A STORM LIKE HER | Thyra sabe que no puede rendirse, porque si lo hiciera, la muerte de su hermana Eyna no habría significado nada. Cuando la rebelión llama a su puerta, Thyra le da la mano y se despide de todo lo que conocía. Sabe que no hay vuelta...
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TAMBORILEO LOS DEDOS contra la mesa que nos separa, con escepticismo. No me gusta el hecho de que Sate vaya un paso por delante: sigo sin entender el juego en el que me estoy metiendo.
—Un nuevo trabajo para mí —repito.
—Sí.
Me mira como si fuera una niña estúpida que no entiende una suma de dos más dos. Parece divertirse y es entonces cuando me empiezo a cabrear de verdad.
—Así que has estado hablando con uno de los peces gordos del Capitolio y te has fiado de que sea un rebelde (por más que el Capitolio le de todo el dinero que pueda desear). Le has dado mi nombre: el nombre de una niña de diecinueve años que entiende de ordenadores... y él quiere darme un trabajo —escupo—. Para destruir el Capitolio.
—No estás entendiendo nada —niega con la cabeza.
—Yo que tú me daría prisa en explicarme antes de que la copia que tengo de tu disco duro y todas esas conversaciones salga mágicamente a la luz.
Ladeo la cabeza y sonrío con sorna.
—Vamos, Thyra, cálmate —se pasa la mano por la barbilla y vuelve a hablar—. Sé que me puedo fiar de Plutarch porque él mismo me ha puesto en contacto con Alma Coin: la presidenta del Distrito Trece; técnicamente, es ella la que te ha ofrecido el empleo.
Sacudo la cabeza, que empieza a dolerme.
—El Trece desapareció del mapa durante los Días Oscuros, Sate. ¿Te has vuelto imbécil?
Entonces me vuelve a sonreír.
—Yo también pensé eso, pero mira —teclea en su ordenador, gira el monitor y me enseña un vídeo de la Cadena del Capitolio—. Eres una chica lista, Thyra, ¿qué ves?
Miro con atención, es una recopilación de reportajes del Trece, hecho por el Capitolio a través del tiempo. Entonces, veo que, en una de las esquinas superiores, un sinsajo vuela siempre de la misma forma en todas las diferentes escenas. Las ruinas siempre humean y el mismo reportero habla delante de los escombros. Es un corta y pega.
