Capitulo 24

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- No puedo creerlo, ¿Cómo pudiste adivinarlo? - preguntó Mateo divertido 

- ¿Qué puedo decir? soy difícil de engañar - dije orgullosa - bueno, realmente tuve ayuda. Conocí a una chica y me comenzó a decir lo manipuladora que era su hermana y que había ido tras un chico. Dijo que sería suyo por las buenas o por las malas. Solo tuve que escuchar el nombre de Summer para ponerme alerta y cuando la descripción que me dio su hermana sobre el chico encajo con la tuya no dude en buscarte. No podía dejar que te arruinará y te aleja de mi - solté sinceramente

- Nadie podrá separarme de ti... no de nuevo - dijo mirándome a los ojos. Nos encontrábamos en el balcón de mi habitación, estábamos recargados en el barandal viendo las estrellas, pero teniendo sus ojos frente a mi ¿quien necesita las estrellas?

- ¿No de nuevo? - pregunté curiosa tratando de distraer mis pensamientos sobre sus hermosos ojos. Él llevo su mano a el punte de su nariz y dejó salir una pequeña risa que me cautivó. Estaba nervioso ¿pero por qué? 

- La razón por la que me alejé de ti no es del todo tú culpa - eso me confundió más - eramos sólo tú y yo contra el mundo desde los 5 años y eso estaba bien para mi, pero un día conocimos a Alan y ya no eramos tú y yo, eran tú y él. Sabía que él te gustaba y eso me lastimaba porque yo te quería sólo para mi. No de la forma tan posesiva como suena o quizá si, no lo sé. Sólo era un pequeño niño celoso así que decidí alejarme de ti y dejarte ser feliz con el idiota de Alan. Pero te extrañé cada día que pasaba y el tener que fingir que no era así me dolía bastante, pero al verte sonreír junto a ese idiota me hacía comprender que hacia lo correcto dejándote ser feliz con él.

- No tienes idea de lo mucho que me dolió perderte, eras mi mejor amigo y el que Alan me gustará no significaba que tenías que alejarte. - le dije aún sin comprender 

- Tuve que hacerlo también para dejar de tener sentimientos por ti que no correspondían a una amistad.

- ¿tú estabas...? - me calle de golpe.

- ¿¡Y crees que no lo sé!? no podemos detenerlo, tenemos que decírselo. Necesita saber - la voz alterada de mi padre detuvo nuestra conversación, Mateo y yo prestamos toda nuestra atención a su discusión. 

- Baja la voz, ella está durmiendo ahora mismo, no queremos que se despierte - apesar de que lo dijo en un tono de voz considerable logré escucharlo con claridad - es mejor que no lo sepa. 

- ¡Pronto dejará de ser un secreto! ¿cómo piensas ocultar un planeta más grande que la luna? - exclamó mi padre molestó.

- Yo - guardó silencio por unos segundos - no lo sé, pero no quiero que entré en pánico. Quiero protegerla de la inevitable verdad. 

- Pero no podemos hacerlo, ella es muy inteligente pronto se dará cuenta por ella misma. Se lo diremos, ¿de acuerdo? - los sollozos de mi mamá se escucharon amortiguados por lo que deduzco mi papá la abrazo. - entremos, te prepararé un té.

El sonido de la puerta cerrándose me sacó de mi pequeño transe.

- ¿De qué crees que estén hablando? - preguntó Mateo igual o más confundido que yo 

- No lo sé, pero lo averiguaré ahora mismo - comence a caminar al interior de mi cuarto y antes de cruzar la puerta me detuve y Mateo choco contra mi espalda. - creó que si quiero conseguir respuestas debo ir sola - le dije muy a mi pesar 

- oh, cierto... yo esperare aquí - regresó y se dejó caer en mi cama - suerte - sonrió 

- volveré enseguida. - no quería ir sola pero tampoco quería discutir con mi mamá sobre el porque estaba Mateo conmigo hasta estas horas de la madrugada.

Bajé sijilozamente las escaleras y la luz encendida de la cocina me confirmo que ellos estaban ahí. Sin demorar mucho entré y los enfrenté.

- ¿Qué es esa verdad que no querían decirme? - pregunté en cuanto sus miradas se posaron en mi. Los dos se pusieron de pie y el nerviosismo los invadió 

- Te lo diremos pero primero toma asiento. - dijo mi papá señalando un banco frente a ellos. Obedecí y me senté. - No sé cuanto de nuestra conversación escuchaste pero teníamos la intención decírtelo.

- Por lo que escuché sólo tú tenías intención de hacerlo - dije dándole una mala mirada a mi mamá

- Como sea, lo que te diremos es muy importante, debes mantener la calma. ¿De acuerdo? - afirmé con la cabeza y soltó un suspiro - hace  días nos llegaron informes de una supuesta estrella que no encajaba por así decirlo. Estuvimos investigando y descubrimos que no es una estrella es un planeta más grande que la luna. 

- ¿Eso es malo? 

- En otras circunstancias no, sería un gran descubrimiento... pero en este caso lo es, porque aparentemente no tiene orbita, no tiene control. No sabemos de dónde salió, el tiempo para descubrirlo es poco y siendo sincero esa información es irrelevante ya que viene en dirección a la tierra. La colisión contra nosotros es inevitable - dijo finalmente. Por unos instantes sentí que la vista se me nubló pero me recupere en seguida. 

- ¿cuántos... - salió más como un susurro, me aclare la garganta y completé mi pregunta - ¿cuántos días para la colisión? 

- A la velocidad que viene esta programada para dentro de 47 horas y contando... así que si hay alguna cosa que quieras hacer y no lo habías hecho comienza de una vez que esto es inevitable - finalizó. El tacto no es lo suyo en este caso.

Me levanté de mi asiento y comencé a alejarme. Estaba en una especie de shock, podía escuchar la voz de mis padres pero no entendía lo que decían. Sólo veía como las cosas quedaban atrás de mi.

- ¡Emily! - Mateo se encontraba frente a mi mirándome preocupado.  - ¿qué sucede?

Tomé su mano y lo guíe al balcón. Busqué en el cielo y encontré el motivo de nuestra futura destrucción.

- ves esa estrella el doble de grande que las demás - el observó el cielo y después de unos segundos asintió - pues no es una estrella es un jodido planeta más grande que la luna y que nos reducirá a menos que polvo dentro de 47 horas - recargue mis codos en el barandal y tapé mi cara con mis manos - estaremos jodidos si no podemos cambiar de dimensión. - y aparentemente el tacto tampoco es lo mío.

En esta y otras vidas másWhere stories live. Discover now