#14: Memorias de un embarazo.

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                                   Louis durmió en la habitación de Ben y, a pesar de que había sido extrañamente incómodo dormir bajo el mismo techo que Harry luego de ocho largos años, él lo pudo sobrellevar bastante bien y casi con madurez.

Sin embargo, a la mañana siguiente, su hijo se había resfriado fatalmente.

—No puedo creer que te hayas enfermado.

Ben miró a su padre haciendo un puchero con sus ojos un poco rojos. Louis soltó un suspiro sentándose a un lado de él, colocando una mano en su cabeza, acariciándolo. El menor se encontraba en la habitación de Harry, tapado hasta el cuello, su cara pálida, sus ojos azules semi cerrados debido a la fiebre. Prácticamente delirante. Y todo gracias a una guerra de agua que había hecho con Stefan un poco antes de cenar la noche anterior. Ben no resistía mucho, mas bien, su sistema inmunológico no era tan resistente.

—Papá —Ben susurró con su voz ronca— no es mí culpa.  Sólo estaba jugando con agua, no pensé que moriría.

Louis rodó los ojos, siguiendo con las suaves caricias a su hijo.

—Pero cualquiera sabe que si juega con agua a las diez de la noche, corre el riesgo de enfermarse.

—¡Eso no estaba escrito en ningún lado!

Ben tosió un poco, y cerró los ojos debido al dolor de cabeza. Louis se movió en la cama recostándose a un lado de él sin interrumpir su caricias. Le sonrió con preocupación y con voz suave, susurró:—Amor, no grites, descansa la garganta.

—¿Podrías traerme un poco de agua?

Louis asintió, levantándose suavemente de la cama y depositando un beso en la frente de Ben.

—Claro, bebé.

El chico de ojos azules cerró la puerta de la habitación de Harry, y bajando rápidamente la escalera aunque frenó un poco cuando llegó a la sala para pasar a la cocina ya que el rizado mayor estaba ahí. Harry se encontraba de espaldas a él, hablando acaloradamente por celular con alguien. Louis puso un poco de atención a la conversación, no parecía muy buena. De seguro, Harry hablaba con Chris. O eso supuso, porque el chico estaba prácticamente gritándole a quien fuera que estuviese en al otro lado de la línea y podía ver la tensión en sus hombros. 

Louis se aburrió de la conversación al no entender de qué demonios hablaban, por lo que dejó que sus ojos vagaran un poco por el esbelto cuerpo de Harry olvidándose por completo del agua de Ben. Al estar de espaldas y sólo con una musculosa, él pudo ver la tensión de los músculos del  que fue su ex novio. Sus brazos grandes, parecían capaces de tomar a un elefante y cargarlo largas distancias sin cansarse. O quizá Louis estaba exagerando.

En realidad, él realmente estaba exagerando, sin embargo, eso no le quitaba a Harry su hermoso cuerpo, su pequeña cintura como de modelo y esa espalda tonificada que varias veces había tenido el placer  de marcar. Louis se mordió el labio ante el pensamiento desviando la mirada antes de que su amigo del alma despertase en su bóxer.

Harry colgó la llamada, pasando una mano por su largo cabello. Frunció el ceño soltando una maldición, pero al momento de girarse para ir a su despacho, encontró a Louis metido en su mundo de en sueño, ese al que nunca había podido entrar. 

—¿Louis? —Harry llamó, acercándose a él— ¿Louis? —el castaño no contestó— ¡Louis!

Louis parpadeó varias veces, de pronto, dándose cuenta de la cercanía de Harry, él podía sentir su aroma a champú y café.

—Lo siento, estaba... —Louis meneó la cabeza— ¿qué pasa?

—Nada —Harry sonrió— sólo me preguntaba qué es lo que pasaba por esa cabeza tuya.

Hey, Dad. [Larry Stylinson] [M-preg] [AU]Where stories live. Discover now