Epílogo: Hey, dad.

36.4K 2.7K 4.3K
                                    

ALWAYS IN MY HEART, HARRY STYLES. YOURS SINCERELY, LOUIS.

SURPRISE, BITCH

17 de mayo, 2024. Londres.

                                                       El aeropuerto de Londres, Heathrow, estaba casi vacío a esa hora de la mañana, sin contar a los guardias de seguridad y a los empleados paseándose de un lado a otro vigilando o llevando cosas. De vez en cuando se veían personas apresuradas cargando con sus maletas de mano o con maletas con ruedas hacia la cinta de embarque, al igual que personas que se habían bajado de algún avión hablando por celular, dando indicaciones y buscando un taxi -o sus propios autos- para volver a casa. La mayoría de ellos solos, con caras cansadas y espaldas adoloridas y con trajes arrugados debido a las horas de estar sentados. Para ser Londres, era bastante raro encontrar el aeropuerto medio vacío incluso a esa hora.

Pero ahí estaba Louis y su familia, casi llenando el aeropuerto. Sentados en las sillas de la sala de espera, mirando las pantallas que anunciaban los vuelos, esperando por el de su esposo y padre. Se sentían algo ansiosos de verlo, era el último concierto que Harry daba en América y no lo habían visto casi en un mes más que por llamadas por Skype, televisión o revistas y lo habían escuchado por radio reiteradas veces. Cosas así. Estaba por todas partes, menos en donde debería estar, a un lado de su familia.

Cada vez que Louis iba a comprar al centro de Londres, una revista de farándula tenía una foto de Harry en su portada. El anillo de su compromiso reluciente entre todas las cosas de la revista. La gente probablemente se preguntaría quién era la persona que había conquistado el corazón del cantante hasta el punto de haberse casado y Louis sonreiría porque él era el poseedor de su corazón e hijos.

Aun así, los niños ya lo extrañaban, considerando que habían viajado con él un par de meses -y en algunos tours al pasar los años-, pero por cosas de escuela de Ben y Valerie, se habían de vuelto a casa entre lágrimas y promesas de regalos de todas las ciudades a las que Harry fuera. Junto con la promesa de que el tiempo volaría, tanto así, que no se darían cuenta de que el mes se acabaría y él estaría de regreso.

Ben, ya con catorce años, había cambiado la voz a una profunda y ronca casi como Harry, con pequeños matices chillones al estar en plena etapa de pubertad. Tenía el pelo rebelde y rizado como el de su padre cuando tenía dieciséis y los hoyuelos en sus mejillas eran cada vez más notable. Louis estaba de acuerdo en que era la vil copia de su esposo -pero mejor vestido, el pelo un poco más largo y los ojos azules-.

El menor llevaba audífonos en sus oídos junto con una cara de sueño impresionante; tanto así, que si lo mirabas podías caer dormido en tu mismo lugar. Miraba hacia la parte izquierda del aeropuerto en donde salía gente y más gente de sus vuelos, esperando a ver a su padre en cualquier momento; sus ojos azules nublados por el sueño, bostezando paulatinamente. Estaba quieto, tranquilo y algo adormilado.

Sin embargo, Valerie, que ya tenía cinco años y se le había caído un diente comiendo una manzana verde, se movía inquieta entre los brazos de su padre jugando con algún muñeco que Harry le había regalado en algún cumpleaños o navidad. Fruncía el ceño, hacía voces graciosas con su dulce y chillona voz y, a veces, alzaba la vista hacia su padre regalándole una sonrisa con hoyuelos, ojos grandes, verdes, llenos de brillo infantil y pestañas gruesas, antes de que Louis se inclinara hacia ella con sus ojos azules llenos de amor dándole un beso en la mejilla sacando risas escandalosas de Valerie y un sonrojo en sus mejillas pálidas.

Hey, Dad. [Larry Stylinson] [M-preg] [AU]Where stories live. Discover now