#5: Desorden en palacio.

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                                      Ben y Harry pasaron una buena tarde juntos, casi como una familia, aunque obviamente, Louis faltaba ahí. Ben descubrió que su padre rizado no era tan engreído como creía, que incluso tenía un corazón que pocas veces salía a la luz pero cuando lo hacía era genial, y Ben no podía estar más feliz con eso como lo estaba en esos momentos.

Harry llevó a Ben a una tienda de juguetes, siendo acosados por pocos fotógrafos para la suerte de ambos. El rizado mayor dejó que su hijo escogiera todos los juguetes que quisiera, ya que eso había sido parte del acuerdo que ellos hicieron para salvar la carrera del cantante. Finalmente, Ben salió de la tienda con tres transformers nuevos, un arco, una pistola de balines que lucía orgulloso, entre otras cosas.

Ellos habían pasado, definitivamente, una buena tarde juntos. Sin embargo, al ya ser las siete de la tarde, Ben se despertaba de una merecida siesta, encontrándose prácticamente solo en la gran casa.

Bajó las escaleras con pasos lentos y cuidadosos, ya que estaba sólo con un par de calcetas negras. A Louis no le gustaba que Ben estuviera sin zapatos, porque en cualquier momento él se podría caer o enterrar algo en sus pies, pero al menor no le importaba ahora.

—¿Papá? —murmuró, aún adormilado— ¿Harry?

Él no recibió respuesta. Se encaminó por la sala, viendo una puerta abierta de donde salía música, que se encontraba en frente del comedor. Él jamás había visto esa habitación. Caminó hasta allí, abriendo un poco más la puerta para poder pasar, vio a Charlotte terminando de ordenar los estantes de lo que era el despacho de Harry. Ben lo supuso porque Louis tenía uno similar.

El ama de llaves tomó la aspiradora para salir de ahí, tarareando alguna canción, cuando vio al pequeño parado en el umbral. Le sonrió, acercándose a él:—Hola, corazón.

—Hola, nana —el menor pasó una mano por su ojo derecho—¿sabes dónde está papá?

La sonrisa de Charlotte desapareció casi inmediatamente, se giró, para cerrar la puerta del despacho de Harry con llave. Miró de nuevo al niño, armándose de valor para decirlo.

—Uhm, él...

Y Ben lo supo antes de que la mujer dijera alguna mentira para cubrirlo:—¿Salió, verdad?

—Sí —el ama de llaves suspiró— lo siento, pequeño.

Ben suspiró, frunciendo el ceño y mordió su labio inferior que temblaba, en un intento para no parecer tan decepcionado.

—Él lo había prometido —el menor suspiró— él dijo que no me dejaría solo.

—Oh, corazón —Charlotte se acercó a él, agachándose para quedar a su altura— si quieres puedes ir conmigo a arreglar el jardín, así no te sientes tan solitario en esta gran casa.

Una idea brillante cruzó por la mente del pequeño.

Hey, Dad. [Larry Stylinson] [M-preg] [AU]Where stories live. Discover now