A STORM LIKE HER | Thyra sabe que no puede rendirse, porque si lo hiciera, la muerte de su hermana Eyna no habría significado nada. Cuando la rebelión llama a su puerta, Thyra le da la mano y se despide de todo lo que conocía. Sabe que no hay vuelta...
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SÉ QUE KATNISS se va a ir por libre. Intento convencerla de que no lo haga, que se quede dentro de su tienda y lo piense todo bien, pero oigo a una mujer llamándonos poco después y me veo obligado a salir. Está junto a Boggs y a Thyra.
—¡Hawthorne, Everdeen!
Thyra me mira cuando llegamos, y me da una pequeña sonrisa. No se la devuelvo, pero sé que no le importa. Me conoce lo suficiente como para saber qué me pasa.
—Esta es nuestra unidad —dice Thyra, señalando al grupo de mujeres y hombres—: esta es la teniente Jackson —indica, refiriéndose a la mujer que nos llamó desde afuera—. Y quiere presentarnos a nuestro pelotón.
La mujer no nos da la mano, sino que se gira directamente para presentarnos a los demás. En el campo de batalla no parece de haber tiendo para la cortesía.
—Este es el segundo teniente Mitchell, el mejor tirador de Panem. Estas dos son las hermanas Leeg, de la primera división de combate —dice, apuntando a unas gemelas—. Y este es el cabo Holmes —Le hemos visto antes, en el Ocho.
—¿Finnick?
El susodicho aparece por detrás del grupo tras la pregunta de Katniss. Me sorprende verle, pero su aparición comienza a tener sentido gracias a las palabras de Thyra.
Boggs vuelve con el equipo de grabación. Thyra carraspea.
—Pelotón 451. Sois nuestra unidad —dice, señalándose a sí misma y a Boggs. Está guapísima, así, seria. Se ha recogido el pelo castaño en un moño perfecto y puedo verle desde aquí la marca de nacimiento que tiene en el cuello, es pequeña, cuadrada—. La teniente Jackson es nuestra lugarteniente. En el campo de batalla, seguiréis las instrucciones de Boggs —declara—. Y, en su defecto, las mías. Yo estoy aquí para garantizar el correcto esquive de las vainas. Cada uno de vosotros es experto en alguna modalidad de combate. Pero... no somos una unidad de combate. Así que iremos por detrás de las tropas de vanguardia.
Crésida toma la palabra. Me cruzo de brazos.
—Seréis los rostros televisivos de la invasión: el pelotón estrella. Se ha decidido que sois más efectivos si las masas os ven.
