A STORM LIKE HER | Thyra sabe que no puede rendirse, porque si lo hiciera, la muerte de su hermana Eyna no habría significado nada. Cuando la rebelión llama a su puerta, Thyra le da la mano y se despide de todo lo que conocía. Sabe que no hay vuelta...
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KATNISS EMPIEZA A murmurar que no puede hacerlo, que no puede responder a Snow. Porque dice que matarán a Peeta si lo hace.
Suspiro. Gale me mira mientras Katniss se va. Me acompaña de nuevo a dentro. Necesito descansar.
—Sabe lo que hiciste.
Miro a Gale y asiento. Sí. Snow sabe quién soy, lo de las rosas. No habría colado una en el montón si no fuera para mí. Además, la etiqueta no lo podría hacer más evidente.
—¿Y eso qué importa? —le pregunto—. Él no tiene nada contra mí. Tiene a Peeta contra Katniss, a ella sí le puede hacer daño... A mí ya me quitó lo que me importaba hace unos años.
Entonces, agarra mi brazo y me hace detenerme. El pasillo hacia mi habitación está desierto, y no entiendo por qué sus ojos grises me miran tan abiertos, intentando que vea algo en ellos. Su cuadrada mandíbula se retuerce con duda, y abre la boca como si quisiera decir algo que se le ha quedado atascado en la garganta. Su mano es áspera, y me toca la piel de la muñeca. Su fuerte brazo de cazador me suelta poco a poco, como si se hubiera dado cuenta de que yo soy una presa que no tenía la intención de atrapar. Me resquema la piel que ha tocado en cuanto me suelta. Pero no de dolor. No.
—Gracias —me dice, sencillamente. Como si le costara, pero lo dijese de verdad.
Giro la cabeza hacia un lado con confusión. El pelo marrón se me cae hacia un lado. Tengo que lavármelo.
—¿Por qué?
Se encoje de hombros.
—Posy dijo algo que me hizo pensar... —se decide—. Haces mucho por el Trece. Por la causa rebelde.
Sonrío, halagada. Pero tengo la sensación que no sólo se refiere a eso. No lo sé. Al fin y al cabo, todo lo que hice fue teclear órdenes frente a una pantalla. No fui la protagonista de las propos. No sobreviví a los Juegos del Hambre dos veces. No soy el rostro de la rebelión.
—Sé que nuestra causa, por la que luchamos, lo es todo para ti: como lo es para mí. Así que, de nada. Pero tú también has hecho mucho, Gale. —Me refiero a lo del Doce, a la gente que ha salvado. Él no responde. — Lo digo en serio.
