En esta y otras vidas más

Capitulo 13

- ¿Quieres algo de comer? - le pregunté después de unos minutos de estar sentados viendo televisión. 

- Por favor - respondió con un suspiro

- Ahora vuelvo. 

tenía que lucirme con lo que sea que le vaya a dar, se lo merece después de todo. Mire en el refrigerador y mis ojos brillaron al ver una pizza completa. Gracias mamá.

La saqué con cuidado, abrí el microondas y al dejarla adentro un nuevo problema comenzó. ¿Por qué hay letras en lugar de números?, ¿se supone que tengo que sacar el valor de cada letra? ¡es un microondas, no una clase de matemáticas!

presione botones a lazar y la pizza comenzó a girar. 

¿Qué estará haciendo Alan? ¿Quién le habló? primero supuse que había sido su mamá pero por la forma en que hablaba lo empiezo a dudar.  ¿Y si fue Summer? no creo, me lo diría, ¿cierto?

El sonido de el microondas deteniéndose me saco de mis pensamientos. Saqué la pizza y la coloque con cuidado sobre la barra, tomé dos platos y llevé todo a la sala.

- No es comida gourmet pero se acerca demasiado. - Mateo se levanto rápidamente y me ayudó sujetando los platos, nos sentamos y en silencio comenzamos a comer

- Ni siquiera se preocupa de que coma - habló de pronto - sólo me dejaba dinero en la mesa, lo suficiente como para no morir de hambre. En casa ella siempre tenía la comida lista y caliente para cuando llegara. Es estúpido pero extraño esos pequeños detalles. 

- No es estúpido, sólo extrañas las cosas que pensaste que nunca perderlas. Es raro tener tanta libertad, Orlando no esta para darme horarios que seguir o responsabilidades que tener, aquí básicamente hago lo que sea, es casi como si no les importará lo suficiente. Sentir eso si es estúpido.  

- claro que no, solo es un poco raro - sonrió de lado 

- ¿Crees que nuestros yo de esta dimensión ahora mismo esten en la nuestra? - no me había detenido a preguntárselo hasta ahora.

- Es probable, sino ¿que será de ellos? deben de estar viviendo nuestras vidas

- Me siento como una intrusa que no pertenece aquí, al principio todo era como un juego porque tenía que descubrir cosas nuevas sobre este lugar, sobre mi. Pero ahora sé que este mundo perfecto no es el mío, ni siquiera lo merezco. 

- Tu mereces mucho más que este mundo,que nos haya tocado vivir en uno donde la contaminación gobierna y la lluvia es normal, no le quita las cosas buenas que tiene.

- ¿Que cosas buenas tiene? - pregunté con burla

- A ti - dijo por lo bajo mientras me miraba a los ojos. 

sentí la sangre subiendo a mis mejillas. Desvíe la mirada a la rebanada de pizza que tenía en mi plato y sonreí un poco. ¿Estaba jugando? 

- Quizá tengas razón, no hay nada mejor en esa dimensión más que yo, así que... ¿por que no nos quedamos ya que yo estoy aquí? - reí un poco 

- Esa es una magnífica idea, que se joda nuestra dimensión con la Emily de aquí, no te merecen. - siguió el juego, la tensión que había desapareció casi al instante.

- ¿Crees que recordemos esto?

- No veo el porque tendríamos que olvidarlo, recordamos nuestro mundo, no creo que olvidemos este.

- Si, quizá tengas razón.

- ¿cuándo no la tengo? - pregunto altanero 

- cuando estas seguro que la tienes - me burle. Un trozo de orilla de pan de la pizza se estampó en mi rostro - oye no seas grosero - reí mientras le aventaba tambien un trozo de pizza. 

- Tú comenzaste - se quejó como niño pequeño 

- Ya basta, hay que ir a dormir, ya es tarde y mañana tenemos clases 

- Como órdenes mamá - me enseño la lengua y salio corriendo en dirección a las escaleras. De pronto se escuchó un gran golpe, me puse de pie casi al instante y corrió a las escaleras.

Los quejidos de Mateo me hicieron reír sin parar.

- Sí, estoy bien. Gracias por preguntar - me reprocho mientras se paraba.

- No puede ser, olvidé lo torpe que eres - le dije como pude entre risas.

- No es gracioso, Emily

- claro que si lo es - pero pare de reir cuando volteo a verme, la nariz le sangraba y no lo había notado. - diablos

Toco su rostro y miró su mano. 

- ¡No, Mateo! - trate de detenerlo pero era tarde. Subí rápidamente las escaleras y lo sostuve justo antes de que se desmayara - no puede ser, idiota.

Como pude lo subí los últimos escalones que faltaban, lo lleve a mi habitación y estando frente a mi cama lo deje caer 

- En lugar de darte pizza te daré ensaladas. - me quejé en voz alta - ¿por qué siempre te pasa lo mismo? es solo sangre - dije con fastidio

Después de recuperar mis fuerzas lo acomode en la cama. Necesito toallas y alcohol.

Entre al baño y encontre lo necesario, mojé un poco la toalla. Me senté a lado de él y comencé a limpiar cuidadosamente la sangre que tenía en el rostro.
Cuando termine me quede admirandolo unos segundos. Su rostro no tenia imperfecciones, algo que siempre le envidie. Sus cejas gruesas que hacian resaltar su grandes y rizadas pestañas que a su vez protegían unos ojos tan azules como el mar. Solté un suspiro.

- Si tan solo lo supieras - susurre 

Minutos después ningún residuo de sangre quedó en su rostro, tomé un poco de algodón y lo mojé con alcohol. Es hora de que despertara. Lo coloque bajo su nariz para que lo oliera y poco a poco fue abriendo los ojos.

- ¿Qué tal bello durmiente? 

- ¿Ya me besaste mi princesa encantadora? - sonrio

- No me apeteció, tienes pizza en tu diente - me burle, rapidamente lo retiro con su lengua. - ¿Cuándo dejaras de desmayarte por la sangre?

- Cuando deje de haber sangre - dijo con obviedad 

- Sólo deja de dicir idioteces y hazte a un lado, estoy cansada

- Claro, ire por las cobijas - intentó parase pero lo detuve. Volteó a verme confundido 

- Puedes dormir en la cama, te diste un fuerte golpe me sentire como una mala amiga si te dejo dormir en el suelo.

- No hay problema, en serio, el suelo es comodo - dijo no muy convencido 

-Quedate, solo no me patees mientras duermas y todo estara bien  - se recorrio hasta la orilla al igual que yo, dejamos un gran espacio entre nosotros. Le di la espalda y me estire para apagar la luz.

- Gracias por apoyarme 

- Estamos juntos en esto - contesté