A STORM LIKE HER | Thyra sabe que no puede rendirse, porque si lo hiciera, la muerte de su hermana Eyna no habría significado nada. Cuando la rebelión llama a su puerta, Thyra le da la mano y se despide de todo lo que conocía. Sabe que no hay vuelta...
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ME DESPIERTO, Y CUANDO VEO a las enfermeras, tengo un ataque de pánico.
Tardan en calmarme, y entonces me llegan las noticias.
Al parecer, después de que nos metieran en el furgón, el Capitolio lanzó bombas para proteger el palacio. Rebeldes y leales a Snow murieron. Entre ellos, la hermana de Katniss, Prim, que estaba entre los médicos.
Hemos tomando el Capitolio.
Hemos ganado la guerra.
Gale está a salvo, mi padre, en el Trece.
Y, aún así, no me alegro. No después de lo que pensé que me deparaba el futuro cuando me agarraron. No después de oír lo que ha pasado.
Las caras de todos los que conozco y que han muerto se me repiten en la cabeza como un disco rayado. No voy a ser capaz de olvidarlas nunca. Nunca.
Aún puedo sentir el dolor y el pánico de una muerte inminente bajo la piel. Estuve tan cerca de perderlo todo... Estar aquí, despierta y a salvo, me parece demasiado irreal, demasiado imposible.
Todo decía que ahora debería de estar con Eyna y con mamá. Pero no. Estoy en el Capitolio, tras ganar una guerra de la que he sido comandante.
Cierro los ojos con fuerza, y, por un momento, tendida en la camilla, me dejo a mí misma recordar la sensación de escuchar música en mi pequeña cama del Tres.
Parte de mí desea volver a casa.
Después de comer, una de las enfermeras me dice que estoy bien. Físicamente, al menos. Me dejan asearme, y veo el moratón que tengo en el pómulo. Uno de los puñetazos.
Está violeta.
Suspiro.
Un guardia viene a acompañarme a la Mansión.
—Comandante Walsh —me dice el joven—, la Presidente Coin la espera.
