando todo, pero era más fuerte que yo. Me tomó por el cuello y él se subió encima de mí asfixiándome tanteé a mi lado para buscar algo pero no daba con nada, mi visión comenzaba a volverse borrosa entonces nuestras miradas al fin se encontraron, observé el aire salir de sus pulmones en un suspiro, su agarre se suavizó y la sombra en sus ojos se disipó, su mirada cambió, era como si volviera a la vida, me miraba confundido pero tomé mi varita apenas la divisé y susurré un hechizo haciendo que cayera inconsciente a mi lado.

Me arrastré hasta la puerta llorando, no quería mirar atrás. Esta vez no quería mirar atrás.

...

Avancé por las frías calles de Londres desorientada, las personas no me ponían atención estaban muy ebrias debido a lo tarde que era y el año nuevo se avecinaba, cojeaba y mi boca sabía a sangre, olía a sangre, estaba mareada debido a la sensación, hasta que por fin di con la casa de la orden a la cual me acerqué haciendo un esfuerzo para no desmayarme. Esta se reveló ante mí y subí las escaleras hasta tocar la puerta con todas mis fuerzas.

-¡Annabelle qué mierda...! -Harry había abierto la puerta, pero no pude contestarle algo debido a que me derrumbé, sin haber tocado el suelo en algún momento

Alone ◦ Draco Malfoy [2]Where stories live. Discover now