CAPÍTULO DOS: ALGO PERSONAL
LOS BOMBARDEROS despegan. Katniss nos mira enfadada, allí, detrás de los arcos de los soportales.
—¿Qué diferencia hay? —le pregunta Gale—. ¿Entre aplastar a tu enemigo dentro de una mina y derribar sus aviones con una flecha explosiva? Es lo mismo.
No respondo, porque sé que la pregunta no va dirigida a mí.
—En el Distrito Ocho nos estaban atacando. Y ese aerodeslizador no iba lleno de civiles.
—¡Eso da igual! —exclama él—. Aunque esos civiles estén fregando el suelo, están ayudando al enemigo. Y si tienen que morir, podré vivir con ello. Nadie que apoya al Capitolio es inocente.
Suspiro, pero Katniss no entiende la visión de Gale.
—Visto así podría matarse a cualquiera. Podría enviarse a los niños a los Juegos del Hambre para controlar a los Distritos. —Habla con un tono de voz tan fuerte que se me ponen los pelos de punta.
—Esa es la diferencia, que aquello eran los Juegos del Hambre —interrumpo yo, hasta las narices de esto—. Estamos en una guerra, y son todas así: se hacen sacrificios. —Ella baja la cabeza, pero no sé si es por mis palabras o por las explosiones que comienzan a oírse. — Matar no es siempre personal, Katniss. Esto no son los Juegos.
—Tú deberías saberlo mejor que nadie —añade Gale.
La furia en la voz de Katniss, que me responde con la fiereza del Sinsajo, me ahora hace apartar la mirada.
—Yo, mejor que nadie, Walsh, sé que siempre es algo personal.
Se oyen vítores por las explosiones. La montaña cae y Katniss se va.
—Se le pasará —me dice Gale.
—No me importa. Lleva algo de razón.
Puedo notar sus ojos sorprendidos en el lateral de mi rostro.
—¿Tú crees?
Le miro. Está muy serio, cansado. Si no supiera su verdadera edad, diría que dejó de ser joven hace mucho. Es un hombre, un soldado.
YOU ARE READING
A STORM LIKE HER ━ Gale Hawthorne
FanfictionA STORM LIKE HER | Thyra sabe que no puede rendirse, porque si lo hiciera, la muerte de su hermana Eyna no habría significado nada. Cuando la rebelión llama a su puerta, Thyra le da la mano y se despide de todo lo que conocía. Sabe que no hay vuelta...