#11: Entre dientes y abuelos.

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{Escuchen la canción en multimedia, he ahí mi infancia}

                                                La última semana del mes llegaba sin previo aviso y al estar tan entretenidos en sus propios asuntos, padre e hijo, no se habían dado cuenta de que tan sólo les quedaban algunos días para compartir antes de que Ben tuviese que abandonar la casa de Harry —antes de que Louis llegase a su propia casa— quizá por un largo periodo indefinido de tiempo. O hasta que su padre de ojos azules se enterara por la televisión de que Ben estuvo con Harry y lo castigara hasta que cumpliese la mayoría de edad y Louis enfrentara a Harry —cosa que Ben no creía posible— por llevarse a su hijo.

Sin embargo, Ben ahora sólo está relajado jugando en frente del espejo ya que Nina no está en casa como para jugar. Ben hace caras graciosas junto con su polera favorita de spiderman, mirando sus dientes y descubriendo en el acto que tiene otro suelto.

—¡¿Qué tenemos aquí?! —Ben exclamó, mirándose más de cerca— ¡Un diente suelto! ¡Oh, por Dios!

—¿Ben? —Harry gritó desde la habitación— ¿me llamaste?

—No, papá —el menor contestó, mirando hacia la puerta— sólo estoy cantando.

—Está bien. Apresúrate, hora de aventura ya está por comenzar.

El menor se encogió de hombros, mirándose en el espejo de nuevo. Movió un poco el diente suelto, haciendo que un poco de sangre saliese de ahí. Ben abrió los ojos, y enjuagó  su boca rápidamente. Aún así, después de haber hecho eso, siguió jugando con su diente.

—Soy tan bonito, ya lo sé —canturreó, molestando su diente suelto— soy tan precioso, eso también. Soy tan-¡AH!

El grito de Ben se escuchó hasta la habitación de Harry. El rizado mayor frunció el ceño, levantándose rápidamente de la cama, Ben no era de los que gritaba mucho, así que él supuso que podría haberle pasado algo realmente malo, sin embargo, lo llamó, si contestaba es porque aún estaba vivo, sino, ahí debía empezar a preocuparse.

—¿Ben?

—¡Papá! —Ben gritó, alarmando a Harry— ¡PAPÁ!

De un momento a otro, Harry se encontraba más que preocupado corriendo —prácticamente— por el estrecho pasillo hasta el baño.

—¡¿Hijo, estás bien?! —el rizado preguntó al llegar, mirando a Ben con preocupación palpable en su rostro— ¿qué pasa?

El menor se encontraba aún frente al espejo con su diente en mano, un poco de sangre salió de su boca, pero él la botó rápidamente bebiendo un poco de agua del grifo con su mano libre. Harry se acercó más para ver qué demonios había pasado con Ben, ya que en un baño, no podían pasar cosas tan terribles o que atentaran contra la integridad física de su hijo. 

—Oh, rayos —Ben exclamó, mirando a su padre con un puchero— Se me cayó un diente.

Ben le mostró el pequeño diente de leche que sostenía con su dedo índice y pulgar. Harry rodó los ojos, recuperando el aire perdido al preocuparse demás.

—¡Ben! —él suspiró— me asustaste. No vuelvas a gritar de esa manera.

—Pero se me salió un diente.

El menor hizo un puchero otra vez, pasándole a Harry el pequeño diente de leche blanco que se le había caído. El joven de rizos negó con la cabeza, tomando el diente, examinándolo con cuidado de no botarlo. Luego de un rato, dejó el diente en el lava manos para mirar a su hijo con una sonrisa.

Hey, Dad. [Larry Stylinson] [M-preg] [AU]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora